miércoles, 2 de septiembre de 2020



 ADORACIÓN EUCARÍSTICA

En esta tarde ante el Señor sacramentado queremos abrir nuestros corazones a su presencia en lo más íntimo de nosotros. Él nos refuerza y nos anima a vivir y a realizar nuestros sueños, nuestras inquietudes. Esta reflexión de Gabriel García Márquez nos puede ayudar a centrarnos más en lo esencial y lo importante

 

LOS ZAPATOS NEGROS

La última vez que le regalé unos zapatos a mi madre, fueron unos mocasines negros. Las estrenó ese mismo día. Cuando se las vi ¡hasta me sorprendí!...

Se las había comprado para “un día especial” y le pregunté:

- ¿por qué las has estrenado tan rápido?

Y me contestó...

- “¿Ajá, y si me muero mañana?... las va a estrenar otra. ¡No mi hijo, estás son para estrenarse hoy mismo!” Dos meses después mi madre falleció.

Hoy volví a recordar los zapatos negros de mamá -algo desgastados- Y recordando me pregunto:

- ¿Qué estamos esperando para estrenar?

- ¿Qué es realmente un día especial?... cuando la vida se vive una sola vez.

Así pasamos la vida... esperando el momento adecuado, el momento preciso, el día especial para estrenar aquello que nos hará sentir mejor.

¿Cuánta gente llegó aquí sin decir lo que quiso, sin ponerse lo que quería, sin regresar a algún lugar o sin pedir perdón?

¿Los amores que jamás fueron... por esperar un poco a decirlo?

¿Los matrimonios que se rompieron porque el otro... no dijo "perdón" primero?

¿Los amigos que dejaron de hablarse... por un mal entendido?

¿La familia que jamás volvió a reunirse... porque no encontraban un día?

¿Los sueños que se quedaron en sueños... por esperar la oportunidad?

¿La gente honesta que perdimos... porque fue sincera y nos dolió?

¿Y si no llega mañana...?

¿Qué dejaste sin estrenar... para que otro estrenara?

¿A quién dejaste... para que otro amara?

¿Qué palabras dejaste sin pronunciar?

¿Con qué perdón en el pecho te quedaste?

¿A quién le debes una explicación?

¿A quién debiste darle una oportunidad?

¿A quién debiste cerrar la puerta, sin jamás mirar atrás?

¿Qué aventura dejaste sin hacer?

Guardamos sin estrenar palabras, compañía, sentimientos, sueños... solo por miedo a fracasar, por vergüenza o peor aún ¡por orgullo! Y así vamos calmando los latidos del corazón, sin darnos cuenta que nos quedamos inertes ante la vida, por esperar a mañana.

El mañana no existe... Es solo una esperanza, una idea que tal vez no llega, solo nos queda... Hoy. Hay que estrenarse los zapatos antes que otro... Luchar por lo que amas, luchar por tus sueños y vivir intentándolo antes que otro se atreva a la mejor hazaña. Recuérdalo: ¡vive la vida!

Y cada mañana, cuando abrimos los ojos en esta tierra de “locos”, es la manera en que Dios nos está diciendo: ¡Anda!... ¡vamos! Atrévete a intentarlo, Arriésgate... Quizás éste sea el día, si fallas no te preocupes... Yo estaré aquí y si vences... también.

Hoy estuve en el mismo lugar donde está su cuerpo, en silencio y con lágrimas en mis ojos me acordé de sus zapatillas negras... Y recordé que yo quería estrenarme unos mocasines de colores y por miedo a que se mojaran... ¡no me los puse!

¿Y qué si se mojan?... que se sequen.

¿Y qué si se rompen?... los usé.

¿Y qué si no funciona?... ¡lo intenté!

Ahora, ya aquí pensando: HOY es un buen día para estrenar zapatos... Para comenzar a hacer tus "sueños realidad" ¿Aún tienes algo sin estrenar?

Entremos en el silencio del corazón y amemos.

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