MATEMATICAS
DE JESUS: MAS ES MENOS
Cuando os
inviten a una boda no elijáis los primeros puestos, porque todo el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla ensalzado. Cuando des un banquete
invita a pobres, lisiados...
ENTRA EN TU
INTERIOR
Lecciones
magistrales del evangelio que no suelen darse en la práctica con frecuencia:
Humildad y generosidad, como características del discípulo.
Las palabras
de Jesús en el evangelio de hoy muestran las reglas de oro del protocolo
cristiano: renunciar a darse importancia, invitar a quienes no pueden
correspondernos; dar la preferencia a los demás, sentar a la mesa de la vida a
quienes hemos arrojado lejos de la sociedad, por nuestra ambición. Dar y darse, es la verdadera gratuidad. Cuando
invito, incluso cuando me doy a mi mismo ¿lo hago pensando en la recompensa que
me podrán devolver?
En nuestra
sociedad la humildad en demasiadas ocasiones no es bien entendida se etiqueta al
humilde como “tonto”. En nuestro entorno la persona que no tiene el afán de ser
y situarse sobre los demás, quien no se sobrevalora en un mundo competitivo,
como el actual, recibe el rechazo o el abuso de su entorno, nos parece más
normal el comportamiento jerarquizado el valorar por estatus. Pero Jesús nos
recuerda su protocolo, nos invita a la sensatez, sencillez, a la humildad, y la
gratuidad. Es mejor, cuando se es invitado no situarse en el primer puesto, por
nuestra arrogancia, pues vendrá el jefe de protocolo y nos colocará a cada uno
en su lugar. No debemos situarnos nunca por propia voluntad en lugar
preferente, deben ser los demás quienes nos den la merecida ubicación. Paradójicamente,
se adquiere el verdadero honor no exaltándose a sí mismo sobre los demás, sino
poniéndose el último, al servicio. ¿Cómo me manifiesto socialmente, con
sencillez, con humildad? pero ¿por qué? ¿Para qué?
La persona
humilde no se enorgullece de sus cualidades, porque sabe que no son mérito
suyo, sino un don gratuito de Dios. Muestra comprensión porque sabe que todos podemos
fallar y tenemos defectos, y se alegra del bien y no le sabe a envidia que
vayan por delante de él. Esa es la verdadera humildad.
¿Cómo me
defino? Pero más importante aún ¿Como me definirían?