2021 octubre MEDITACIÓN EUCARISTICA:
DIOS ES AZUCAR
Nos
identificamos con todo él sobre todo con su amor entregado y derramado por
todos, sin tener en cuenta la condición ni el origen. El ama y le basta y a
todos nos concede la posibilidad de identificarnos con él, de adentrarnos al
misterio de la Santísima Trinidad.
Esta es la
respuesta de un niño que dejo a la profesora y a toda la clase impactada por su
sencillez y por su frescura. Es la
historia de Dios y el azúcar.
Un día la profesora preguntó a los alumnos sí podrían
explicar ¿quién era Dios? Uno de los niños levantó la mano y dijo: "Dios
es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos
hizo como hijos de Él”.
La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos:
¿Cómo sabéis que Dios existe, si nunca lo habéis visto?"...
Toda el aula quedó en silencio...
Pedro, un niñito muy tímido, levantó sus manos y dijo:
Mi madre dice que, Dios es como el azúcar en mi leche que me hace todas las
mañanas; yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche,
pero, si no la tuviera no tendría sabor...
Dios existe, Él está siempre en medio de nosotros,
sólo que no lo vemos, pero si no estuviera, nuestra vida quedaría sin sabor.
La profesora sonrió y dijo: Muy bien Pedro, yo os
enseño muchas cosas a vosotros, hoy tú me has enseñado algo más profundo que
todo lo que yo sabía. Ahora sé que ¡Dios es nuestro azúcar y que está todos los
días endulzando nuestra vida!
Le dio un beso en la frente y salió sorprendida por la
respuesta de aquel niño.
Querido
Jesús esta historia nos recuerda cuanto necesitamos aprender y experimentar tu
presencia en medio de nosotros, aunque no la sintamos ni la veamos. La
sabiduría no está en el conocimiento, sino en la vivencia de Dios en nuestras
vidas. Es sentirle cuando respiramos, cuando saboreamos, cuando posamos nuestra
vista sobre la realidad que nos rodea, cuando respiramos el aire fresco de la
mañana. En definitiva, cuando nos damos cuenta que tu estás presente en todas
las cosas, que ellas se sostienen en ti y sin ti nada tendría sentido ni color.
Teorías
existen muchas, pero dulzura como la de Dios, aún no existe ni en los mejores
azúcares. No olvidemos colocar azúcar en nuestra vida pues él hará que todo
cambie y brille de forma genuinamente nueva
De éste
azúcar NO hay límites. NO engorda, solo engorda el Alma y el espíritu, y nos
endulza los momentos más amargos de nuestra vida. Ese es Jesús el hijo del
Padre que viene siempre hasta nosotros para consolarnos en nuestras angustias y
sufrimientos, para dar sentido y color a la vida y calor en nuestro momentos
más oscuros y destemplados.
Tengamos
siempre a mano, y que nunca nos falte ese buen azúcar que es Dios.
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