MEDITACIÓN
EVANGELIO
V DOMINGO DE CUARESMA
En este quinto domingo de Cuaresma el evangelio
nos presenta la narración de la resurrección de Lázaro. Aquí Juan utiliza vida
como signo de la VIDA y resurrección como signo de la PLENITUD de la vida y del
bien, victoria de la vida sobre la muerte y el mal. Con la expresión: “Yo soy
la resurrección y la Vida” Juan nos está hablando de la plenitud de la
salvación, de Dios como fuerza vivificadora, liberadora y salvadora. Todo esto
ya se ha cumplido en Jesús. Y si se ha cumplido en él, también se cumple en
cada uno de nosotros. Él es nuestro referente. Porque él ha venido a darnos
Vida y vida en abundancia. Juan nos lo cuenta en el relato de la resurrección
de Lázaro.
Dijo Jesús: Quitad la losa … Lázaro, sal afuera.
Sal fuera del sepulcro de la rutina y la
tibieza, donde llevas demasiado tiempo acomodado.
Sal afuera, amigo: quiero que vivas
intensamente.
Sal fuera del sepulcro de tus
desesperanzas y escepticismos: vives en el desencanto, no quieres ya soñar ni
ilusionarte.
Sal afuera, amigo: todo es posible para
que el cree y ama.
Sal fuera del sepulcro de tus miedos e
incapacidades: piensas que ya no puedes, que ya no sirves, que ya no vales.
Sal afuera, amigo: yo soy tu fuerza y tu
victoria.
Sal fuera del sepulcro de tus tristezas
y aislamientos: la tristeza es como una muerte adelantada, la soledad es un
tanatorio.
Sal afuera, amigo: no estés de luto
permanente.
Sal del sepulcro del egoísmo, de la
duda, de los vicios, del consumo. Da de nuevo un sentido a tu vida: yo he
venido para que vivas más, para que vivas mejor. Para que vivas en plenitud y
para siempre.
Lázaro, muerto y resucitado, es un
símbolo del hombre de manos y pies atados, nosotros (con límites, somos pobres
criaturas) pero desatados, liberados. Como barro, pero “soplado” por el
Espíritu de Dios, estamos llamados a vivir la Vida en la vida o la vida en la
Vida.
Contemplemos a Jesús. Tengamos los ojos
fijos en él. Dejémonos interpelar y sorprender. Contemplémosle viviendo,
sintiendo, comunicando, llorando, amando,
Tenemos esta oportunidad que nos depara
la vida y el bichito dichoso del coronavirus. Démosle la vuelta y apreciemos lo
positivo de esta situación. Sería un mayúsculo error no aprovechar esta crisis
para dar un gran salto en nuestra conciencia colectiva. Ojalá después se
desplomen los más sólidos tabiques; que desaparecieran las fronteras de todo
orden. El precio pagado no sea en balde. “Volveremos a juntarnos...”,
“Romperemos ese metro de distancia entre tú y yo...” y VIVIREMOS de forma
nueva, solidaria y responsable.
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