viernes, 1 de enero de 2021

2021 AÑO B TIEMPO DE NAVIDAD, SANTA MARIA MADRE DE DIOS

 El comienzo de año es un momento ideal para hacer promesas que casi nunca se cumplen. También se formulan deseos de felicidad, generalmente centrados en la clásica fórmula: salud, dinero y amor. Sin embargo la liturgia nos traslada a un mundo muy distinto. Abre el año ofreciéndonos la compañía de Dios Padre, que nos bendice y protege; de Jesús, que nos salva y concede ser hijos de Dios; del Espíritu, que nos convierte en herederos; de María, que medita en todo lo ocurrido.

En aquella noche: la Natividad del Mesías, que ha venido y está dentro de unos pañales y en la áspera paja de un pesebre. Quien va a buscarlo a los palacios sagrados no lo encuentra. Los pastores van al encuentro de este niño. "Todos los que escucharon quedaron asombrados de lo que dijeron los pastores". Redescubre la maravilla de la fe. Dejémonos asombrar y encantar por este misterio de un Dios que huele a estrellas, a leche, a infinito y a hogar.

Olvidemos todos los gestos sin alma que presiden estos días: regalos, deseos, mensajes de texto clonados, luces, y conservemos lo que realmente vale: la capacidad de sorprendernos por la esperanza de Dios en el hombre y por volver a empezar desde el último de la fila.

Aprendemos de María, que "guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón", las medita día y noche, hasta que se desenreda el hilo dorado y que desvela el misterio de todo un Dios, enorme envuelto en pañales. Aprendemos a tomar nuestro tiempo para cuidar nuestros sueños. "Con el corazón", con la forma más elevada de inteligencia, la que une pensamiento y amor.

En este día primer del año, las primeras palabras que nos dirige la Biblia son: Así Bendecirás a tus hermanos, lo merezcan o no, los bendecirás.

Dios nos pide que aprendamos a bendecir: los hombres y las historias, el azul del cielo y el cambio de los años, el corazón del hombre y el rostro de Dios. Si no aprende a bendecir, el hombre nunca podrá ser feliz.

Bendecir es decir bien, invocar desde el cielo una fuerza que hace crecer la vida, y reiniciar y resurgir; significa buscar, encontrar, anunciar el bien que hay en cada hermano. Y continúa: Que el Señor haga resplandecer su rostro por ti. Descubre que Dios es luminoso, encuentra en el año que viene un Dios solar, rico no en tronos, leyes, declaraciones, pero cuyo tabernáculo más verdadero es un rostro luminoso. Descubra un Dios con grandes brazos y un corazón de luz.

Te conceda la paz, que no es solo la ausencia de guerra, sino el conjunto de todos los bienes.

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Jesús, el Salvador fue impuesto por el ángel, cuando se apareció a José y a María. porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

 

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