17 de Mayo del 2020
AÑO A TIEMPO PASCUAL VI
Bienvenidos queridos
hermanos después de este período de no frecuencia en el templo parroquial, a
causa de esta pandemia universal. Estamos empezando poco a poco y hasta que el
virus deje de ser una amenaza para la salud, no podremos bajar la guardia. Es
por eso que se habla de nueva normalidad: tendremos que seguir con nuestras
vidas, pero siendo muy prudentes. Estos meses han demostrado que era posible
parar el mundo, que parecía tan desenfrenado. Y mientras vuelve a ponerse en
marcha, son momentos únicos para evitar caer en los mismos defectos. Es como
hacer borrón y cuenta nueva. Ojalá, cada uno desde nuestra parcela, nos
replanteemos la sociedad que queremos y nuestra forma de ser personas.
Las lecturas de este
domingo vienen a nuestro encuentro. Nos indican las características que debería
tener cualquier nueva comunidad.
1) No se debe excluir a
nadie. Felipe se dirige a Samaria, la región más despreciada y odiada por los
judíos.
2) Felipe predica a
Cristo. Los evangelizadores no proponen una filosofía moral ni una ética; su
intención primordial no es reformar las costumbres sino dar a conocer a Jesús.
3) La palabra va
acompañada de la acción. Lucas la concreta en signos y prodigios semejantes a
los que realizaron Jesús y los apóstoles: curación de todo tipo de enfermos.
4) El fruto de esta
actividad es que «la ciudad se llenó de alegría». El evangelio no es un mensaje
triste.
5) la carta de Pedro
recomienda: Saber dar razón de nuestra esperanza con mansedumbre y respeto. Es decir,
saber explicar qué creemos y esperamos, pero sin usar condenas y
descalificaciones.
El evangelio comienza y
termina con palabras muy parecidas: «Si
me amáis, guardaréis mis mandamientos.» «El que acepta mis mandamientos y los
guarda, ése me ama». Como dice el refrán: «Obras son amores, y no buenas
razones». El mandamiento de Jesús se resume en uno solo: «Esto os mando: que os améis los unos a los otros como yo os he amado».
La afirmación de Jesús.
«No os dejaré huérfanos, volveré.» «Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre,
y vosotros conmigo y yo con vosotros.» Esto nos da mucha confianza y
esperanza en un futuro.
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