2020 AÑO A TIEMPO ORDINARIO XXXI
FESTIVIDAD DE TODOS LOS SANTOS
La fiesta de todos los
santos, el 1 de noviembre, nos invita al optimismo. Todos santos. Todo lo que
nos rodea está lleno de bondad si tenemos los ojos del alma abiertos para
percibirlo. Acostumbrados a poner el foco en lo negativo, es muy necesaria esta
fiesta para descubrir ese soplo divino en todos los seres.
SANTIDAD es aprender a
ser Hijos felices de Dios, acogiendo su Obra en nosotros
Sed santos (buenos), como vuestro Padre, que hacer salir
el sol sobre buenos y malos. No es tanto lo
que yo hago o tengo que hacer, sino lo que El hace, y de lo que yo me puedo
hacer consciente.
Por Amor, Dios crea un
ser con capacidad de ser bueno y feliz con El. El amor de Dios comienza a
manifestarse en la creación. El Dios que es Amor, Comunión, y Entrega,
encuentra su reflejo e imagen, en la apertura y receptividad, capacidad del ser
humano.
Hemos leído las
bienaventuranzas y la mente corre inmediatamente a sinónimos como: feliz,
contento, afortunado. Pero el término no puede comprimirse sólo en el mundo de
las emociones. En cambio, indica un estado de vida, consolida la certeza más
humana que tenemos y que todos estamos compuestos en la unidad: la aspiración a
la alegría, al amor, a la vida.
Benditos y dichosos es
como decir: levantaos, caminad, adelante. Dios camina con vosotros; arriba,
sobre vuestra espalda recta, no os rindáis, vosotros los no violentos, sois el
futuro de la tierra; ánimo, levantaos y tirad el manto de luto, vosotros los
que lloráis; no dejéis caer los brazos, vosotros los que producimos amor. Es
nostalgia desmesurada de un mundo de paz y sinceridad, de justicia y de
corazones puros, una forma diferente de estar vivo.
Las bienaventuranzas no
son un precepto más o un mandamiento nuevo, sino la buena noticia de que Dios
da alegría a los que producen amor, que, si uno se hace cargo de la felicidad
de alguien, el Padre se hará cargo de su felicidad.
Jesús anuncia un Dios
que no es imparcial, sus manos están enredadas en la espesura de la vida, tiene
una debilidad por los débiles, parte de los últimos de la fila, de las
mazmorras de la historia, ha escogido las sobras del mundo para crear con ellas
una historia que no avanza para las victorias de los más fuertes, sino para
sembrar la justicia y cosechar la paz.
“La bondad es el único
Evangelio que muchos leerán”. (Helder Cámara)
“Mi única misión en la
vida era ser bueno”. (C. Foucauld)
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