MEDITACIÓN EUCARÍSTICA
Y DIOS DIJO
En este periodo estival
nuestra meditación y oración ante el santísimo tiene que ser más profunda pues
tenemos más tiempo que a lo largo del año y motivada por el amor a Dios. Por
eso queremos escuchar lo que hoy nos dice el Señor. Y habla así:
- Si nadie te ama, mi
alegría es amarte.
- Si lloras, estoy deseando
consolarte.
- Si eres débil, te daré mi
fuerza y mi alegría.
- Si nadie te necesita, yo
te busco.
- Si eres inútil, yo no
puedo prescindir de ti.
- Si estás vacío, mi ternura
te colmará.
- Si tienes miedo, te
llevaré en mis brazos.
- Si quieres caminar, iré
contigo.
- Si me llamas, vengo
siempre.
- Si te pierdes, no duermo
hasta encontrarte.
- Si estás
cansado, yo soy tu descanso.
- Si pecas,
soy tu perdón.
- Si me
hablas, trátame de tú.
- Si me pides,
soy don para ti.
- Si me
necesitas, te digo: estoy aquí dentro de ti.
- Si te
resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
- Si estás a
oscuras, soy lámpara para tus pasos.
- Si tienes
hambre, soy pan de vida para ti.
- Si eres
infiel, yo soy fiel contigo.
- Si quieres
hablar, yo te escucho siempre.
- Si me miras,
verás la verdad en tu corazón.
- Si estás en
prisión o encadenado a cualquier circunstancia, te voy a visitar y liberar.
- Si te
marchas, no quiero que guardes las apariencias.
- Si piensas
que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti
- Si quieres
ver mi rostro, mira una flor, una fuente, un amanecer, un niño, un pobre.
- Si estás
excluido, tu eres imprescindible para mí.
- Si todos te
olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
- Si no tienes
a nadie, me tienes a mí.
- Si eres
silencio, mi palabra habitará en tu corazón. Amén.
Ante esta
reflexión nos quedamos mudos de palabras, porque nos damos cuenta del valor de
las palabras de Santa Teresa de Jesús: Nada
te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo
alcanza; Quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta.
Sí, en Él está
todo lo que ansía nuestro corazón, todo lo demás es secundario. Cada vez que
Teresa tenía una contradicción, se lo repetía interiormente y encontraba fuerza
en este convencimiento, que heredó de san Pablo: «Si Dios está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros?» (Rom 8,31).
Esta oración
íntima de santa Teresa sirve para cada uno de nosotros. Nosotros también
podemos decir: «Alma mía que nada te
turbe, que nada te espante… Solo Dios te basta. Él es tu amigo verdadero. Pon
en Él tu confianza, que nunca te fallará».
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