domingo, 7 de abril de 2024

COMO TOMÁS

Creo, si veo tu rostro,

Confieso tu nombre, si te veo primero,

Me arrodillo, si me demuestras que existes.

Creo, si toco tu cuerpo,

Confieso tu presencia, si me pones fácil el descubrirte.

Me arrodillo, si me dejas ver los agujeros que los clavos dejaron.

Creo, si me abres tus manos taladradas.

Confieso tu resurrección, si me dejas buscar tu costado traspasado,

Me arrodillo, si no me pides demasiado a cambio.

Señor;

¡Qué difícil resulta creer sin ver!

Seguirte y proponer a otros que te sigan,

Conocerte e indicar a los hombres ese mismo camino,

Acogerte y, anunciar con alegría, que Tú vives en mí,

Ayúdame, Señor:

A no cerrar las puertas por miedo a nadie.

A no cerrar las puertas por temor a nada.

A no cerrar las puertas para que me descubran en amistad contigo.

A no cerrar las puertas para no dar la cara por Ti.

¡Qué difícil, Señor!

Llevar la paz, que sólo Tú conoces, a un mundo violento.

Llenar de alegría, una realidad tan mediatizada por la tristeza.

Sentirnos enviados, ante tanta incomprensión y rechazo.

¡Te he visto, Señor!

¡Con eso me basta para seguir adelante!

 

 

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