sábado, 24 de julio de 2021

2020 AÑO B TIEMPO ORDINARIO XVII. SANTIAGO APOSTOL

Hoy 25 de julio celebramos la festividad de Santiago apóstol, patrón de España. La tradición cuenta que él con sus seguidores trajeron la fe a nuestra tierra y que una vez muerto trajeron su cadáver para que reposara en nuestra tierra. Ser patrón significa estar cercano, ser ejemplo e intercesor de todos nosotros. Este año al caer domingo la fiesta del Apóstol, se ha declarado como Año Santo compostelano.

Hay que reconocer la costumbre de peregrinar a Compostela desde tiempo inmemorial. En Europa el Camino de Santiago ha conformado nuestro modo de vivir la fe evangélica y ha servido para unir diferentes pueblos. En nuestros días hay deseos de espiritualidad y el Camino parece un medio adecuado para favorecer este encuentro con lo más noble del espíritu humano.

- La peregrinación y el camino ha sido desde muy antiguo un símbolo empleado para significar un reencuentro con uno mismo. Vivir es caminar, dar pasos, marchar hacia el futuro.

- El camino es siempre marcha hacia adelante: la meta es la que atrae al peregrino. Sin meta no hay camino sino un ir de una parte a otra vagando sin sentido.

- El camino se emprende con esperanza, con confianza, con cierto temor y con incertidumbre. Es necesario andar el camino adecuado, no extraviarse, no seguir caminos equivocados. Sucede así en la vida. La grandeza de una persona se mide por la meta y los ideales que moviliza sus esfuerzos.

- La peregrinación, a lo largo de los días, se va convirtiendo en escuela que permite ahondar en lo esencial de la vida. El cansancio, la marcha en silencio, la perseverancia en el esfuerzo, van conduciendo al peregrino hacia el fondo de su corazón.

- La llegada a Santiago, el encuentro con el apóstol testigo del Señor, la acción de gracias a Dios, la súplica callada, etc. puede culminar una experiencia religiosa muy renovadora.

- En el evangelio vemos los intereses humanos que pretenden ocupar los primeros lugares de honor, las distinciones y estar por encima de los otros. Pero Jesús trasforma las vidas de los apóstoles y las nuestras también pueden ser trasformadas. Ellos aceptaron “beber el cáliz” y nosotros somos hijos de esa experiencia. La fiesta de Santiago, nuestro Patrono, es una gran invitación para que en nuestras comunidades cristianas prevalezca el servicio y que nuestras vidas las pongamos a disposición de los demás.

La mejor manera de hacer un verdadero camino hacia la tumba del Apóstol Santiago sería trabajar por una “Iglesia en salida”, no instalada en sí misma. El servicio a los hermanos como el mejor ejemplo del amor de Dios.

Agradezcamos el don de la fe que hemos recibido y procuremos vivir nuestra fe en este tiempo concreto, buscando los medios adecuados para que nuestro testimonio y nuestra palabra sean comprensibles y cautivadores para la sociedad de hoy. Amén

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario