2022 MAYO MEDITACIÓN EUCARISTICA:
DURMIENDO DURANTE LA TORMENTA
En esta tarde, delante de ti, Jesús eucaristía, nos sentimos bien y a gusto porque experimentamos tu inmenso amor para con cada uno de nosotros. Nunca estaremos solos ni nos dejarás a pesar de nuestras deficiencias y de nuestras caídas. Porque tu amor hacia las criaturas es incondicional y nos amas, no porque nos lo merecemos, sino porque tú tienes un corazón que solo es capaz de mar, de sonreír, de brindar nuevas oportunidades. Y ese tu gran amor nos hace confiar en nosotros e intentamos corresponderte lo mejor que sabemos, poniendo en acción todas nuestras capacidades y saberes. Escuchemos esta linda narración:
DURMIENDO DURANTE LA TORMENTA: Un joven se presentó para un
empleo en una granja. Cuando el granjero le preguntó sobre sus calificaciones,
él dijo: “Puedo dormir cuando el viento sopla”. Esto sorprendió al granjero.
Pero como le cayó bien el joven, lo empleó.
Unos pocos días más tarde, el granjero y su esposa
fueron despertados en la noche por una violenta tormenta. Rápidamente
comenzaron a revisar las cosas para ver si todo estaba seguro. Hallaron que las
ventanas de la granja habían sido aseguradas. Un buen suministro de leña había
sido colocado junto a la chimenea.
El joven dormía profundamente.
El granjero y su esposa inspeccionaron entonces su
propiedad. Hallaron que todas las herramientas habían sido colocadas en el
depósito, libre del efecto de los elementos.
El tractor había sido movido al garaje. El granero
estaba adecuadamente bajo llave. Aun los animales estaban calmados. Todo estaba
bien.
El granjero comprendió entonces el significado de
las palabras del joven: “Puedo dormir cuando el viento sopla”. Porque el obrero
hizo su trabajo leal y fielmente cuando los cielos estaban claros, estaba todo
preparado para cuando la tormenta vino. Así que cuando el viento sopló, él no
tuvo temor. Pudo dormir en paz.
Cuanta
diligencia, inteligencia y responsabilidad, empleó este muchacho. Esta
narración nos da a entender que cuando hacemos las cosas bien y hagamos justo
lo que teníamos que hacer, entonces podremos disfrutar de la vida y descansar
en paz y serenidad.
Uno de los
cambios más importantes que debes realizar es el de desterrar las preocupaciones
ante la vida. Preocuparse, aunque a veces resulte inevitable, realmente es
inútil. De nada sirve darle vueltas a un asunto una y otra vez, realizando el
mismo recorrido mental que nos lleva a un callejón sin salida y aumenta nuestra
ansiedad. Cambiemos el foco, en lugar de preocuparnos, ocuparnos. Analizar
detenidamente los problemas y si tiene solución, si puedes hacer algo al
respecto o no. Si la tiene, adelante, actúa. Y si no la tiene, actúa también.
Enfócate en aceptar la realidad que ha llegado, fluir con ella, extraer un
aprendizaje y seguir adelante.
Es
imprescindible seleccionar cuidadosamente con qué gafas deseamos mirar el
mundo. Si miramos a través de los cristales de la queja, del victimismo, de la
indefensión… solo sentiremos frustración e impotencia. Hemos acostumbrado a
nuestra mente a buscar, hallar y detectar todo lo negativo que nos rodea:
problemas, dificultades, limitaciones… Sin embargo, podemos entrenar al cerebro
para identificar cada oportunidad, recurso y aspecto positivo de la vida. Comencemos
por hacerlo de forma deliberada, esforcémonos en reconocer y agradecer cada día
todo lo bueno que tenemos y con el tiempo sentiremos que somos afortunados.
Le pedimos a
Jesús sacramentado que nos ayude a ser nosotros mismos, tal como fuimos
pensados y concebidos desde toda la eternidad. Aprendamos a ser nosotros mismos.
Muchas personas sienten miedo de manifestar sus opiniones, deseos, gustos… y
desean encajar con la sociedad a costa de una máscara. Pero a la larga, esto
perturba la paz interior y lleva a la inconformidad.
Lo ideal es
que aprendamos a conectar con nosotros mismos y vivamos haciendo lo que tenemos
que hacer en cada momento y en cada instante, así podremos dormir durante la
tormenta. Amén
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