MARÍA, LA MUJER VESTIDA DE SOL
María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de
Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel…Se llenó Isabel de Espíritu
Santo y dijo : - ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre!...¿Dichosa tú que has creído!, porque lo que te ha dicho el Señor se
cumplirá. María dijo: - Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su sierva….
ENTRA EN TU INTERIOR
María asunta al cielo, es modelo de la mujer creyente, agradecida
y glorificada. El camino de María hacia el cielo comenzó desde ese “SI”,
pronunciado al Señor en Nazaret libre y
generosamente y su gloria tiene como raíz su fe vivida y expresada en el gozo y
en el dolor. Celebramos la Asunción de Nuestra Madre, la Virgen María a los
cielos, síntesis de todas las fiestas marianas, la fiesta llena de profundo significado y
simbología, es la fiesta de la Pascua de
María, es la culminación de una vida fiel y de un “SI” permanente a Dios. Si,
así es la mujer María que proclama la grandeza del Señor y es proclamada
bienaventurada por todas las generaciones, como
oímos en el Evangelio. Es el día de la esperanza, día esperanzador en
que empieza la promesa del Señor hecha también a nosotros” el que cree en mi
tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día”. María nuestra Madre nos
precede a compartir la presencia de Dios. Ella cantó el Magnificat y nosotros
Madre lo repetimos de generación en generación en el transcurso de nuestra vida. Ojala sigamos la estela de su
estrella, para que guiados por ella, nos conduzca y alcancemos la resurrección
que Cristo ganó para nosotros en su resurrección.
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