domingo, 8 de marzo de 2015

Evangelio 3º Domingo de Cuaresma



MI CORAZÓN – TÚ CASA
La fe nos abre el camino para entender los signos  que Dios nos regala, también éste del templo destruido y levantado. Cristo crucificado y resucitado- Él es el nuevo templo-. Jesús ve los abusos y, frente a ellos, no permanece indiferente sino que interviene con autoridad defendiendo abiertamente su visión del Templo “Casa del Padre”. Nos enseña que lo que debe ocupar los pensamientos, las preocupaciones y toda la actividad es el Padre mismo, y no idolatrar el dinero, el mercadeo. También nosotros  debemos buscar a los crucificados  a quien amar, a los pobres a quien levantar. ¿Se refleja en mí actuar? ¿Reconozco mi cuerpo – mi corazón, como Templo del Espíritu Santo?

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