domingo, 5 de agosto de 2018


PAN DE VIDA
La gente se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús... ¿Qué signos haces tu, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida”.El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás
ENTRA EN TU INTERIOR
La multitud le busca. La semana pasada vimos que alimentaba a una gran multitud multiplicando los panes y los peces. Al encontrarlo le preguntan por los signos (milagros) que realiza para poder creer y cual su obra. Aquella gente no se termina de fiar de Jesús. Necesitan una demostración hecha a su medida. En ocasiones también nosotros pedimos señales que nos confirmen que Dios nos ama, en demasiados casos reclamamos que nos conceda lo que le pedimos/exigimos en nuestras oraciones, solicitamos milagros, obras para consolidar nuestra fe. Una fe interesada en nuestros instintos más básicos, materiales,… Necesitamos que nos alimente las necesidades, nuestras necesidades elementales: trabajo, dinero, fama, curar enfermedad, etc…en definitiva el pan básico, perecedero. Pero ¿ y el alimento de nuestro corazón, el pan para compartir, alimentarnos para fortalecernos para alimentar y fortalecer?. “El que viene a mí no pasará hambre, el que cree en mí no pasará nunca sed”, pero que significado le damos a ir a Él, creer en Él. Jesús hoy como entonces nos propone vivir desde una perspectiva diferente, donde podamos alcanzar la plenitud. El pan es el alimento que nutre, que alimenta y fortalece. Jesús aquí y ahora es “pan de vida” que nos nutre, alimenta y fortalece. Conocerle y creer en Él realmente nos levanta, nos anima y nos da la verdadera razón de vida, porque en Él encontramos el verdadero Pan de nuestras vidas

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