Como la viuda, Señor
Daré sin esperar nada a
cambio.
Ofreceré sin arrogancia.
Dejaré sin pretensión
de recompensa.
Brindaré, incluso con
la copa que necesite.
Entregaré con sencillez.
Huiré de la cantidad y
cuidaré la calidad.
Ofreceré con humildad y
recogimiento.
Procuraré sin buscar
engaños.
Dejaré de lo mío para
otros.
Prestaré lo que otros
no dan: lo imprescindible.
Ofreceré lo que otros
te niegan: su ser.
Dejaré lo que otros se
guardan: su corazón.
Te ofreceré mi vida
para que, sólo Tú, la juzgues.
Te ofreceré mis bienes,
porque sé que son tuyos.
Te ofreceré mi
sustento, porque sé que Tú lo haces posible.
Ponga mi vida en tus
manos.
Caminaré sin arrogancia
ni seguridad en mí mismo.
Caminaré sin miedo a
encontrarte.
Caminaré dispuesto a facilitarte
lo que más necesites.
Mírame y condúceme.
Hazme desprendido y
sencillo.
Dame la valentía de
darte lo que más me cueste.
Inspírame el gesto y la
palabra oportuna.
Y, si quieres, Señor,
arranca de mí incluso aquello que, por comodidad o egoísmo, busco y amarro para
poder vivir.
Amén.
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