ASCENSIÓN: DEL JESÚS
VISIBLE AL INVISIBLE
Dijo Jesús: Así está escrito: El Mesías padecerá, resucitará
de entre los muertos… vosotros sois testigos de esto…los sacó hacía Betania y,
levantando las manos…mientras los bendecía se separó de ellos subiendo al cielo
ENTRA EN TU INTERIOR
Con este relato concluye el evangelio de Lucas y configura
el inicio del libro de los Hechos de los Apóstoles. La narración de la
Ascensión nos relata los últimos momentos de Jesús con los suyos, es la culminación del itinerario del Jesús
visible y el tránsito al invisible que da origen al tiempo de la Iglesia, de la
comunidad portadora y transmisora de la Buena Noticia, contagiando el estilo de
vida de Jesús. La Ascensión del Señor da inicio a una nueva forma de permanecer entre nosotros:
en la Palabra, en el pan partido y compartido, en el rostro de cada hombre que
sufre, en el que busca, ama y espera. Su mensaje no morirá porque se hace vida
en nosotros impulsándonos a hacer vivas
sus palabras y sus gestos. La ausencia del Jesús visible no es el “vacío”,
Jesús vuelve al Padre levantando sus manos y bendiciendo a sus discípulos. Es
su último gesto, Jesús asciende y sobre el mundo desciende su bendición. Jesús
asciende y nos deja la puerta abierta hacia el Padre. En esta nuestra sociedad
marcada por el afán y la obsesión de
ascender mediante privilegios imagen social etc… nos es bueno recordar que para ascender primero hay que descender con
humildad y con sencillez. Seamos pues portadores de la Buena Noticia y
anunciemos que otra sociedad es posible, al estilo de Jesús.
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