2021 AÑO B TIEMPO ORDINARIO XV
Las lecturas de este domingo nos invitan a comunicar, compartir, anunciar lo que hemos recibido gratuitamente como discípulos y misioneros de Jesús. Muchos bautizados y gente en general, no conocen el Evangelio de Jesús, tienen una idea distorsionada o se muestran indiferentes, quizá sea porque no somos capaces de trasmitir la buena noticia. Evangelizar significa comunicación gozosa de la Buena Noticia, no tanto con palabras rebuscadas y difíciles sino con sencillez, profundidad, pero sobretodo con los gestos, actitudes, maneras de estar colocados en la vida, como individuos y como comunidad.
Jesús hoy envió a sus
discípulos de dos en dos. Siempre que Dios te llama, te pone en camino. Te
trastoca tu vida instalada, enciende nuevas metas y abre caminos nuevos.
- De dos en dos y no de
uno en uno. Es lo primero que anunciamos los discípulos de Jesús: vamos juntos,
uno al lado del otro, uniendo fuerzas.
- Les ordenó que no
llevaran nada más que un bastón. Solo un bastón para sostener el paso y apoyarte
del cansancio y un amigo para sostener el corazón y apoyarte en comunión.
- Ni pan, ni alforja,
ni dinero y ordenó no llevar dos túnicas. Se van sin nada superfluo, incluso
sin lo necesario. Los medios y las cosas no son decisivas, sólo la fe que el
amor crea: Vivir de la confianza: confía en Dios, que no se perderá nada, y
confía en los hombres, que abrirán sus casas.
- Jesús nos quiere a
todos nómadas por y del amor: personas que no confían en la cuenta bancaria ni
en los ladrillos sino en el tesoro esparcido en todos los pueblos y ciudades:
manos y sonrisas que abren puertas y restauran corazones. La riqueza del nómada
e itinerante es la ligereza, la sencillez y la esencialidad con la que vive.
- La fuerza de la
Iglesia, hoy como entonces, no está en los números ni en los recursos ni en los
medios de comunicación, sino que reside en el corazón del discípulo: "El
locutor debe ser infinitamente pequeño, sólo así el anuncio será infinitamente
grande. "(G. Vannucci).
Es sorprendente que
Jesús insista más en el como anunciar que en su contenido. El evangelio tiene
que ser anunciado por aquellos que saben vivir con sencillez. Hombres y mujeres
libres que conocen el gozo de caminar por la vida sin sentirse esclavos de las
cosas. No son los poderosos, los financieros, los tecnócratas, los políticos
los que van a construir un mundo más humano.
Esta sociedad necesita
descubrir que hay que volver a una vida sencilla y sobria. No basta con
aumentar la producción y alcanzar un mayor nivel de vida. No es suficiente
ganar siempre más, comprar más y más cosas, disfrutar de mayor bienestar.
Esta sociedad necesita
como nunca el impacto de personas que sepan vivir con pocas cosas. Creyentes
capaces de mostrar que la felicidad no está en acumular bienes. Quienes viven
una vida sencilla y una solidaridad generosa son los que mejor predican hoy la
conversión que más necesita nuestra sociedad. Dios ya está aquí. Él está cerca
de ti con amor. Está aquí y cura la vida.
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