LLAMADA – RENUNCIA – SEGUIMIENTO – Ev. Lc 9,51-62
Camino de Jerusalén, entraron en una aldea de Samaria...
mientras iban de camino uno le dijo: “te seguiré a donde vayas”... Jesús le
dijo a otro: Sígueme, otro le dijo a Jesús: Te seguiré pero primero deja que...
ENTRA EN TU INTERIOR
Jesús nos invita a seguirle. Nos pueden parecer duras sus palabras. Sus
palabras no van dirigidas al oído, sino al corazón humano, allí donde se toman
las decisiones importantes de la vida. Sus palabras son suaves y duras a la
vez, mueven el corazón y exigen prontitud y decisión, renuncia y exigencia. Hay
que desprenderse de lo superfluo, y seguirle desde la esencia, desde la entrega de nuestro corazón. Por eso, no existe respuesta a la llamada para
ponerse al servicio del Reino de Dios, en aquellos que anteponen a Jesús sus
condiciones o intereses personales. El seguimiento de Jesús es una invitación y un
don de Dios, pero al mismo tiempo exige nuestra respuesta esforzada para poder
avanzar en el seguimiento. El entusiasmo
no es suficiente, por que los obstáculos son grandes, exige desprenderse de
nuestro ego para potenciar nuestro yo, negarnos de nuestra zona de bienestar y
llevar la cruz de cada día. Es necesario que los nuevos discípulos miren
adelante, que anuncien el Reino, para que desaparezca el pasado y viva el
proyecto de Jesús.
Ante la invitación a seguirle ¿Cual es nuestra respuesta?
¿Qué ataduras nos impiden seguir a Jesús?
¿Qué excusas buscamos?
El entusiasmo no es suficiente
Contemplemos la calidad de nuestro seguimiento.Es sólo
mirando nuestras obras, que descubriremos cuan cerca o lejos estamos de ser
discípulos
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