El próximo domingo 29 de junio
sábado, 21 de junio de 2025
ACCIÓN DE GRACIAS
El milagro de
compartir
Si tanto os preocupa
la gente y la situación clama al cielo, no me salgáis por peteneras diciendo
que son muchos y no llega, que hay que despedirlos, que no es tiempo de vacas
gordas…
¡Dadles vosotros de
comer!
¡Aquí hay cinco
panes y dos peces!
Son los primeros del
banquete.
Y tú, ¿qué es lo que
tienes?
Vacía tu alforja y,
ligero, pregunta a tu compañero si quiere poner también él lo que lleva.
Corred la voz. Que
se haga mesa fraterna; que nadie guarde el pan de hoy para mañana.
Desprendeos de lo
que lleváis encima.
Tomad todo lo que
llega.
Levantad los ojos al
cielo y bendecid al Dios de la vida que tanto vela y vela.
Lo repartieron los
que nada tenían.
Llegó para todos y
aún sobró para soñar utopías.
Días habrá en que
tendréis que compartir no lo de un día, ni lo de una mochila, ni lo que lleváis
encima, ni las sobras de la primavera, sino lo mejor de vuestra cosecha, y aún
vuestra vida misma.
Gracias, Señor, por
romper nuestras murallas y enseñarnos a compartir siguiendo tu palabra.
Amén
2025
CICLO C
SOLEMNIDAD
DEL CORPUS CRISTI
Hoy, en la celebración del Cuerpo y la
Sangre de Jesucristo, se nos invita a profundizar sobre el significado del
cuerpo de Cristo entregado y la sangre de Cristo derramada y la llamada a hacer
memoria de este acontecimiento en la eucaristía y en nuestra vida cotidiana.
Celebrar el Corpus es celebrar la vida
de Jesús, su entrega, su muerte y su resurrección. Es celebrar la vida
entregada para que todas las personas tuvieran vida. Eso es lo que Jesús hizo el
tiempo que estuvo entre nosotros, acercarse al que estaba caído: dio de comer
al hambriento, sanó al herido, abrazó al excluido, acogió al marginado y
apartado, reconoció a las mujeres. En definitiva, puso vida allí donde había
muerte. Y no se conformó con lo mínimo, sino que dio todo y se dio por entero,
entregando su propia vida para la vida de todos.
Y la resurrección es el sí del Padre a la
vida de Jesús. En la resurrección, el último obstáculo para la vida que es la
muerte misma queda vencida. En la resurrección ya no hay muerte, solo vida.
Aquella tarde Jesús dio de comer a más
de 5.000 personas ¿Todos eran dignos? ¡Qué triste pregunta! ¡Claro que no!
¿Quién es digno de Dios? Es Dios quien da, por eso hay que acogerlo y
recibirlo. Nadie es merecedor de nada.
Los discípulos estaban satisfechos,
Jesús había terminado su trabajo aquella noche. Había predicado y alimentado su
espíritu, y eso era suficiente. Para Jesús no lo era. No podía amar el alma sin
amar los cuerpos. Cuerpo y Espíritu abrazados.
Hoy no solo es la fiesta de las
custodias doradas, llevadas en procesión. Hoy
celebramos a Cristo que viene a comulgar con nosotros. Es Él que me pide
comer ese Pan, y me dice: Quiero estar en tus manos como regalo, en tu boca
como un pan, en tu corazón como un sueño. La VIDA vive dando vida.
Imaginamos la escena. Comieron el pan y
el pescado que no se acaban, pero estaban tan fascinados que les mantuvo allí,
que les hizo olvidar el tiempo, la distancia, el hambre, el cansancio. Escuchan
a Jesús y su corazón arde, el motor de la vida se pone de nuevo en marcha. Ese
pan es fuego arrojado en medio de ellos, es el corazón de Dios multiplicándose
en fragmentos.
Jesús nos invita a repetir este gesto en
cada eucaristía: “Haced esto en memoria mía”. Estamos invitados a vivir desde
la entrega y el servicio, sobre todos a los más necesitados, hoy es el día de
la caridad. Haced lo que yo he hecho. Esta es la llamada y la invitación:
hacer realidad el mandamiento del amor, haciéndolo realidad por medio de las
obras: dando nuestro pan, compartiéndolo, como si el poder de Dios
estuviera en nuestras manos.
Una religión que no se ocupe también del
hambre, de las chabolas donde viven los pobres, de los venenos que envenenan la
tierra, una religión así es tan estéril como el polvo
(M. L. King).
Esa noche todos reciben comida, todos:
Buenos y no tan buenos, merecedores y no merecedores, mujeres y niños,
pecadores arrepentidos y los que aún no lo son; TODOS.
miércoles, 18 de junio de 2025
2025
MEDITACIÓN EUCARÍSTICA:
El
Collar y el Amor Verdadero
Querido
Jesús sacramentado, delante de ti, en esta tarde, venimos a reflexionar sobre
tu gran amor al hacerte presente en la forma del pan y del vino. Tu te identificaste
con estos elementos sencillos y nos dijiste que eran tu cuerpo y tu sangre, tu
vida plena y tu energía. En vísperas de la solemnidad del Corpus Cristi nos presentamos
para rezar y para pedir por la paz del mundo, que cesen los conflictos armados
y que por fin llegue la paz entre hermanos. Que todos podamos vivir en
serenidad y en respeto. Escuchemos esta interesante historia de amor dado.
El
Collar y el Amor Verdadero:
El hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente. Una
niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la
vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado
objeto. Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa azul.
-
Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo la niña.
-
El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó: ¿Cuánto dinero
tienes?
Sin
dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue
deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:
-
¿Esto alcanza?
Eran
apenas algunas monedas que ella exhibía orgullosa.
-
Sabe, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre,
ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es el cumpleaños de ella y
tengo el convencimiento de que quedará feliz con el collar que es del color de
sus ojos.
El
hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con
un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.
-
Toma, dijo a la niña. Llévalo con cuidado.
Ella
salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún
no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos
ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido
envoltorio deshecho y preguntó:
-
¿Este collar fue comprado aquí?
-
Sí señorita.
-
¿Y cuánto costó?
-
¡Ah!, habló el dueño del negocio. El precio de cualquier producto de mi tienda
es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.
La
joven continuó:
-
Pero mi hermana tenía sólo algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella
no tendría dinero para pagarlo.
El
hombre tomó el estuche, rehízo el envoltorio con extremo cariño, coloco la
cinta y lo devolvió a la joven diciéndole:
-
Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar. ¡ELLA DIO TODO
LO QUE TENIA!
El
silencio llenó la pequeña tienda y cuatro lágrimas rodaron por las caras
emocionada de la joven y del dueño de la tienda, en cuanto sus manos tomaban el
pequeño envoltorio.
Jesús
tu nos enseñaste con el ejemplo de la pobre viuda que echó todo lo que tenía en
el cepillo del tempo, que la verdadera donación es darse por entero, sin
restricciones. La gratitud de quien ama no coloca límites para los gestos de
ternura. Seamos siempre agradecidos, pero no esperemos el reconocimiento de
nadie.
La
gratitud con amor no sólo reanima a quien la recibe, también reconforta a quien
la ofrece. Pensemos que La vida mejora con cada día que pasa siempre y
cuando demostremos una actitud positiva. A veces creemos que amar es dar
cosas grandes… pero no. Amar es dar con el corazón. Jesús no nos enseñó a amar
con lo que nos sobra, sino a darlo todo, incluso la vida, por amor. Así es el
amor que nos enseña Jesús: un amor que no mide, que no calcula, que se entrega.
Como esa niña, Jesús se entregó completamente por nosotros. No dio lo que le
sobraba: dio su vida. Amar es darlo todo, no porque se tenga mucho, sino porque
se ama mucho. Como Lucía, tú también puedes amar con gestos pequeños, con
entrega, con sacrificio… y así, parecerte cada día un poquito más a Jesús.
martes, 17 de junio de 2025
ORDENACIÓN SACERDOTAL
DE FRAY JOHANES M. KILMAS –OSM-
El jueves 26 de junio a las 20 h. en nuestra Parroquia, será
ordenado sacerdote Fray Johanes M. Kilmas por imposición de manos de Monseñor
D. José Vilaplana Blasco, Obispo emérito de la Diócesis de Huelva.
Pidamos al Señor para que el Espíritu Santo le conceda las
gracias necesarias para vivir santamente su ministerio y su entrega a la
Iglesia y a la Orden, y que la Virgen María le acompañe siempre en su camino de
servicio.
sábado, 14 de junio de 2025
ACCIÓN
DE GRACIAS
Señor Jesucristo, Revelación del Padre, te damos
gracias por esta fiesta de nuestra comunidad parroquial; pues en ella recibimos
el pan necesario para el camino; nos deja su palabra de ánimo y cuando nos
caemos nos entrega tu perdón.
Gracias Por tu presencia en nuestra historia, por la
virtud de la alegría.
Gracias, por la familia, los amigos por todos
aquellos que nos han animado a continuar este caminar.
Gracias por los sueños realizados, por las
esperanzas asumidas en el compartir de cada día.
Gracias Señor, por el don de la fe y la constancia.
Gracias por los niños y los jóvenes, por los mayores
y los ancianos. Todos, formamos tu Comunidad, tu Iglesia.
Hoy queremos agradecerte por sus grupos y
actividades, por su gente.
Que seamos un rincón sereno, un lugar donde nos
queramos y respetemos, un espacio donde vivamos como hermanos, donde, unidos,
trabajemos por el Reino.
Que no destaquemos por hacer muchas cosas, por ser
muchos o importantes.
Que nos conozcan, solo, por vivir y construir el
Mandamiento del amor fraterno.
Que no nos preocupemos por nosotros mismos, sino que
nos empeñemos en la causa de llevar el Evangelio, especialmente a los vecinos
más alejados de la fe.
María, Madre de los Desamparados, te damos gracias
por nuestra Parroquia, guárdanos siempre en tu regazo de Madre junto a Jesús.
2025
CICLO C TIEMPO ORDINARIO
SOLEMNIDAD
DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
La fiesta de la Santísima Trinidad es la
fiesta de los cristianos. Se puede ir más allá y decir que es la fiesta de
todos los seres humanos, porque todos hemos sido creados a imagen de la Trinidad,
a imagen de Dios.
Dios es relación de Amor,
de comunión de personas. Al crear al ser humano, lo creo a su imagen.
Por eso, todos los humanos estamos llamados a vivir en el amor y
realizar esta relación de Amor. Además, en cada uno de nosotros hay una
huella de cada persona divina.
Los bautizados, además de reflejar la
imagen de Dios, somos conscientes de esta presencia. El acto creador,
como tal, no establece la reciprocidad. El acto creador es un acto de amor y
ternura paternal por parte de Dios, pero no implica necesariamente la
respuesta agradecida del ser humano.
Los cristianos tenemos una relación
personal y personalizada con cada una de las personas del único Dios: son hijos
del Padre, hermanos del Hijo y templos, sagrarios o amigos (porque el amigo es
el que está en mi corazón) del Espíritu Santo.
Somos amigos de Dios. Cuando hablamos de
Dios lo que espontáneamente nos nace es decir que es “Señor” y que, como todo
señor, quiere súbditos sumisos. Sin embargo en el caso del Dios revelado en Jesucristo,
como Padre lleno de amor. Nuestra relación con él no se sitúa en el terreno del
deber, de la ley, de la sumisión, sino de la libertad, de la gracia y del amor.
Al haber sido creados a imagen de un
Dios, Trinidad de personas, resulta que en cada uno de nosotros hay un reflejo
trinitario. Estamos hechos para el amor y solo en el encuentro amoroso nos
encontramos a nosotros mismos.
La pedagogía final, suprema, de Jesús es
tan sencilla: acercarse, consolar y exhortar, susurrar al corazón,
pero sobre todo estar con nosotros: yo estoy contigo, todos los días.
Hoy celebramos el día de la parroquia
con motivo de la festividad de San Antonio de Padua. Hoy queremos agradecer
a Dios que somos familia, comunidad de los hijos de Dios Padre y hermanos
de Jesús que formamos un pequeño grupo de vida para vivir y experimentar el
evangelio.
Sentirnos hermanos nos ayuda a
aceptarnos mejor tal como cada uno es. Una comunidad que nos ayuda a
humanizarnos. La parroquia un espacio para el encuentro gozoso de unos
con otros. Porque la diferencia de los demás me enriquece, me ayuda a crecer y
me invita a salir de mi comodidad.
De nuestro patrón san Antonio podemos
aprender: Humildad: saber ser pequeño ante Dios y los demás. Sabiduría,
fue un erudito, pero nunca hizo alarde de sus conocimientos. Caridad:
amar sin medida, especialmente a los más necesitados. Amor por la Palabra
de Dios: alimento del alma, conocía profundamente la Biblia. Sus sermones eran
apasionados, llenos de sabiduría y tocaban los corazones. Oración constante:
una relación viva con Dios, su vida interior nutría todo lo que hacía hacia
afuera. Valentía en la fe: predicar con el ejemplo.
miércoles, 11 de junio de 2025
2025
MEDITACIÓN EUCARISTICA:
Creí
que ya no podía caer más bajo
Señor
Jesús iniciamos este tiempo ordinario con la fuerza de la compañía del Espíritu.
Tu nos lo mandaste para que no quedáramos solos. Guíanos tu ahora y siempre.
Escuchemos esta historia llena de sentimiento.
A
Jonás lo dejaron libre sin aviso, como quien suelta una caja vieja en medio de
la nada. Había pasado cinco años en prisión por intentar robar en una tienda
con una navaja oxidada. Tenía 20 cuando entró. Salió con 25 y el corazón
reseco, como si los años hubieran evaporado todo lo que un día soñó ser.
Nadie
lo esperó afuera. Su madre había muerto de tristeza, su hermano se cambió el
apellido, y su padre… su padre fue una sombra que nunca se quedó. Los primeros
días no durmió, solo deambuló. No sabía cómo hablar sin que lo miraran como
amenaza. Creía que ya no podía caer más bajo… hasta que se vio peleando con un
perro por un trozo de pan.
Pidió
un café en una parroquia, y un hombre con corbata le soltó sin mirarlo:
-
La cárcel es para aprender, no para mendigar.
Jonás
no dijo nada. Pero por dentro… se rompió un poco más. Porque él sí había
aprendido. Lo que no sabía era cómo volver a empezar sin que nadie le enseñara por
dónde se empieza. Una noche de lluvia se resguardó en un portal. Un hombre
mayor cosía zapatos bajo la luz de un farol. Jonás lo observó en silencio.
-
¿Tienes hambre o curiosidad? le preguntó el viejo.
-
Las dos.
-
Entonces siéntate. Aquí se come mientras se aprende.
Y
así fue. El viejo le enseñó a cambiar suelas, a coser cuero, pulir punteras y
no tener miedo de equivocarse.
-
Esto también es una forma de sanar, le decía.
Jonás
empezó a ofrecer reparaciones por las esquinas. “Zapas que vuelven a caminar”,
escribía en su cartón. Al principio solo le daban pares rotos o tenis sin
suela. Pero cada arreglo era una oportunidad.
Un
día, una mujer le llevó unas botas de marca.
-
Si me las dejas vivas, te traigo a mis amigas.
Él
no solo las dejó vivas… les dio una segunda vida. Con lo que ahorró, compró una
vieja máquina de coser. La instaló en un rincón de un almacén que le prestaron
a cambio de cuidar el lugar. Colgó un letrero con una tiza: “Aquí no se
tiran los zapatos… ni las personas.”
Un
día la máquina se le quemó. Pensó en rendirse. Pero al día siguiente, un
cliente volvió con otra, usada, y una nota que decía: “No pares. Lo haces mejor
de lo que crees.”
Hoy
Jonás tiene un pequeño taller con olor a cuero, café y esperanza. No tiene
redes, ni logos, ni fachada. Solo un banco de madera y su historia colgada en cada
costura.
A
veces, al terminar la jornada, camina hasta el callejón donde un día durmió.
Mira el suelo, suspira, y se va sin decir nada. Y pensaba: Uno no se salva
olvidando lo que vivió… se salva cuando convierte cada herida en herramienta.
Señor
Jesús este relato tiene una carga emocional profunda. Refleja el dolor
silencioso de alguien que ha atravesado una experiencia transformadora, no
necesariamente en el mejor sentido, y se encuentra atrapado en la paradoja de
haber aprendido a través del sufrimiento, pero sin herramientas para sanar o
reconstruirse.
Cuantas
veces nos sucede como Jonás que andamos por la vida caminando con las manos en
los bolsillos, como si ahí pudiéramos guardar lo que nos queda: un par de
certezas rotas, un miedo antiguo, y la sensación de que el mundo sigue girando
sin nosotros.
Seguro
Jesús que no es tristeza exactamente. Es algo más denso, más callado. Como si
el alma se nos hubiera quedado dormida en una esquina del pecho.
Nadie
nos había dicho que crecer dolía así. Ni que a veces uno se quiebra sin hacer
ruido.
Ni que hay días en que respirar se parece más a una tarea que a un acto
natural. Y, sin embargo, seguimos. No por valentía. Sino por costumbre. Te
pedimos que nunca nos desampares ni nos dejes solos. Tu sigue guiándonos y llevándonos
por el camino de la vida. Amén.
lunes, 9 de junio de 2025
sábado, 7 de junio de 2025
2025
CICLO C
SOLEMNIDAD
DE PENTECOSTÉS
Celebramos hoy la solemnidad de Pentecostés,
la efusión del Espíritu Santo a toda la iglesia.
Como hemos escuchado en los hechos, El
Espíritu es Dios es libertad y no soporta vallas ni muros, ni siquiera de palabras
santas. Él rompe todos los candados y puertas.
- La primera puerta que se rompe es la
de una casa sin aire. Los apóstoles salen fuera de la casa y empiezan a hablar
con tanto entusiasmo que la gente creía que estaban borrachos, fuera de sí
mismos, aturdidos por una repentina irrupción de Dios. La iglesia primitiva encerrada,
derrotada y agotada, con miedo… y de repente se levantaron de su postración y
se enfrentan a una ciudad y empiezan a predicar: ¡El Jesús que mataste está
vivo! El cristianismo no se difunde por doctrinas ni prohibiciones, sino,
por la entrega amorosa y contagiosa de la pasión por Dios y por el hombre.
- La segunda
puerta que se abre nos lo dice el salmo: Envía tu Espíritu, Señor, y
repuebla la faz de la tierra. De toda la tierra, ninguna criatura excluida.
El Espíritu lo llena todo; no sólo soplada por el viento de Dios, sino llena.
Aunque no sea obvio, aunque siga corriendo ríos de sangre, locuras, guerras por
todas partes. El Espíritu repuebla, llena la tierra.
- La tercera
puerta que abre el Espíritu es en la unidad en la diversidad: Pues todos
nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un
mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo
Espíritu. Bendice la genialidad y la unicidad de cada uno, pide discípulos
creativos que no repiten las palabras de los demás: libres, ligeros y claros.
Y nadie puede reemplazarnos justo donde Dios nos ha colocado.
- La cuarta puerta
que abre el Espíritu es el futuro, la esperanza. El Espíritu nos guiará hacia
toda la verdad. Jesús no dice haberlo dicho todo, sino que nos habla con verbos
de futuro: el Espíritu vendrá, anunciará, guiará, hablará. Recordará cosas
viejas y descubrirá cosas nuevas. Él, todo un inventor.
- La quinta puerta que nos abre el Espíritu
es la paz ofrecida por Jesús de una manera única y personal. No solamente la
paz social, sino la paz del alma, del corazón del interior del ser humano. El
Espíritu realiza en nosotros la obra realizada en Santa María: encarna la
Palabra en mí, la hace crecer, y nos hace a todos madres de Dios.
Pentecostés es el anuncio de que no hay católicos
deprimidos. Nuestra pequeña barca nunca echará de menos el viento. Sin ansiedad
por la ruta, porque un viento libre y liberador sopla sobre nosotros. Y nos
hace a todos viento en su viento. Porque el Evangelio no está terminado, es
infinito, y crece con quienes lo viven. Crece contigo, crece con nosotros
ACCIÓN DE GRACIAS
Pentecostés siempre es hoy, nunca ayer.
El viento nos toca, pero no se ve, aliento
de vida, un soplo de fe.
Y juega, sugiere murmullo que habla y
pasa de nuevo y otra vez que pasa.
El fuego no quema, calienta las venas, nos
arde la sangre, parece una vela tan viva su luz que nunca se apaga, alegra su
llama, que siempre nos sana.
Todos sirven, todos comen, es mesa de
comunión.
Todos hablan y todos oyen, no es preciso
traducción.
Las caras son diferentes, un solo idioma:
el corazón.
Es que lo NUEVO nació en un tejido de
amor.
Amén
miércoles, 4 de junio de 2025
2025
MEDITACIÓN EUCARÍSTICA:
LA
PRIMERA VEZ
Jesús
de nuevo estamos aquí para descubrir un poco más la voluntad del Padre sobre
cada no de nosotros y sobre nuestro mundo. Estamos junto a la Iglesia universal a la
espera del Espíritu Santo. Que este nuevo Pentecostés inunde nuestras vidas de sabiduría,
de coraje y sobre todo de más humanidad y humildad. Cada vez notamos que la
sociedad se vuelve más insensible y actúa con poca humanidad. Haz que nunca
perdamos la capacidad de ser y sentirnos humildes ante ti y ante los demás.
Escuchemos esta historia
La
primera vez: Era
una mañana tranquila en la estación. Un padre y su hijo adulto estaban por
subir al tren. Para muchos, era solo un viaje más, pero para ellos… era algo
muy especial.
El
hijo sostenía una pequeña mochila entre las manos, con una sonrisa que le
iluminaba el rostro.
-
Aquí tienes los boletos, dijo el padre, ofreciéndoselos con cariño. Recíbelos
tú.
-
Gracias, papá, respondió el joven con entusiasmo.
Subieron
al vagón, se acomodaron junto a la ventana, y cuando el tren comenzó a moverse,
el hijo no pudo contener su emoción:
-
¡Papá, mira!, dijo con voz emocionada. ¡Los árboles se quedan atrás! ¡Es
increíble!
Dos
pasajeras sentadas cerca se miraron entre sí y comenzaron a reírse con discreción.
-
¿Escuchaste eso? susurró una de ellas, intentando no ser escuchada. Se
sorprende por algo tan obvio…
-
¡Qué actitud tan infantil!, respondió la otra, disimulando una risa.
Mientras
tanto, el joven seguía mirando por la ventana con los ojos llenos de vida.
-
¡Papá, mira las nubes!, dijo de nuevo, como si cada detalle fuera un
descubrimiento. ¡Parece que corren con nosotros!
-
Y la gente en los campos… ¡mira qué pequeños se ven!
Las
mujeres comenzaron a mostrar algo de incomodidad.
Finalmente,
una de ellas no pudo contenerse más:
-
¡Señor! dijo con tono molesto, dirigiéndose al padre. ¿Por qué no lleva a su
hijo a un buen doctor?
El
vagón quedó en silencio por un instante. El padre los miró con calma, sin
molestia en el rostro, y respondió con voz serena:
-
Lo hice dijo. Justamente venimos del hospital.
Hubo
un pequeño silencio, y luego agregó:
-
Mi hijo nació ciego.
Hoy,
gracias a una operación que esperábamos hace años… ha recuperado la vista.
-
Y esta, dijo con una suave sonrisa mientras miraba a su hijo, es la primera vez
que ve el mundo.
Las
mujeres se quedaron en silencio, visiblemente avergonzadas. Mientras tanto, el
hijo seguía observando por la ventana, ajeno a todo, disfrutando el milagro que
vivía.
Señor
Jesús enséñanos a nunca burlarnos de lo que no entendemos. Tantas veces estamos
tan predispuestos a juzgar y a sacar conclusiones. Cada emoción, cada gesto,
cada palabra… puede tener detrás una historia que desconocemos. Señor enséñanos
a ser más humildes, gente con más y mejor corazón. Porque nos damos cuenta que
para nosotros algunas cosas pueden ser algo simples y sencillas, sin embargo,
para otros, ejemplo de este joven ciego de nacimiento, son una tremenda novedad
y disfrutan por ello. No juzguemos a nadie, quien sabe las razones que le
llevaron a actuar de aquella o de otra manera. Ciertos acontecimientos pueden
ser el primer día de su nueva vida, encierran una novedad abrumadora.
Jesús
enséñanos a no juzgar nunca a nadie, y sobre todo a no hacerlo rápido y veloz.
Dejemos que las cosas se vayan manifestando poco a poco y a su ritmo. Aprendamos
primero a escuchar, observar y reflexionar. No saquemos conclusiones a la
ligera. Pero sobre todo sobre todo, seamos más humanos, más comprensivos y más hermanos.
Amén