miércoles, 20 de mayo de 2020


LAS GRIETAS DEL CÁNTARO

Había un cargador de agua de la India que tenía dos grandes cantaros que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego, el cántaro perfecto estaba muy orgulloso de sus logros, pues se sabía perfecto para los fines para los que fue creado. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de una parte del camino; pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen de tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas, y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo de todo el camino por donde vas, y todos los días las has regado, y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, incluidos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza"
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.
Señor Jesús estamos aquí reunidos delante de ti. Tú nos miras y te haces presente en nuestro pobre corazón. A veces agrietado y lleno de imperfecciones. Pero un corazón que quiere amarte y amar a los demás.
En esta tarde queremos pedirte que tú hagas florecer todo lo que nosotros por nuestra torpeza no hemos sabido hacer crecer. Que tú presencia salvadora ilumine el mundo y nuestra sociedad tan tocada por esta pandemia.
Tu solo sabes hacer resurgir en nosotros lo mejor de cada uno de nosotros; incluso aquellas cosas y capacidades que nosotros mismos no sabíamos que teníamos.
Que sepamos aprovechar todas nuestras grietas para hacer crecer hermosos jardines a nuestro alrededor y que todos puedan gozarlos. Amén

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