domingo, 26 de junio de 2016

domingo XIII del tiempo ordinario




LLAMADA – RENUNCIA – SEGUIMIENTO – Ev. Lc 9,51-62
Camino de Jerusalén, entraron en una aldea de Samaria... mientras iban de camino uno le dijo: “te seguiré a donde vayas”... Jesús le dijo a otro: Sígueme, otro le dijo a Jesús: Te seguiré pero primero deja que...
ENTRA EN TU INTERIOR
Jesús nos invita a seguirle.  Nos pueden parecer duras sus palabras. Sus palabras no van dirigidas al oído, sino al corazón humano, allí donde se toman las decisiones importantes de la vida. Sus palabras son suaves y duras a la vez, mueven el corazón y exigen prontitud y decisión, renuncia y exigencia. Hay que desprenderse de lo superfluo, y seguirle desde la esencia, desde la  entrega de nuestro corazón.  Por eso, no existe respuesta a la llamada para ponerse al servicio del Reino de Dios, en aquellos que anteponen a Jesús sus condiciones o intereses personales.  El  seguimiento de Jesús es una invitación y un don de Dios, pero al mismo tiempo exige nuestra respuesta esforzada para poder avanzar en el seguimiento.  El entusiasmo no es suficiente, por que los obstáculos son grandes, exige desprenderse de nuestro ego para potenciar nuestro yo, negarnos de nuestra zona de bienestar y llevar la cruz de cada día. Es necesario que los nuevos discípulos miren adelante, que anuncien el Reino, para que desaparezca el pasado y viva el proyecto de Jesús.

Ante la invitación a seguirle ¿Cual es nuestra respuesta?
¿Qué ataduras nos impiden seguir a Jesús?
¿Qué excusas buscamos?
El entusiasmo no es suficiente
Contemplemos la calidad de nuestro seguimiento.Es sólo mirando nuestras obras, que descubriremos cuan cerca o lejos estamos de ser discípulos

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