miércoles, 22 de septiembre de 2021


2021 septiembre ADORACIÓN EUCARISTICA:

El proverbio de los conejos, pueblo nada esforzado, ponen su casa en la piedra; Los conejos son animales básicamente de matorrales que hoy, además de los lugares de muchos árboles y vegetación espesa, se les ve también en cultivos con paredes y setos espesos que les aportan toda la variedad de materia vegetal de la cual obtienen su alimento. Con todo, el conejo nunca se alejará demasiado de la espesa vegetación, ni de las pobladas paredes de piedra seca, dónde tiene sus refugios. Ellos sobreviven alimentándose con la vegetación que encuentran a su paso…pero hay algo hermoso que les fue dado por la naturaleza y es el cuidado donde construyen su hogar. Generalmente sus madrigueras están entre rocas…por instinto ellos se preocupan por tener un lugar seguro para ellos y su numerosa familia…A esto se le llama conciencia de peligro. Ellos son totalmente conscientes del peligro que les acecha, por lo tanto, saben que deben de hacer de su hogar un lugar muy seguro, y para eso escogieron nada menos que las piedras.

Esto nos recuerda cuando el Señor Jesús dijo que: “El que oye estas palabras mías, y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” La persona prudente es la que es capaz de entender y controlar su espacio vital y todo lo que le rodea; en el fondo es la sabiduría practica que proporciona la vida. La prudencia puede venir de nuestro propio corazón, o de parte de Dios, Pero no debemos apoyarnos en la propia prudencia humana porque no toda prudencia humana nos llevara a tomar sabias decisiones. Sin embargo, la sabiduría que viene de lo alto es la que verdaderamente nos hace tomar las decisiones conforme al corazón de Dios: Es el que escucha y pone en práctica lo que dice Jesús.

Construir la vida sobre roca implica también mirar el todo en tu vida, darse cuenta que solos no podremos hacer nada. De ahí la importancia de la FORMACIÓN. No dejemos de aprender y de formarnos, tanto en la parte humana como cristiana. Hagamos lecturas provechosas, trata de aprender siempre.

Jesús está instando a la prudencia, al entendimiento, a que tuviéramos conciencia de peligro, pero no solo a eso, si no dando una promesa para premiar esa virtud que solo viene de Él; él dijo que descendería lluvia, vendrían ríos, soplarían vientos, golpeando la casa, pero esta no caería porque había sido fundamentada sobre la roca, es decir, sobre El, que es la Roca eterna. Él es el fundamento que debería llevar toda, absolutamente toda construcción, física, espiritual o moral.

La Roca que es Cristo Jesús, es Eterna, te Salva, te da de beber, es dulzura como la miel, aceite de la unción, te saca de la desesperación, de la inmundicia, pone tus pies en alto, endereza tu caminar, es un castillo, tu libera del pecado, tu fortaleza, tu confianza, tu escudo el que te defiende de tus enemigos, tu fuerza, tu salvación.

En este tiempo en que vivimos podemos preguntarnos si estamos haciendo y viviendo según la voluntad de Dios o estamos viviendo caprichosamente. Vivir caprichosamente significa vivir según el gusto y el viento que sopla en cada momento, eso es ser una veleta, vamos según nos indica el viento de la moda, de lo correctamente político. Si hacemos la voluntad de Dios viviremos en paz.

Construir sobre arena: es construir la vida desde lo sentimental, desde la apariencia, desde lo superficial eso es caer en puro sentimiento, porque los sentimientos no son estables. Son importantes, pero tienen que ser iluminados por la razón. Los sentimientos no deben apagar la razón y la razón no debe enfriar los sentimientos. Debemos ser prudentes cuando construyamos nuestra vida y no ir acelerados siempre. Para construir la vida, las decisiones deben ser tomadas con tiempo y con respeto, siempre sopesadas. Tenemos que mirar e interpretar los signos que están alrededor nuestro para discernir si es lo correcto, pero, sobre todo, toma tu tiempo.

Los conejos, pueblo inteligente, ponen su casa en la piedra. La victoria no está en cuanto te esfuerzas, sino como te refugias, sobre qué estás edificando tu casa, tu morada espiritual. Como siempre dos opciones, o eres contado entre los prudentes, poniendo tu casa sobre la Roca Eterna, o como insensato, trabajando arduamente sin bases sólidas para tu vida. Tú decides.

Ayúdanos Jesús sacramentado a vivir con prudencia nuestra vida. Amén.

 

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