domingo, 18 de agosto de 2019


TU FUEGO PRENDE NUESTROS CORAZONES
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "He venido a traer fuego a este mundo, y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz?...
ENTRA EN TU INTERIOR
El Evangelio de este domingo, nos puede resultar desconcertante en un primer momento, Jesús nos sorprende con su palabra, ardiente como el fuego y cortante como una espada. Jesús dice a sus discípulos y también hoy a nosotros : “He venido a prender fuego en el mundo; ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!”.  Contemplemos el relato y descubriremos su sentido en nuestro corazón, hallaremos la fuerza de sus palabras ya que, Jesús habla del fuego de su amor, del fuego del evangelio, del fuego de su ejemplo, que espera sea contagioso y que prenda nuestro interior. Dos discípulos camino de Emaús experimentaron el fuego en su corazón cuando andaban con Jesús sin reconocerle y se decían: “¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”. Jesús nos trajo ese fuego de amor que transforma nuestro corazón y lo purifica. Juan Bautista bautizaba con agua, pero después de él, Jesús habría de bautizar por medio del fuego (Lc 3,16). Aquí, la imagen del fuego queda asociada a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de Pentecostés bajo la imagen de lenguas de fuego. También en la oración de Invocación al Espíritu:


Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles,
y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Ser fuego, reavivar el fuego interior, alumbrar, dar calor… Jesús nos  trae fuego por que no nos quiere tibios e indiferentes, no olvidemos ser fuego, vivir el bautismo, experimentar el Amor y con la fuerza del Espíritu vividlo, proclamarlo, sembrarlo y gozarlo

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