domingo, 3 de septiembre de 2017

EVANGELIO DOMINGO 3 DE SEPTIEMBRE


INVITACIÓN AL SEGUIMIENTO 
CON TODAS LAS CONSECUENCIAS
Jesús dijo a sus discípulos:
"El que quiera venir detrás de mí, 
que renuncie a sí mismo, 
que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; 
y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará".
¿De qué le servirá al hombre ganar 
el mundo entero si pierde su vida?
ENTRA EN TU INTERIOR
Jesús nos invita a seguirle pero nos dice claramente que debemos ir ligeros de “nuestro equipaje”; el que pierda su vida, el que se vence a si mismo, el que se olvida de sí mismo, encontrará la vida. La invitación al seguimiento, conlleva perder para ganar, conlleva cargar con nuestra cruz y seguirle en el camino. Pero como... cada uno de nosotros buscamos ser felices, nuestro caminar siempre transcurre a la espera de ser cada vez más felices y olvidar cruces, sufrimiento, etc.. Es una tendencia que nace de lo más hondo de la naturaleza humana. Aspiramos a ser felices, pero el problema consiste en saber encontrar el camino que nos lleve a esa situación deseada. Solemos pensar que esa felicidad únicamente se consigue desde una vida fácil, si no encontramos las piedras del camino de los grandes problemas, si todo brilla y todo nos va bien. En  cambio Jesús, que desea realmente que seamos felices en plenitud,  nos abre los ojos para que no equivoquemos el camino, para elegir el camino que lleva a la felicidad plena, y eso solo es posible desde un proyecto de vida que valga la pena, un proyecto basado en el amor.  “El que quiera venir detrás de mi que renuncie a si mismo”, para ser seguirle es necesario negarse de tendencias egoístas, de pensar en nuestros propios intereses, nos invita a estar disponibles con todo el corazón sin saturarlo de nuestros propios problemas, de nuestras propias preocupaciones, de nuestros propios proyectos, vaciarlo de egoísmos  para llenarlo del Amor a Dios y asumir su proyecto para mi. Jesús nos desafía a estar listos para ser capaces de despojarnos de lo superfluo, llenarnos de Dios para así poder vivir más plenamente. Cargaremos nuestra cruz, pero sabemos que Jesús andará con nosotros, a nuestro paso, cargaremos nuestra cruz según nuestras capacidades en cada momento de nuestra vida,  Jesús nos dice que le acompañemos cada uno con su cruz, pero con la esperanza de saber que el camino de la vida no lo caminaremos nunca solos:
CONTAMOS SIEMPRE CONTIGO, CON TU COMPAÑIA


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