TENTACIONES DE AYER Y DE HOY
Jesús fue llevado al desierto por
el Espíritu, …Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches… fue
tentado…”No tentarás al Señor, tu Dios”…Jesús dijo:” Al Señor tu Dios
adorarás y a él solo darás culto”.
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de este primer domingo de Cuaresma es conocido
como el de las “Tentaciones”. Jesús en su condición humana es tentado, como lo
somos también cada uno de nosotros, con las tres tentaciones que sintetizan los
vaivenes básicos comunes a toda existencia humana: tener – poder –aparentar.
Tentaciones de ayer y de hoy. Entendemos como tentación cualquier ruptura con
Dios, con nuestro prójimo y que nos hace replegarnos en nosotros mismos, convirtiéndonos
en seres egoísta y “falsos autosuficientes”. La primera lectura de este domingo
–Libro del Génesis –, nos presenta la tentación a Eva en el paraíso, que acabó en pecado, en
ruptura con el Padre y, nos introduce a
la que sufrió Jesús en el desierto que acabó en victoria. ¿Cuantas veces
pretendemos poner a Dios al servicio de nuestro propio interés?. La segunda
tentación podríamos considerarla hoy en día como la tentación al
sensacionalismo, la tentación de la vanagloria… ¿Cuántas veces observamos la
decadencia humana por vanidad? La tercera tentación es la búsqueda de la gloría aunque suponga un
acto de idolatría. ¿Cuántas personas, se sienten dioses o les hacen sentirse
dioses? Nuestras vidas están sometidas a constantes presiones, tentaciones…
pero también a estímulos inspiradores, a buenos ejemplos. Jesús se mantuvo
indiferente ante las tentaciones, y también nosotros hoy somos capaces de no
dejarnos influenciar por tentaciones que seducen y nos destruyen. Guiados por
la Palabra, por la experiencia y enseñanza de Jesús en el desierto, andemos
estos cuarenta días de Cuaresma por el silencio al que nos invita el desierto,
lugar sin caminos, donde podremos encontrar el Camino.
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