2022 AÑO C NAVIDAD: EPIFANIA DEL
SEÑOR
La Fiesta de Epifanía
celebra la Manifestación del Señor a todos los pueblos. El carácter de esta
fiesta es desvelar un sentido teológico de la humanidad de Jesús. En él se nos
revela Dios haciéndose visible y solidario completamente con la humanidad. Es
la presencia de Dios entre nosotros de una manera inimaginable para la razón.
En la Navidad lo contemplamos en la forma de un niño en precarias condiciones y
con las necesidades de un ser indefenso.
El relato de los magos,
nos los presenta en medio de la noche, siguiendo la pequeña luz de una
estrella. En Jesús se cumplen las palabras del profeta Isaías: El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto
una luz grande. Habitaban en una tierra de sombras, y una luz ha brillado ante
sus ojos.
Seguramente la
oscuridad, la frustración y la impotencia que encontramos en estos momentos
sean los rasgos que acompañan casi siempre el caminar del ser humano a lo largo
de los siglos. Pues a pesar de todos los fracasos y frustraciones, el ser
humano vuelve a recomponerse, vuelve a esperar, vuelve a ponerse en marcha en
dirección a algo. Hay en el ser humano algo que lo llama una y otra vez a la
vida y a la esperanza. Será que somos imagen y semejanza de Dios. Siempre
existirá una estrella que vuelve a encenderse.
Esa estrella conduce
siempre a Jesús. El cristiano no cree en cualquier mesianismo. Y por eso no cae
tampoco en cualquier desencanto. El mundo no está perdido de antemano. No está
en completa tiniebla. El mundo está orientado hacia su salvación. Dios será un
día el fin del exilio y las tinieblas. Luz total. Hoy solo lo vemos en una
humilde estrella que nos guía hacia Belén.
Epifanía es, pues,
fiesta de la luz, luz de Cristo, que es el sol que alumbra nuestras vidas.
Nuestra actitud de acogida del misterio de Navidad debe ser una apertura a la
luz, a ser iluminados.
Una estrella que nos
lleva a confesar a Jesús como el Mesías, rechazado por los judíos y aceptado por
los paganos. El reino de Dios está abierto a todos los pueblos. Por tanto, el
relato de los Magos es el relato de los gentiles que aceptan la fe en el Mesías
Jesús y lo adoran como tal, mientras que Herodes, representante de pueblo
judío, quiere matarlo y deshacerse de él.
Dios quiere la
salvación de todos. Universalidad de la salvación: Dios se ha manifestado a
todos los pueblos, no solo Israel: todos los pueblos caminarán a tu luz. Por
eso la fiesta de hoy es fiesta de la Iglesia misionera. Los magos se ponen en
camino, buscan la luz y la verdad, pero no forman parte del pueblo elegido.
Lo adoran y le ofrecen
presentes, regalos, dones. La fiesta de hoy nos invita a adorar al misterio de
la Palabra hecha carne, luz para todos los corazones que se abran a él. Pero
sobretodo nos invita a ofrecer el mejor regalo, nuestra propia vida, al
servicio de los demás. Después de
adorarlo y de ofrecer sus dones, los Magos regresaron a su tierra. Algo así
tiene que ser nuestra vida cristiana, y de manera especial sabiendo que
Jesucristo se ha presentado como “el camino y la verdad y la vida”.
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