TU FUEGO PRENDE NUESTROS CORAZONES
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a
traer fuego a este mundo, y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un
bautismo, y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al
mundo paz?...
ENTRA EN TU INTERIOR
El Evangelio de este domingo, nos puede resultar
desconcertante en un primer momento, Jesús nos sorprende con su palabra,
ardiente como el fuego y cortante como una espada. Jesús dice a sus discípulos
y también hoy a nosotros : “He venido a prender fuego en el mundo; ¡y ojalá
estuviera ya ardiendo!”. Contemplemos el
relato y descubriremos su sentido en nuestro corazón, hallaremos la fuerza de
sus palabras ya que, Jesús habla del fuego de su amor, del fuego del evangelio,
del fuego de su ejemplo, que espera sea contagioso y que prenda nuestro
interior. Dos discípulos camino de Emaús experimentaron el fuego en su corazón
cuando andaban con Jesús sin reconocerle y se decían: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos
hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”. Jesús nos trajo ese fuego de amor que transforma nuestro corazón y lo purifica. Juan Bautista bautizaba con agua, pero después de
él, Jesús habría de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16). Aquí, la imagen del
fuego queda asociada a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de
Pentecostés bajo la imagen de lenguas de fuego. También en la oración de
Invocación al Espíritu:
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
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