¿DAR A QUIEN QUE? EL JUEGO DE PALABRAS
Los fariseos mandaron preguntar a Jesús: Maestro, qué opinas
¿es lícito pagar impuesto al Cesar o no?. Contestó: hipócritas, dadme una
moneda.. Les enseñó la imagen del Cesar. Dad al César lo que es del César y a
Dios lo que es de Dios
ENTRA EN TU INTERIOR
La cara de la moneda del impuesto llevaba la imagen del
Cesar, pero y en nuestro corazón, ¿llevamos la imagen de Dios?, si es así nos
será fácil el saber cómo obrar con nuestras responsabilidades cívicas y nuestra
fe. El valor material de la moneda no es lo fundamental sino la actitud que esa
moneda obrará en nosotros. ¿Actuamos con principios evangélicos como son la
misericordia, el amor...? A la hora de tomar decisiones éticas ¿sigo el
evangelio o me dejo llevar por las “voces fariseas” de mi alrededor? En
demasiadas ocasiones son esas palabras que si bien podrían pasar como sinceras esconden
una realidad bien distinta, como la oscuridad de corazón, una trampa, una red en
la que quedamos atrapados. También nosotros en numerosas ocasiones a través de
nuestras palabras y mensajes no siempre comunicamos con nitidez, porque nacen de nuestro cerebro en lugar de
nuestro corazón. Solo las que son meditadas en nuestro interior con la luz de
Dios y son acompañadas con actos serán las que manifiesten nuestro
comportamiento leal y sincero
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