miércoles, 19 de enero de 2022


 2022 ENERO ADORACIÓN EUCARISTICA: 

LA TELARAÑA EN LA PUERTA

Una vez más Jesús en el santísimo sacramento del altar nos reunimos en torno a tu mesa para contemplarte y sentirte muy cercano a cada uno de nosotros, a nuestras familias, a nuestras comunidades, a nuestro mundo.

Siempre necesitamos que tu presencia inunde nuestras vidas y que tus palabras lleguen a nuestro corazón y lo llenen de esperanza, amor y paz. Siempre queremos sentirnos bien por eso es bueno alimentar no solo nuestro cuerpo sino también el alma. Estos momentos de adoración proporcionan esta serenidad necesaria para la existencia. Aprendemos de tu silencio y de tu palabra. Hoy queremos reflexionar sobre como tú y el Padre vais conduciendo nuestra vida por caminos que nunca sospecharíamos y que nos ayudan a sentirnos fuertes y animados a seguir caminando por los caminos que tú nos trazas. Escuchemos esta historia en la que predomina tu voluntad efectiva y no la nuestra.

LA TELARAÑA EN LA PUERTA

Dicen que una vez un hombre era perseguido por varios malhechores que querían atracarlo. El hombre entró en una cueva. Los malhechores empezaron a buscarlo por las cuevas anteriores a la que él se encontraba.

Con tal desesperación elevó una oración al Creador:

"Dios Todopoderoso, haz que tus ángeles bajen y tapen la entrada, para que no entren a matarme".

En ese momento escuchó a los hombres acercarse a la cueva en la que él se encontraba y vio que apareció una arañita.

La arañita empezó a tejer una telaraña en la entrada. El hombre volvió a elevar otra plegaria, esta vez más angustiado:

-"Señor te pedí ángeles, no una araña."

Y continuó: "Señor por favor, con tu mano poderosa coloca un muro fuerte en la entrada para que los hombres no puedan entrar a matarme".

Abrió los ojos esperando ver el muro tapando la entrada y observó a la arañita tejiendo la telaraña.

Estaban ya los malhechores entrando en la cueva anterior y el hombre se quedó esperando su muerte. Cuando los malhechores estuvieron frente a la cueva, ya la arañita había tapado toda la entrada. Entonces se escuchó esta conversación:

- Entremos en esta cueva.

-No. No hace falta.

- ¡Mira, hay una telaraña! Es imposible que haya podido entrar en esta cueva sin romperla. Sigamos buscando en las otras.

 

Esta historia nos hace pensar que tantas veces pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero Dios nos da aquellas pequeñas cosas que se pueden volver grandes.

A veces pedimos muros para estar seguros, pero Dios en cambio nos pide confianza en Él, para dejar que Su poder se manifieste y haga que algo como que una telaraña nos de la misma protección que una muralla. Si has pedido un muro y no ves más que una telaraña, recuerda que Dios sabe lo que realmente necesitamos.

¡Confiemos en Él!... Dejemos que se haga Su VOLUNTAD y no la nuestra. La fe es creer que se tiene lo que no se ve. Perseverar en lo imposible.

Hay una frase muy bella que dice: “Si le pides a Dios un árbol te lo dará en forma de semilla”.

Pedimos cosas que desde nuestra perspectiva humana son lo que necesitamos, pero, Dios nos da aquellas con las cuales nos muestra que, con cosas muy sencillas, él puede hacer mucho más. Como en esta lectura, a veces pedimos muros para estar seguros, pero no tendría ningún mérito pues sabríamos y tendríamos la certeza de que estamos protegidos, Dios en cambio nos pide además confianza en Él, para dejar que su Gloria se manifieste y haga que algo como una telaraña nos de la misma protección que una muralla. Amén

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