VESTIDOS DE TI, ACUDIMOS A LA BODA
El Reino de los cielos se parece a un rey que invitó a la
boda de su hijo...Unos no quisieron ir, otros se fueron a sus negocios
y...entonces invitó a los que encontró. Cuando el rey vio un comensal que no
llevaba traje de fiesta lo expulsó. Porque son muchos los llamados y pocos los
elegidos
ENTRA EN TU INTERIOR
¿Cuál es el vestido de fiesta adecuado? Vestido de
disponibilidad, vestido que testimonia gratitud, vestido de tu mensaje, vestido
de Ti
El banquete del Reino es un don gratuito del Rey – de Dios –
pero exige que cada uno de nosotros seamos capaces de aceptar la invitación que
nos dirige a cada uno, y ser coherentes
en actitudes, por que haber entrado no da derecho automático a permanecer. Para
participar plenamente es necesario haber aceptado el vestido de fiesta, el
vestido de la fe. El vestido del que habla la parábola no se mide en
centímetros, ni por las características de ser más o menos elegante. Es una
forma de comportarse con Dios y con el prójimo, nunca debe ser un disfraz,
debemos tenerlo interiorizado y actuar y vivir en coherencia, al estilo de
Jesús. El Rey nos invita sin importar nuestro estatus, ni exige nada que no
podamos aportar, todos somos bienvenidos. Para ello sacudiremos nuestras
vestiduras de injusticias y de mediocridad y nos vestiremos de amor, con la
ropa de una persona nueva, porque es una invitación a aspirar a la vida
renovada, nueva en su esencia.
Todos somos invitados a la fiesta, a la boda, a formar parte
del Reino de Dios, no es una fiesta para un grupo selecto, un grupo exclusivo,
Dios nos quiere a cada uno de todos nosotros no solo para los que se creen en
pleno derecho. El Rey – Dios – nos invita a todos por que el Amor de Dios es
para todos, no está limitado por nuestros límites.
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