miércoles, 1 de julio de 2020


LA MAYOR PRUEBA DE AMOR Y AMISTAD

En esta tarde de adoración, delante de Jesús sacramentado os invito a meditar sobre la entrega de Jesús, ya que dentro de unos días celebraremos la santísima sangre, nuestra patrona y todos los hombres y mujeres de fe de Denia pedimos su protección y bendición.
“Nadie tiene amor más grande que este, dar la vida por sus amigos”. —Juan 15:13
Cuenta la historia que Dionisio un tirano que dominaba la tierra de Siracusa, condenaba a muerte a todo aquel que lo hiciera enojar. Cierto día se enfadó mucho con un joven llamado León. Tanto se enojó que lo condenó a morir. Sabiendo que aquel era el fin de su vida, León pidió al tirano que le permitiera ir a despedirse primero de su familia.
- Si te dejo ir, te escaparás- advirtió Dionisio. Pero León llegó a un acuerdo con Dionisio. Consistía en que un amigo suyo llamado Pitias se quedaría encarcelado en su lugar, como fianza, y si León no llegaba a tiempo, Dionisio podría quitarle la vida a él.
- Si León no vuelve, yo moriré en su lugar- confirmó Pitias.
Dionisio aceptó el trato, dándole a León un máximo de seis horas para ir a despedirse de los suyos. A León le sobraban cuatro horas para poder estar de regreso, así que partió confiado. Dionisio estaba convencido de que iba a ver morir a Pitias, el amigo de León, y se preguntaba cómo alguien podía estar dispuesto a dar su vida por otro, siendo inocente. Y fue a burlarse de Pitias cuando habían pasado ya cinco horas y León no había vuelto.
- Mi amigo habrá tenido un accidente- le dijo Pitias.
De repente, en el último momento, apareció León y abrazó a su amigo. Estaba sin aliento y apestando a sudor. De camino, alguien había matado a su caballo y había tenido que hacer el resto del trayecto corriendo. Asombrado Dionisio, que no había visto jamás semejante lealtad, los dejó libres.
Cada momento en la vida nos vemos rodeados de diferentes tipos de personas, aquellas que nos ofrecen su amistad a cambio de algo material que les podemos dar, o por el puesto social o económico que tenemos, entre otras cosas, todo va de acorde a lo que poseemos y cuando lo perdemos, ellos fácilmente se alejan.
También está ese tipo de personas que nos muestra una amistad sincera, que no les importa lo que podamos ofrecer, ellos siempre estarán aun cuando lo perdamos todo y estarían dispuestos a dar su vida por nosotros, es una lealtad que no tiene precio.
Cuando Jesús camino sobre la tierra se encontró con estos tipos de personas, aquellas que lo amaban con sinceridad y lealtad y aquellas que lo amaban por lo que él les daba. Él conocía sus corazones y sabía distinguir entre aquellos que le acompañarían hasta el final y aquellos que le darían muerte.
Si por alguna razón tú no encuentras amigos sinceros y leales, toma el primer paso y se amigó de Jesús, él te mostrará la mejor amistad.

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