2021
septiembre ADORACIÓN EUCARISTICA:
El
proverbio de los conejos, pueblo nada
esforzado, ponen su casa en la piedra; Los conejos son animales básicamente de
matorrales que hoy, además de los lugares de muchos árboles y vegetación
espesa, se les ve también en cultivos con paredes y setos espesos que les
aportan toda la variedad de materia vegetal de la cual obtienen su alimento.
Con todo, el conejo nunca se alejará demasiado de la espesa vegetación, ni de
las pobladas paredes de piedra seca, dónde tiene sus refugios. Ellos sobreviven
alimentándose con la vegetación que encuentran a su paso…pero hay algo hermoso
que les fue dado por la naturaleza y es el cuidado donde construyen su hogar.
Generalmente sus madrigueras están entre rocas…por instinto ellos se preocupan
por tener un lugar seguro para ellos y su numerosa familia…A esto se le llama
conciencia de peligro. Ellos son totalmente conscientes del peligro que les
acecha, por lo tanto, saben que deben de hacer de su hogar un lugar muy seguro,
y para eso escogieron nada menos que las piedras.
Esto nos recuerda cuando el Señor Jesús
dijo que: “El que oye estas palabras
mías, y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su
casa sobre la roca” La persona prudente es la que es capaz de entender y
controlar su espacio vital y todo lo que le rodea; en el fondo es la sabiduría
practica que proporciona la vida. La prudencia puede venir de nuestro propio
corazón, o de parte de Dios, Pero no debemos apoyarnos en la propia prudencia
humana porque no toda prudencia humana nos llevara a tomar sabias decisiones.
Sin embargo, la sabiduría que viene de lo alto es la que verdaderamente nos
hace tomar las decisiones conforme al corazón de Dios: Es el que escucha y pone
en práctica lo que dice Jesús.
Construir la
vida sobre roca implica también mirar el
todo en tu vida, darse cuenta que solos no podremos hacer nada. De ahí la
importancia de la FORMACIÓN. No dejemos de aprender y de formarnos, tanto en la
parte humana como cristiana. Hagamos lecturas provechosas, trata de aprender siempre.
Jesús está instando a la prudencia, al
entendimiento, a que tuviéramos conciencia de peligro, pero no solo a eso, si
no dando una promesa para premiar esa virtud que solo viene de Él; él dijo que
descendería lluvia, vendrían ríos, soplarían vientos, golpeando la casa, pero
esta no caería porque había sido fundamentada sobre la roca, es decir, sobre
El, que es la Roca eterna. Él es el fundamento que debería llevar toda,
absolutamente toda construcción, física, espiritual o moral.
La Roca que es Cristo Jesús, es Eterna,
te Salva, te da de beber, es dulzura como la miel, aceite de la unción, te saca
de la desesperación, de la inmundicia, pone tus pies en alto, endereza tu
caminar, es un castillo, tu libera del pecado, tu fortaleza, tu confianza, tu
escudo el que te defiende de tus enemigos, tu fuerza, tu salvación.
En este tiempo en que vivimos podemos preguntarnos si
estamos haciendo y viviendo según la voluntad de Dios o estamos viviendo
caprichosamente. Vivir caprichosamente significa vivir según el gusto y el
viento que sopla en cada momento, eso es ser una veleta, vamos según nos indica
el viento de la moda, de lo correctamente político. Si hacemos la voluntad de
Dios viviremos en paz.
Construir sobre
arena: es construir la vida desde lo
sentimental, desde la apariencia, desde lo superficial eso es caer en puro
sentimiento, porque los sentimientos no son estables. Son importantes, pero
tienen que ser iluminados por la razón. Los sentimientos no deben apagar la
razón y la razón no debe enfriar los sentimientos. Debemos ser prudentes cuando
construyamos nuestra vida y no ir acelerados siempre. Para construir la vida,
las decisiones deben ser tomadas con tiempo y con respeto, siempre sopesadas. Tenemos
que mirar e interpretar los signos que están alrededor nuestro para discernir
si es lo correcto, pero, sobre todo, toma tu tiempo.
Los conejos, pueblo inteligente, ponen
su casa en la piedra. La victoria no está en cuanto te esfuerzas, sino como te
refugias, sobre qué estás edificando tu casa, tu morada espiritual. Como
siempre dos opciones, o eres contado entre los prudentes, poniendo tu casa
sobre la Roca Eterna, o como insensato, trabajando arduamente sin bases sólidas
para tu vida. Tú decides.
Ayúdanos Jesús sacramentado a vivir con
prudencia nuestra vida. Amén.
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