2022 MEDITACION EUCARISTICA:
Los dos halcones
Delante de ti Jesús sacramentado estamos en esta tarde para compartir estos momentos contigo, para dedicar nuestro tiempo al abrazo intenso y profundo de nuestro corazón al tuyo. Estamos seguros que este tiempo que dedicamos a estar contigo no es un tiempo perdido, sino todo lo contrario un tiempo ganado, porque nos renueva, nos da plenitud y nos hace crecer.
Tu presencia
hace que saquemos todo lo bueno que tenemos dentro, esos talentos y dones con
que tú nos enriqueciste. Queremos saber aprovecharnos de todo lo que somos para
construir un mundo mejor, a la estatura como tú lo pensaste a la hora de la
creación. Ayúdanos a compartir con los demás los dones recibidos para el bien
de todos. Escuchemos esta historia.
Los dos
halcones:
Cuenta la historia que un rey de un país muy lejano recibió como obsequio en su
cumpleaños dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que
los entrenara.
Pasados unos meses, el instructor le comunicó que
uno de los halcones estaba perfectamente educado, había aprendido a volar y a
cazar, pero que no sabía qué le sucedía al otro halcón: no se había movido de
una rama desde el día de su llegada a palacio, e incluso había que llevarle el
alimento hasta allí.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo
tipo, pero nadie consiguió hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a
varios miembros de la corte, pero a pesar de los intentos nada cambió; por la
ventana de sus habitaciones el monarca veía que el pájaro continuaba inmóvil.
Publicó por fin un llamamiento entre sus súbditos
solicitando ayuda, y entonces, a la mañana siguiente vio al halcón volar
ágilmente por los jardines.
- “Traed al autor de este milagro”, dijo a su
séquito.
Al poco rato le presentaron a un campesino.
- “¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste?
¿Eres mago, acaso?”
Entre feliz e intimidado, el hombrecito explicó:
- “No fue difícil, Su Alteza, sólo corté la rama. El
pájaro se dio cuenta de que tenía alas y se lanzó a volar”.
En nuestra
vida hay muchas ramas que nos mantienen en una situación de comodidad. Algunos
a pesar de la seguridad de la rama igualmente se arriesgan y se lanzan,
aprendiendo a volar y buscando la superación personal.
Pero otros,
como el segundo halcón, se acomodan en ella. A veces puede que algún
acontecimiento rompa la rama de la costumbre, de la seguridad, entonces se dan
cuenta de que pueden volar y superarse a sí mismos.
En ocasiones
nos acomodamos sin ser conscientes de nuestras potencialidades, sin desarrollar
todas nuestras cualidades, pues estamos cómodos en nuestra rama: quizá es
necesario que alguien nos corte la rama para que podamos arriesgarnos al vuelo.
A veces las
situaciones inesperadas, y que incluso en principio parecen negativas son
verdaderas oportunidades para desarrollar nuestras potencialidades. Hemos de
desarrollar nuestras capacidades y potencialidades, como dice el refrán: La confianza del pájaro no está en la rama
en la que se apoya, sino en sus propias alas.
El Señor
confió una cantidad considerable de sus riquezas a cada uno de nosotros. A mí
también se me ha confiado mucho. Se me pedirá rendir cuentas de mis
responsabilidades. Hoy miramos especialmente a nuestro mundo degradado, que
parece que hemos manejado tan mal, dejándolo en un estado muy triste a nuestras
futuras generaciones. Los dones son para que los pongamos a rendir.
El sirviente,
de la parábola, que ocultó su talento por miedo, es etiquetado como inútil, una
palabra dura sin duda.
Él espera
mucho más de nosotros. Por eso, es importante que nos tomemos un tiempo para
reflexionar cuáles son mis talentos, dones o habilidades y después preguntarme
hasta dónde las estoy usando
Los primeros
dos sirvientes de la parábola, se arriesgaron y duplicaron lo que habían
recibido. Fueron alabados por su compromiso con el Maestro.
Amén
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