sábado, 27 de junio de 2020




SOLEMNIDAD DE 
SAN PEDRO Y SAN PABLO
La manera de hablar semita nos puede jugar una mala pasada si entendemos las frases literalmente. Ellos hablan por contraste y cuanto más mejor. Lo que es bueno para el cuerpo, es bueno también para el espíritu. El evangelio de hoy propone, en fórmulas concisas, varios temas esenciales para el seguimiento de Jesús. Todos tienen mucho más alcance del que podemos sospechar a primera vista.
El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí. Se han dicho cantidad de tonterías sobre al amor a la familia y el amor a Dios. El amor a Dios no puede entrar nunca en conflicto con el amor a las criaturas, mucho menos con el amor a una madre, a un padre.
El amor a Dios es único, como único es el amor a un padre o a una madre. En otro apartado del evangelio: “Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado”. Solo puedo amar a Dios, amando a los demás, amándome a mí mismo como Dios manda.
El evangelio nos habla siempre del amor al “próximo”. Lo cual quiere decir que el amor en abstracto es otra quimera. El amor tiene que ser concreto. Hay que revisar el tipo de amor que ejercemos sobre los demás: hay amores que matan, asfixian, oprimen. El amor verdadero nunca está en contra de mi humanidad. Nada que no sea humano puede ser evangélico. No amar a los hijos o a los padres no sería humano.
El que quiera salvar su vida la perderá, pero el que la pierda por mí, la encontrará. En griego hay tres palabras que nosotros traducimos por vida: “Zoe”, “bios” y “psiques”. El texto no dice zoe ni bios, sino psiques. No se trata, pues, de la vida biológica, sino de la vida psicológica, es decir, del hombre capaz de relaciones interpersonales. Esto no sería “perder”, sino “ganar” humanidad.
El que dé a beber un vaso de agua fresca… El ofrecer “Un vaso de agua fresca” a un desconocido que tiene sed, puede ser la manifestación de una profunda humanidad. El dar, sin esperar nada a cambio, es el fundamento de una relación verdaderamente humana. En nuestra sociedad de consumo no hay absolutamente nada que no tenga un precio, todo se compra y se vende.
El amor puramente teórico no tiene consistencia. Un vaso de agua puede ser la manifestación más auténtica de amor. No tiene importancia ninguna lo que hagas. Lo que vale de veras es la actitud de entrega en lo que hagas.
También celebramos la festividad de s. Pedro y S. Pablo. Jesús llamó a Simón, Cefas que significa "piedra" y sobre ella edificaría Su Iglesia. Pescador de oficio, Jesús lo llamó a ser pescador de hombres. Durante la persecución en Roma del año 64, que duró unos tres años, Pedro murió crucificado por mandato del emperador Nerón. Pidió ser crucificado de cabeza para abajo, porque no 
se sentía digno de morir como su Maestro. Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar de todos los defectos, Pedro logró cumplir con su misión.
Pablo enemigo de la nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. La conversión de Pablo fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el "apóstol de los gentiles" ya que llevó el Evangelio a todos los hombres, no sólo al pueblo judío. Comprendió muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del mensaje de Jesús.
Feliz domingo

miércoles, 24 de junio de 2020


ADORACIÓN EUCARÍSTICA
En esta tarde de miércoles nos disponemos a colocarnos delante del señor sacramentado para pasar un momento de oración con él. Pensado en el tema del domingo pasado en el que Jesús nos animaba a no tener miedo, quiero proponeros este cuento para que reflexionemos y saquemos consecuencias. Animo poco a poco iremos recobrando una normalidad aún mejor de la que teníamos. Confiemos siempre en la fuerza de Dios que no nos abandona.

«LA FÁBULA DE LA RANA SORDA»
«Había una vez un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo.
Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuán hondo era, dijeron a las dos ranas que estaban en el fondo, que, para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Se desplomó y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
La multitud de ranas le gritaba que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerza hasta que finalmente saltó fuera del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron:
– ¿No escuchaste lo que te decíamos?
La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más para salir de allí.»

Esta fábula oriental, 'La rana sorda', nos trae una preciosa moraleja: ayuda a los demás a alcanzar sus sueños motivándoles y ayudándoles a confiar en sí mismos y en sus capacidades.
Hablemos de vida, de alegría, de esperanza, de que todo saldrá bien a todos aquellos que se cruzan en nuestro camino. Ese es el poder de las palabras. A veces es difícil comprender que una palabra de ánimo pueda hacer tanto bien.
Esta fábula nos demuestra cuánta fuerza e influencia pueden tener las palabras de los demás en nuestras reacciones y cómo una palabra de ánimo puede ayudarnos a “salir del hoyo” y enfrentarnos a nuestros problemas. La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida con alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.
Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentra desanimado puede ser que acabe por destruirlo. Cualquiera puede decir palabras que roben a los demás el espíritu que les lleva a seguir en la lucha en medio de tiempos difíciles. Tengamos cuidado con lo que decimos. Pero sobre todo con lo que escuchamos, no siempre hay que prestar atención, utilicemos sólo lo que es bueno.
Una sola palabra de aliento puede más de lo que imaginas. Una frase positiva, una mirada cómplice o un abrazo, puede ser determinante para que otros conquisten sus sueños.
Por lo tanto, debemos cuidar lo que decimos a los demás, pero también a nosotros mismos. Porque a veces las ranas que gritan para que nos rindamos y no salgamos del hoyo, somos nosotros mismos: nuestros miedos o la falta de autoconfianza en nuestras posibilidades consiguen que creamos que es mejor rendirse que intentar superar nuestros problemas. A veces damos por imposibles cosas que no lo son: lo que pasa es que cuesta encontrar la solución.
Como la rana sorda, no permitas que los demás, ni tampoco tus propios miedos, consigan que dejes de luchar para superar los problemas. Y recuerda que con una palabra de aliento o simplemente prestando tu atención y tu apoyo, puedes ayudar a los que quieres a que superen los suyos.
Jesús te pedimos hacer oídos sordos a las cosas negativas y anímanos a hacer algo todos para que este tiempo que nos toca vivir, sea mucho mejor para todos. Amén


sábado, 20 de junio de 2020


Jesús no quería que sus discípulos se hicieran falsas esperanzas y les deja claro que el Reino de Dios se predica no solo con la palabra sino sobre todo con la vida. Muchos aceptarán, pero otros los rechazarán, maltratarán, insultarán o condenarán. “No tengáis miedo” les repite Jesús tres veces.
No tengáis miedo, no temáis, precisamente en este tiempo de incertidumbre, de miedos, que poco a poco se va comiendo la vida. Para Jesús lo opuesto del miedo no es tener coraje sino tener fe. Recordemos aquella vez que estando en la barca, en una noche tormentosa, El Maestro dice a sus discípulos: ¿por qué tenéis miedo, todavía no tenéis fe? No somos héroes, somos creyentes y lo que se opone al miedo es la fe. La fe nos hace confiar y esperar en la voluntad salvífica del Padre.
Ni siquiera un gorrión caerá al suelo sin conocimiento del Padre. Nada ni nadie está fuera de la presencia del Padre. Dios siempre nos acompaña en los acontecimientos de la vida, nunca estamos solos. Hasta el punto de que cualquier persona necesitada, hambrienta, sedienta, enferma, crucificada es el mismo Cristo quien está clavado en la misma cruz. El Espíritu Santo, el aliento divino, teje e identifica su aliento con el nuestro; y cuando un hombre no puede respirar porque otro hombre presiona su rodilla sobre su cuello, es el Espíritu, el aliento de Dios, quien no puede respirar. Dios no rompe alas, las cura, las fortalece, las alarga.
La fuerza de la palabra de Jesús hoy es muy importante: no tengas miedo, vales mucho más que los gorriones, Tú vales: ¡qué hermoso es este verbo! Valemos más que muchos gorriones, más que todas las flores del campo, más de lo que nos atrevemos a esperar. Se acabó el miedo de no contar, de tener que demostrar siempre algo. No nos preocupemos, valemos más.
- “No temáis a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma…”. La confianza en Dios frente a las afrentas que pueden ocasionar los hombres; al final, hay un Juez que nos va a juzgar a todos en función de nuestras obras. Jesús nos dice que no nos preocupemos por aquellos que nos pueden destruir nuestra alma, sino preocupémonos de aquello que nos aleja de Dios.
- “Vosotros valéis más que muchos pajarillos”. Si para Dios todas las cosas son importantes, mucho más los hombres. El Padre cuida hasta de los pájaros más pequeños e insignificantes y tiene contados hasta cada uno de nuestros cabellos, ¿cómo no va a ocuparse de cada uno de nosotros?
Dios me ama fragmento a fragmento, fibra a fibra, célula a célula, cabello a cabello.
Para aquellos que no aman, las personas son insignificantes, ningún detalle les provoca emoción. Pero aquel que ama de verdad siente una gran emoción ante cualquier detalle de la persona amada. Su vida, su sonrisa, su pelo, todo cuenta para el amante. No porque seas exitoso o tengas fama, sino porque existes, porque estás. “Lo propio del verdadero creyente no es la cobardía y la resignación, sino la audacia y la creatividad” Pagola.
La Nueva etapa pasa por empezar desde cero a fraguar la vida de muchos cristianos que viven como si no lo fueran. A formar familias desde el Evangelio. A ocupar puestos de responsabilidad en la sociedad civil sin renunciar ni menospreciar los valores del cristianismo. Sólo entonces, cuando seamos templados, cuando lleguemos a ese grado de madurez, es cuando veremos y comprobaremos que el Señor va por delante.


El próximo lunes día 22 de Junio, - primer aniversario del fallecimiento de la madre de Fray Sami -
Celebraremos eucaristía a las 20h. en su memoria

Martes 23 de Junio a las 20'30h.
Reunión de lectores y ministros extraordinarios de la Comunión

miércoles, 17 de junio de 2020



MIÉRCOLES EUCARÍSTICOS
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cercana la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, queremos contemplar en esta tarde el amor loco de Cristo.
El corazón tiene motivos que la razón no comprende – decía Pascal.
En el Sagrado Corazón de Jesús están encerrados todos los tesoros de ternura, compasión y misericordia divinas para todos los hombres y mujeres. ¡Menos mal que Dios en Cristo se hizo amor misericordioso y loco para salvarnos! De lo contrario, ¿dónde estaríamos ahora?
El amor que manifiesta su Corazón es un amor humanamente lleno de locura, que revela un amor divino todavía más loco.
Los escribas y fariseos del evangelio no entienden esta locura de amor de Jesús con los pecadores y publicanos, tienen el corazón cerrado en el legalismo y en pergaminos. ¿A quién se le ocurre dejar las 99 ovejas e ir a buscar a la oveja perdida e indócil que se ha alejado del rebaño? La pérdida de la oveja provoca en el pastor un sentimiento de privación y de vacío, que invade todo su corazón y le hace olvidar todos los otros afectos. Y cuando la encuentra, se alegra, la sube a sus hombros, la acaricia, y cuando llega a casa, hace fiesta, y comparte su alegría con los vecinos. Gestos todos de un corazón lleno de amor y misericordia. Humanamente, este comportamiento del pastor es criticable, porque no es justo reservar más amor a quien merece menos. No es razonable este comportamiento. Pero el amor de Dios no hace cálculos, razonamientos. Lo que quiere es salvar a todos. ¡Cuánto tuvo que luchar Jesús en su vida pública con esos hombres acartonados en la ley, pero sin caridad! Pero el mensaje de Jesús era justamente esto: el amor misericordioso.
El Corazón de Jesús no siguió la lógica de la razón, sino la del amor divino. Y sigue entregándose a sí mismo por nosotros en la Eucaristía: nos entrega su Cuerpo y su Sangre derramada por nosotros. Su muerte en la cruz es la mayor locura de amor que se pueda concebir.
Algunos cristianos santos y mártires sí comprendieron este amor loco: san Maximiliano María Kolbe. En 1941 es hecho prisionero y llevado al campo de concentración de Auschwitz (campo de concentración construido tras la invasión de Polonia por los alemanes). Allí prosiguió su ministerio a pesar de las terribles condiciones de vida. Eran momentos difíciles en el campo, pero su generosidad y su preocupación por los demás nunca le abandonaron. El 3 de agosto de 1941, un prisionero escapa; y en represalia, el comandante del campo ordena escoger a 10 prisioneros para ser condenados a morir de hambre. Entre los hombres escogidos estaba un sargento, polaco como San Maximiliano, casado y con hijos. “No hay amor más grande que éste: dar la vida por sus amigos” (Jn 15, 13). San Maximiliano, que no se encontraba dentro de los 10 prisioneros escogidos, se ofrece a morir en su lugar. El comandante del campo acepta el cambio. Luego de 10 días de su condena y al encontrarlo todavía con vida, los nazis le colocan una inyección letal el 14 de agosto de 1941.
Cómo es nuestro amor por Jesús: sólo sentimental, esporádico, interesado, inconstante. O es fuerte, firme, demostrado en obras.
Recemos con el cardenal, ya santo, John Henry Newman:
Amado Señor, ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya. Inunda mi alma de espíritu y vida. Penetra y posee todo mi ser hasta tal punto que toda mi vida sólo sea una emanación de la tuya. Brilla a través de mí, y mora en mi de tal manera que todas las almas que entren en contacto conmigo puedan sentir tu presencia en mi alma. Haz que me miren y ya no me vean a mí sino solamente a ti, oh Señor. Quédate conmigo y entonces comenzaré a brillar como brillas Tú; a brillar para servir de luz a los demás a través de mí. La luz, oh Señor, irradiará toda de Ti; no de mí; serás Tú, quien ilumine a los demás a través de mí. Permíteme pues alabarte de la manera que más te gusta, brillando para quienes me rodean. Haz que predique sin predicar, no con palabras sino con mi ejemplo, por la fuerza contagiosa, por la influencia de lo que hago, por la evidente plenitud del amor que te tiene mi corazón. Amén.

domingo, 14 de junio de 2020


FESTIVIDAD DEL CORPUS CRISTI
FIESTA DIA DE LA PARROQUIA

Queridos hermanos celebramos hoy dos fiestas importantes una del Corpus, Jesús se quedó como comida y bebida y la de San Antonio de Padua, día de nuestra comunidad parroquial.
Lo primero que sale de nuestros labios es la gratitud, es decir tomamos conciencia de los dones que recibimos cada día, el don de la eucaristía, el don de la vida plena, el don de la comunidad. Estos dones, tenemos que aprovecharlos, desarrollarlos y disfrutarlos juntos.
Jesús realiza un discurso muy perturbador: habla de comer mi carne y beber mi sangre. Esta invitación desconcierta a amigos y adversarios. Jesús reitera ocho veces, clarificando la motivación: para vivir, simplemente vivir, vivir realmente. Jesús tiene algo que cambia la dirección de la vida.
Experimentamos que la vida se desliza, se resbala inexorablemente hacia la muerte, sin embargo, Jesús cambia la perspectiva de este plano inclinado y muestra que nuestra vida se desliza hacia Dios. De hecho, es la vida de Dios que fluye, que entra y se pierde dentro de la nuestra. Aquí está la genialidad y la originalidad del cristianismo: Dios entra dentro de sus criaturas, como la levadura dentro del pan, como el pan dentro del cuerpo.
Nuestros pensamientos corren hacia la Eucaristía. Pero Jesús no está indicando un rito litúrgico; No vino al mundo a inventar liturgias, sino a crear hermanos y personas capaces de amar con libertad. Jesús está hablando de la gran liturgia de la existencia, personal y colectiva.
Dios entra en cada fibra del ser humano. Cristo quiere que el flujo cálido de su vida fluya en nuestras venas, que su coraje arraigue en nuestros corazones, porque vamos a vivir la existencia como él la vivió. Dios se hizo hombre para que cada hombre se vuelva como Dios. Él quiere estar en nuestras manos como regalo, en nuestra boca como pan, en nuestro interior como sangre. Aquí está el milagro, el corazón palpitando, y llega el asombro: Dios en nosotros, nuestro corazón lo absorbe, él absorbe nuestro corazón y nos convertimos en uno.
Motivo para dar gracias a Dios por el don de la comunidad parroquial, de San Antonio:
- Dar gracias por lo que se tiene y por lo que se es, en lugar de lamentarse por lo que no se tiene.
- Todos somos capaces de dar algo bueno. Ser agradecidos con todos.
- Ser agradecidos para vivir la vida plenamente de acuerdo con el fin para el cual fuimos creados.
- Aprender a estar atentos, detenerse y disfrutar de los momentos de felicidad, de alegría sencilla.
- Hacer felices a los demás, un gracias y una sonrisa puede cambiar la convivencia.
- La humildad, como san Antonio, nos ayuda a reconocer todo lo que hemos recibido. El humilde es una persona agradecida con Dios y con las demás personas. Surge espontáneamente la amabilidad, bondad, cordialidad, generosidad; disponibilidad, solidaridad.

miércoles, 10 de junio de 2020


LOS DOS SACOS

Estamos en el triduo de san Antonio, nuestro titular de la parroquia y queremos prepararnos para celebrar nuestra fiesta, la fiesta de la comunidad de hombres y mujeres que seguimos a Jesús. Vivir en comunidad es lo más importante y colocar en el centro no nuestras intenciones o excelencias personales, sino colocar en el centro aquellas actitudes que nos acercan más a los demás y nos hacen comprender la circunstancias.
En esta tarde junto a Jesús sacramentado queremos pedirle que nos abra el corazón y nos disponga a trabajar por un mundo más justo y hermano. Con las actitudes propias de los amigos de Jesús.
Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales cargaba dos sacos sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas. Cuando al primero de ellos le preguntaron qué había en sus sacos, respondió:
"Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado. El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas”.
En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.
Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, contestó:
"En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás contiene todos mis errores. Los llevo conmigo a dondequiera que vaya. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos."
Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, dijo:
"El saco que llevo al frente está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco: lejos de ser una carga, me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás, así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto."

Cada uno de nosotros nace con la libertad de seleccionar aquellos pensamientos que habrán de dirigir nuestras vidas. Nosotros elegimos la senda que queremos recorrer. Y tenemos la capacidad de elegir lo que hemos de llevar en el trayecto. Cada uno de nosotros vamos por la vida con aquello que somos y con aquello que queremos cargar en los hombros.
Jesús camina con nosotros y él nos ayuda a llevar la carga, pero sobretodo nos ayuda a vivir, a sentirnos llenos de vida y de luz. Ser personas positivas que miran con ojos llenos de esperanza a nuestros hermanos que caminan con nosotros y a nuestro mundo y las distintas oportunidades que se nos presentan.
Señor enséñanos a ser comunidad, a vivir en comunidad, a trabajar por nuestra comunidad cristiana y humana. Que seamos personas integradoras y acogedoras y que juntos consigamos la estabilidad emocional y espiritual y así juntos lucha por un mundo nuevo y lleno de luz y paz para todos. Que reconozcamos todo lo bueno que los demás nos dan y nos ofrecen
Los pensamientos positivos propician resultados positivos y la vida se vuelve una aventura feliz, motivante, en la que podemos vernos y ver a los demás a la luz de lo que somos en realidad. De pronto nos damos cuenta de que cada uno de nosotros es una expresión maravillosa y misteriosa de la vida. Pidamos ayuda al Señor para que actuemos como el tercer hombre de este relato. Amén

sábado, 6 de junio de 2020


SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD

El año litúrgico comienza con el Adviento y la Navidad, celebrando cómo Dios Padre envía a su Hijo al mundo. En los domingos siguientes recordamos la actividad y el mensaje de Jesús. Cuando sube al cielo nos envía su Espíritu, que es lo que celebramos el domingo pasado en Pentecostés. Y ahora estamos preparados para celebrar a los tres en una sola fiesta, la de la Trinidad.
A lo largo de los siglos, los teólogos han realizado un gran esfuerzo por acercarse al misterio de Dios formulando con diferentes construcciones conceptuales las relaciones que vinculan y diferencian a las Personas divinas en el seno de la Trinidad. Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.
Jesús, sin embargo, no sigue ese camino. En vez de intentar descifrar el misterio de Dios, nos invita a abrirnos al misterio del mismo Dios. Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinitas. Nadie está solo. Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende, nos quiere y nos perdona como nadie.
Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama «reino de Dios», y busca una vida más justa y digna para todos, sobre todo para los más pobres, indefensos y necesitados.
Juan lo anuncia claramente en el Evangelio: que el Padre ha enviado a su Hijo para dar su vida por nosotros y, así, traer la salvación al mundo.
Es durante el encuentro de Jesús con Nicodemo que cambia y transforma la vida, es un día para nacer de nuevo: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Es un versículo fundamental del evangelio, son palabras que salen de la boca de Jesús que nos reconfortan, y alivian nuestros pesares: Dios ha amado tanto El mundo...
Jesús le está diciendo al fariseo temeroso que el nombre de Dios no es amor, sino "mucho amor", él es "el verdadero amor". Dios siempre considera al mundo entero más importante que él mismo. Por amor se perdió a sí mismo y se entregó a la muerte. El amor de Dios no es una esperanza, sino un hecho seguro y adquirido: Dios ya está aquí, estará con nosotros hasta el fin del mundo y lo está con mucho amor.
El mundo está seguro porque es amado. Los cristianos no somos los que amamos a Dios, sino los que se sienten amados por Dios. El Dios Trinidad nos ama. Esta fiesta es el anuncio de que Dios no es en sí mismo soledad, sino comunión, vínculo, abrazo. Quien nos ha tocado y nos libera y hace que amemos como él.


DOMINGO 14 DE JUNIO
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO
-CORPUS CHRISTI-
En las misas del domingo, de las 10-11 y 20h. al finalizar se hará una pequeña Exposición y Adoración al Santísimo.
Al quedar este año suspendida la procesión por las calles de nuestra ciudad, finalizada la Exposición se procederá a su procesión por el interior del Templo hasta la puerta, donde se procederá a la bendición de la ciudad.

DOMINGO 14 
en la Eucaristía de las 11 h. celebraremos 
la FIESTA DE NUESTRA PARROQUIA.
Este año por motivos sanitarios, se suspende la comida fraterna

SÁBADO 13 de JUNIO
FESTIVIDAD DE S. ANTONIO DE PADUA


TITULAR DE NUESTRA PARROQUIA
Las misas se celebrarán 


a las 8 y 20 h.
Este año por razones sanitarias, 

cada feligrés que lo desee traerá su pan para la bendición

miércoles, 3 de junio de 2020


EL ANILLO DEL MAESTRO

Fue un discípulo a decirle a su maestro: Me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?
El maestro sin mirarlo, le dijo:
- Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después... y haciendo una pausa agregó: si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- Encantado, maestro - titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.
- Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó: Toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban la espalda y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En el afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas, abatido por su fracaso montó su caballo y regresó. ¡Cuánto hubiera deseado el joven tener esa moneda de oro! Podría entonces   habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.
- Maestro -dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera obtener dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.
- Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar.
El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.
- ¡58 MONEDAS! -exclamó el joven.
- Sí, -replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente...
El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido.
- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: Una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.
Todos somos como esta joya, valiosos y únicos y andamos por los mercados de la vida pretendiendo que gente inexperta nos valore. En este tiempo de reclusión hemos descubierto el valor de las personas que teníamos cerca, el valor de la presencia de Dios en nuestra vida, que jamás nos abandonó. Él siempre estuvo a nuestro lado, como ahora en esta tarde que nos acompaña con su presencia en el santísimo sacramento. Valemos mucho porque somos imagen de Dios, desde la creación. Somos reflejo de la única divinidad y a ella tendemos siempre. Además, fuimos comprados con la sangre de Cristo, él se ofreció por nosotros por amor, porque nos quería y porque sabe que vale la pena amarnos y ayudarnos a crecer siempre. Su sacrificio nos valió la vida eterna, la vida plena.
RECUERDA SIEMPRE LO MUCHO QUE TÚ VALES, AUNQUE QUIZÁS, ALGUNAS PERSONAS A TU ALREDEDOR NO TE LO DEMUESTREN.