domingo, 22 de julio de 2018

TÚ ERES NUESTRO GUÍA – PASTOR – Y MAESTRO
Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: Venid a solas a un lugar desierto a descansar un poco”…Mucho le reconocieron… Jesús vió una multitud y se compadeció por que andaban como ovejas sin pastor y se puso a enseñarles.
ENTRA EN TU INTERIOR
La semana pasada leíamos que Jesús enviaba - nos enviaba - a dar a conocer la Buena Noticia, esta semana vuelven los apóstoles una vez terminada la misión que les fue encomendada y como suele ocurrirnos a nosotros también, queremos compartir lo que nos ha acontecido, es decir COM-PARTIR, hacer partícipe de nuestra experiencia, de nuestras vivencias, tanto si han resultado positivas, o bien necesitamos un poco de luz. Que mejor que compartir con Jesús las esperanzas que llevamos en nuestro corazón, o bien pedirle coraje para afrontar momentos de debilidad o falta de vitalidad para llevar a cabo la misión que cada uno de nosotros tenemos.
Jesús y los apóstoles se dirigen a un lugar tranquilo, retirado para poder escucharles. Y es ahí en la quietud, en el silencio del desierto donde podemos compartir con Jesús nuestras inquietudes, nuestro día a día. Pero también Jesús nos invita al descanso de nuestros esfuerzos, para así poder recuperar la armonía. El propósito de Jesús se ve interrumpido por la gran multitud que le siguió, pero encontramos a un Jesús que  los intuye desorientados, y es ahí donde los mira y se conmueve y les instruye. El evangelio también nos enseña a nosotros que algunas veces nuestros planes se ven frustrados, pero ¿Cómo es nuestra reacción, cómo nos enseña Jesús? ¿Sé captar el sufrimiento, la soledad…de la gente que se cruza en mi camino? ¿Despiertan en mi compasión, o procuro ignorar porque me pueden trastocar mis planes? Gran ejemplo para nuestro caminar. Ahora en verano, en periodo vacacional, es el tiempo perfecto para retirarnos del bullicio, para hacer una buena revisión del año, y de compartir con Jesús nuestro Maestro, nuestro guía, nuestro Pastor y así  aprovechar para ordenar acontecimientos, para pedir perdón por encontrarnos a veces como ovejas sin pastor, para pedirle su compasión y su misericordia.


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