martes, 30 de noviembre de 2021
sábado, 27 de noviembre de 2021
2021 AÑO C TIEMPO DE ADVIENTO I
Comenzamos un nuevo año, según el calendario litúrgico; y empieza con un fuerte período de espera: es lógico pues cada año que comienza se reactivan expectativas, despiertan nuevas ilusiones.
Pero no es una espera
pasiva, como alguien sentado en una sala de espera, sino una espera activa, vigilante,
a la expectativa, preparando la casa, la habitación cuando esperamos que
alguien querido llegue.
¡Estar atentos!
exhorta san Pablo escribiendo a los hermanos de Corinto. Mirar, otear es un
componente fundamental de la fe; ¡no con miedo, sino con confianza!
Tener fe significa ser
consciente de una doble presencia: la de Dios y la del mundo. Ser conscientes de
que Dios Padre está presente hoy en la comunidad de humana. Ser conscientes del
mundo, pero no del mundo en general y menos del mundo virtual, sino del mundo
que hoy se muestra a nuestros ojos, del mundo que nos encontramos todos los
días, del que formamos parte.
Es una vocación común
de toda la Iglesia y de todo cristiano transformar
el tiempo del hombre en tiempo de salvación, aceptando vivir los desafíos
del presente a la luz de la fe. Aunque nuestro mundo esté marcado por un
relativismo salvaje, que a menudo conduce a un vacío de ideales, a la ausencia
de sentido y orientación, a un pensamiento débil. Ya no hay nada sólido,
estable y definitivo, ni siquiera relaciones. De hecho, hoy hablamos de
relaciones líquidas (Bauman). El individualismo y la soledad crecientes son las
consecuencias fatales.
No es extraño que, a lo
largo del evangelio, escuchemos tantas veces su llamada insistente: «vigilad», «estad atentos a su venida»,
«vivid despiertos». Es la primera actitud del que se decide a vivir la vida
como la vivió Jesús. Lo primero que hemos de cuidar para seguir sus pasos.
Vivir despiertos
significa no caer en el escepticismo y
la indiferencia ante la marcha del mundo. No dejar que nuestro corazón se endurezca. No quedarnos solo
en quejas, críticas y condenas. Despertar activamente la esperanza.
Vivir despiertos
significa vivir de manera más lúcida,
sin dejarnos arrastrar por la insensatez que a veces parece invadirlo todo.
Atrevernos a ser diferentes. No
dejar que se apague en nosotros el deseo de buscar el bien para todos.
Vivir despiertos
significa vivir con pasión la pequeña
aventura de cada día. No desentendernos de quien nos necesita. Seguir haciendo
esos “pequeños gestos” que
aparentemente no sirven para nada, pero que sostienen la esperanza de las
personas y hacen la vida un poco más amable.
Vivir despiertos significa
despertar nuestra fe. Buscar a Dios en
la vida y desde la vida. Intuirlo muy
cerca de cada persona. Descubrirlo en todo lo noble, bueno, recto y
sensato.
¡Feliz Adviento a
todos!
miércoles, 24 de noviembre de 2021
2021 MEDITACIÓN EUCARÍSTICA:
EL
CABALLO Y EL DEMONIO
En esta tarde Señor, en un ambiente de fin de tiempo litúrgico y anhelando el nuevo periodo del Adviento, como nueva oportunidad para ir trasformando nuestra vida y nuestras inquietudes. Nos damos cuenta que muchas veces dejamos salir de nuestro interior los más voraz y destructivo que todos tenemos: nuestra maldad puede alcanzar cotas inimaginables, y a veces provocada por un simple acto. Unas palabras, unas miradas disonantes, unas actitudes deshonestas pueden provocar un sinfín de acontecimientos negativos a nuestro alrededor. Oigamos esta curiosa historia:
EL CABALLO Y EL DEMONIO: Una vez un caballo estaba
amarrado y se jaloneaba para soltarse, y vino un demonio y lo soltó.
El caballo se metió en la finca de un campesino y
comenzó a comerse la siembra.
El dueño de la finca se enojó tomó su rifle y mató
al caballo.
Entonces el dueño del caballo también se enojó tomó
su rifle por venganza mató al dueño de la finca.
Después la mujer del dueño de la finca lo vio y mató
al dueño del caballo.
Entonces el hijo del dueño del caballo se enfureció
fuertemente y mató a la Mujer del dueño de la finca.
Los vecinos enardecidos, mataron al Muchacho y
quemaron su casa; entonces le preguntaron al demonio;
¿Porque hiciste todo eso? El demonio respondió, yo
sólo solté al caballo.
EL Diablo hace
cosas simples, porque sabe que la maldad está en nuestros corazones y solitos
hacemos el resto. Por eso es bueno pensar antes de actuar, no sea que una cosa
sin importancia cause mucho daño.
En ocasiones
el enemigo o nuestro adversario el diablo hace pequeñas cosas en nuestra vida,
solo para probar el nivel de maldad que tenemos los hombres. A veces nos
justificamos echándole la culpa al diablo de todo lo que nos pasa, pero tenemos
que tener en cuenta que nosotros mismos somos responsables de nuestros actos.
Ya lo decía el
libro de los Proverbios: El que fácilmente
se enoja hará locuras; y el hombre perverso será aborrecido (Prov.14, 17)
Somos nosotros
los que estamos tan llenos de maldad que olvidamos ser buenos, algunos dicen
que el diablo se toma unas largas vacaciones a costa nuestra, de vez en cuando
viene sopla un murmullo y regresa a sus vacaciones, y nosotros que ya estamos
llenos de maldad explotamos el problema y sigue la confrontación. Él descansa mientras
nosotros hacemos todo el daño que Él debía estar haciendo.
Recordemos que
la palabra tiene poder, para dar vida y para dar muerte, para bendecir o para
maldecir... Pensemos antes de actuar, no sea que una cosa sin importancia,
cause mucho daño. Pensemos antes de hablar
Las críticas,
los miedos, las culpas, los resentimientos causan más problemas que cualquier otra
situación que pueda vivir el ser humano, e incluso producen enfermedades
psicosomáticas.
El sentimiento
o emoción del resentido es originado por el hecho de culpar a los demás en lugar
de asumir la responsabilidad de nuestras experiencias interiores, o sea, lo que
estás sintiendo. El resentimiento es un estado emocional propio del ser humano
por el cual nos dolemos por lo que otros dijeron o hicieron, y al apropiarnos
de ello sentimos dolor.
Señor Jesús
ayúdanos a perdonar y reconocer nuestros fallos para tú los puedas curar junto
a nosotros. Somos nosotros los que nos tratamos mal, dejando surgir los
sentimientos negativos y vengativos. Que a Tu lado podamos sentirnos bien y a
gusto, reconocidos y amados, para poder así amar a los demás, nuestros
hermanos, amigos y enemigos. El perdón nos hace bien a nosotros en primer lugar
y después a los otros
Ayúdanos a eliminar
de nuestra vida todo resentimiento y vivir siempre en agradecimiento y en
reconocimiento del don de los demás. Amén.
sábado, 20 de noviembre de 2021
2021 AÑO B
SOLEMNIDAD DE CRISTO REY DEL UNIVERSO
Pilato, el hombre que ostenta el mayor poder en Jerusalén, y el joven rabino desarmado: frente a frente, frente a la historia del mundo.
¿Eres el rey de los
judíos? ¿Es posible que este galileo de ojos claros y rectos sea el líder de
una revuelta, que de ella surja un peligro para Roma? No, ese hombre indefenso
es un peligro para las tramas del sanedrín, para los juegos de los políticos:
te han entregado a mí, quieren matarte. ¿Qué has hecho? Jesús me conmueve con
su coraje, con su estatura interior, mientras hace que un viento real de
libertad y orgullo se eleve sobre el pretorio. Y ahora abre el mundo de Pilato,
lo amplía, introduce otra dimensión, otra latitud del corazón: mi reino no es
de este mundo, donde hay luchas, violencia, abusos, engaños y devoraciones. En
mi reino no hay legiones, ni espadas, ni depredadores. Para los reinos de este
mundo, para el corazón de este mundo, lo esencial es ganar, en mi reino lo más
importante es servir. Mi Reino pertenece a los pobres, a los claros, a los
libres, a los artesanos de la paz y la justicia... He venido a levantar a los
reyes del mañana de entre los pequeños de hoy. "He venido al mundo para
dar testimonio de otra verdad". La palabra de Jesús es verdadera
precisamente porque está desarmada, no tiene más fuerza que su luz. Él está ahí
delante, la verdad; es el hombre en el que las palabras más bellas del mundo se
han hecho carne y sangre, se han convertido en verdad.
Hoy no celebramos la
subida al trono del amo del mundo, Jesús no es eso: es el autor y el servidor
de la vida. Que cambia la lógica de la historia mediante la revolución de la
ternura, la última palabra sobre el sentido de nuestra existencia y, al mismo
tiempo, sobre el corazón de Dios. Entonces, ¿quién es mi Rey? ¿Quién es mi
Señor? ¿Quién da órdenes a mi futuro? Lo elijo a él, a él de nuevo, al
Nazareno, con la certeza de que nuestro retorcido corazón, esta enmarañada
historia, sigue, a pesar de todas las negaciones, un camino de salvación. Porque
Dios está involucrado, está aquí, tiene sus manos enredadas para siempre en la
espesura de cada vida. Pilato toma la afirmación de Jesús: soy rey, y la
convierte en el título de su condena, la inscripción burlona que se clavará en
la cruz: éste es el rey de los judíos. Quiso burlarse de él, pero en cambio fue
profeta: el rey está visible allí, en la cruz, con los brazos abiertos, donde
lo da todo de sí mismo y no toma nada nuestro. El verdadero poder, el que
cambia el mundo, es la capacidad de amar así, con amor desarmado, hasta el
final, hasta el extremo, hasta el final.
Que venga tu Reino,
Señor, y que sea tan hermoso como todos los sueños, tan intenso como todas las
lágrimas de los que vivieron y murieron en la noche para forzar el amanecer.
miércoles, 17 de noviembre de 2021
2021 NOV. MEDITACIÓN EUCARÍSTICA:
Una Historia de verdad
Cuenta Katherine Hepburn,
la gran actriz de cine: “Una vez, cuando
era adolescente, mi padre y yo estábamos haciendo fila para comprar entradas
para el circo. Finalmente, solo había otra familia entre nosotros y el
mostrador de entradas. Esta familia me causó una gran impresión.
Había ocho niños, todos ellos menores de 12 años. De
la forma en que estaban vestidos se podía decir que no tenían mucho dinero,
pero su ropa era limpia, muy limpia. Los niños eran muy bien educados, todos
ellos colocados en fila, de dos en dos detrás de sus padres, cogidos de las
manos.
Estaban emocionados por los payasos, los animales y
todos los actos que verían esa noche. Por su emoción, podías percibir que nunca
antes habían estado en un circo. Sería un punto culminante en sus vidas.
El padre y la madre estaban a la cabeza de la manada
de pie, orgullosos. La madre estaba sosteniendo la mano de su marido, mirándolo
como si dijera: ‘Eres mi caballero de armadura brillante’. Él estaba sonriendo
y disfrutando viendo a su familia feliz.
La señora de la taquilla le preguntó cuántas entradas
quería, y él respondió con orgullo ‘quiero ocho entradas para niños y dos para
adultos’. Entonces la señora dijo el precio.
La esposa del hombre soltó su mano, se le cayó la
cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar. Entonces se acercó un poco más y
preguntó ¿cuánto dijo?
La señora de taquilla volvió a decir el precio.
El hombre no tenía suficiente dinero. ¿Cómo diría a
sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?
Viendo lo que estaba pasando, mi papá metió la mano
en su bolsillo y sacó un billete de $20 y lo dejó caer al suelo. No éramos
ricos en ningún sentido de la palabra. Mi padre se inclinó, recogió el billete
de $20, tocó al hombre en el hombro y dijo: “Disculpe, señor, se le cayó esto
de su bolsillo”.
El hombre entendió lo que estaba pasando. No estaba
pidiendo una limosna, pero sin duda agradeció la ayuda en una situación
desesperada, desgarradora y vergonzosa. Miró directamente a los ojos de mi
papá, tomó la mano de mi padre en sus manos, apretó el billete y con el labio
temblando y una lágrima cayendo por su mejilla, respondió: “Gracias señor, esto
realmente significa mucho para mí y para mi familia”.
Mi padre y yo volvimos a nuestro coche y condujo a
casa. Los $20 dólares que regaló mi papá es con lo que íbamos a comprar
nuestras propias entradas. Aunque no pudimos ver el circo esa noche, ambos
sentimos alegría dentro de nosotros que fue mucho mayor que ver el circo. Ese
día aprendí el verdadero valor de dar.
Una historia
de verdad que nos emociona y nos recuerda que el que da es más grande que el
que recibe. Si queremos ser grandes, más grandes que la vida, aprendamos a dar.
No solo nuestros bienes, sino aquello que poseemos sin merecerlo, sin
comprarlo, sin adquirirlo, como la ternura, el cariño, nuestros dones, la
misericordia, etc.
El amor no
tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, solo con lo que esperas dar,
que es todo. Recalcamos que lo importante es dar, bendecir a los demás, derrochar
lo que somos y tenemos por el bien de la humanidad. Siempre hay mucha alegría
en dar, pero sobretodo en compartir. Señor Jesús ayúdanos a descubrir este gran
bien y este don que nos haces cada día, el don de la vida y del amor. Que como
tu aprendamos a hacer el bien sin mirar a quien, y que lo hagamos desde el
corazón, desde nuestro ser más íntimo.
sábado, 13 de noviembre de 2021
2021 AÑO B
TIEMPO ORDINARIO XXXIII
En este penúltimo domingo del año litúrgico nos preparamos porque llega a su fin. Jesús nos revela que la historia, la del mundo, la mía, la tuya, está en manos de Dios y la última palabra será su triunfo.
La imágenes
catastróficas y apocalípticas no deben turbar nuestro ánimo en absoluto. En el
Evangelio Jesús nos asegura el hecho de que Él volverá un día y nos reunirá
desde los cuatro vientos; el oscurecimiento del sol y la caída de las
estrellas, es porque todo lo hace nuevo. Lo antiguo ha pasado y ahora comienza
algo nuevo, como una nueva creación desde la nada.
El universo es frágil a
pesar de su gran belleza, miremos la realidad que acontece y nos damos cuenta
que se está oscureciendo con sus 35 guerras en curso, la tierra se extingue
envenenada, interminables caravanas humanas migran a través de mares y
desiertos, no hay que esperar al final de los tiempos
Una cosa es cierta,
Jesús ama la esperanza, no el miedo: aprendamos de la higuera: cuando sus ramas
se vuelven tiernas y aparecen las hojas, decimos que el verano está cerca. Cada
brote asegura que la vida vence a la muerte. Entonces comprendemos que el
verano está cerca.
Dios está cerca, está
aquí; de una manera hermosa, vital y nueva como la primavera en el cosmos. Dios
no viene como un dedo acusador, sino como un abrazo, como un humilde brote de
vida.
El sol y la luna pasarán,
pues son el reloj del universo, la tierra se desmorona, pero sus palabras no
pasaran, y ellas son el sol que nunca se ocultará en el corazón del hombre.
Eso nos da gran
confianza pues no se perderá nada. Ningún gesto de amor será olvidado. La
venida del Señor no traerá destrucción, porque la de Jesús, hasta el final, es
una buena noticia. Nuestros pobres corazones masticados por la vida no caerán
al vacío, sino que serán recogidos por Jesús y entregados en manos del Padre. Él sabe. No se olvida. No temamos.
Esto significa que todo
esfuerzo pastoral está llamado a fructificar. No están destinados al fracaso,
aunque, aparentemente, no maduren a nuestros ojos. El broche de oro, el colofón
a lo que somos, decimos y hacemos está en ese final de los tiempos: nuestros ojos verán a Dios.
Entonces comprobaremos
el valor escondido de toda pequeña o gran acción emprendida, mantenida y
defendida en esta tierra que habitamos. Y es que, Dios, cosecha como quiere, cuando quiere y donde quiere.
Queridos hermanos Jesús
está aquí y ahora, en el universo y dentro de nuestro corazón, debemos ser nuevos brotes, empapados de cielo,
empapados en Dios. Por eso Jesús, concluye el Evangelio de hoy, nos recomienda:
Estad atentos y vigilad, porque no sabéis
cuándo …
jueves, 11 de noviembre de 2021
miércoles, 10 de noviembre de 2021
2021 Noviembre
ADORACIÓN
EUCARISTICA, AMIGOS DE VERDAD
AMIGOS
DE VERDAD
Un
hombre transitaba por un camino con su caballo y su perro, cuando de pronto se
encontraron en medio de una tormenta muy fuerte. Para cubrirse, se refugiaron
debajo de un enorme árbol, pero cayó un rayo y los tres murieron.
El
hombre no se dio ni cuenta de lo que había pasado y prosiguió su camino con sus
dos amigos, sólo sabía que los tres estaban sedientos.
En
el camino vieron un magnífico portal de mármol, que conducía a una plaza. En el
centro había una fuente de donde manaba abundante agua cristalina, así que el
hombre se dirigió a quien custodiaba la entrada:
-
Buenos días. ¿Cómo se llama este lugar tan bonito?
-
Esto es el Cielo.
Sin
hacer mucho caso dijo:
-
Tenemos mucha sed, necesitamos beber.
-
Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera -y le señaló la fuente-.
-
Pero mi caballo y mi perro también tienen sed.
-
Lo siento mucho -dijo el guardián-, pero aquí no se permite la entrada a los
animales.
El
hombre, a pesar de tener muchísima sed, dijo que no bebería si sus amigos no lo
podían hacer también, se despidió del guardián y siguió.
Después
de caminar un buen tiempo cuesta arriba, ya exhaustos, llegaron a otro sitio,
cuya entrada estaba marcada por una vieja puerta de madera que daba a un camino
de tierra rodeado de árboles.
A
la sombra de uno de los árboles, había un hombre descansando.
-Buenos
días, -dijo el caminante-.
El
hombre respondió con un gesto.
-
Tenemos mucha sed.
-
Hay una fuente entre aquellas rocas, -dijo el hombre, indicando el lugar-.
Podéis beber toda el agua, que necesitéis.
El
hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y bebieron hasta saciarse. El
peregrino volvió atrás para dar las gracias al hombre.
-
Podéis volver siempre que queráis, le respondió.
-
A propósito -dijo el viajero-, ¿cómo se llama este lugar?
-
Aquí es el Cielo.
-
¿El Cielo? ¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que el Cielo
estaba allí!
-
Aquello no era el Cielo, era el Infierno, -contestó el guardián-.
El
caminante quedó perplejo.
-
¡Deberían prohibir que utilicen su nombre! ¡Esta falsedad debe provocar grandes
confusiones!
-
¡De ninguna manera! En realidad, nos hacen un gran favor, ya que allí se quedan
todos los que son capaces de abandonar… a sus mejores amigos.
Señor tu eres nuestro mejor amigo,
contigo queremos caminar asidos de tu mano, buscando el agua viva, el agua que
calma todo tipo de sed. Solo contigo encontremos lugar para refrescarnos y
disfrutar de la amista de todo lo creado, todos somos tus criaturas y todos nos
encaminamos felices hacia ti. Nunca nos abandones y que nunca sintamos flaqueza
para seguir buscándote siempre.
sábado, 6 de noviembre de 2021
2021
AÑO B TIEMPO ORDINARIO XXXII
En este domingo en la primera lectura y en el evangelio aparece un personaje peculiar, las viudas. Representan a las personas siempre dispuestas a echar una mano a quien lo necesite y con un sentido arraigado de justicia, de solidaridad y cuidado por el bienestar de las otros.
Tienen una enorme capacidad para sobrevivir en la
adversidad y desde esa experiencia han aprendido la importancia de ayudar y de
sentir y valorar la cercanía de aquellos con quienes comparten su humanidad. La
viuda de Sarepta experimentó que su generosidad tuvo su recompensa pues la orza
de harina no se vació ni la alcuza de aceite se agotó,
Jesús, sentado frente al cepillo del tesoro
del Templo observa la acción de esa mujer que se acerca a depositar su ofrenda. Una mujer sin nombre, sola, viuda, pobre. Las viudas pertenecen
a la tríada bíblica de los indefensos: viudas, huérfanos y
extranjeros. Jesús observa: su mirada es penetrante y aguda, como quien
ama y cuida la vida en todos sus detalles. Percibe en un pequeño gesto,
que prácticamente no significa nada, el destello absoluto de la presencia de
Dios; precisamente en el detalle de dos moneditas.
A continuación, convoca a sus discípulos y les
relata el testimonio de aquella viuda sencilla y su desprendida generosidad:
descubre en ella un gesto que revela su profundo amor y cómo toda su confianza
está puesta en Dios.
Esta viuda dio
nada, pero dio más que todas las demás. La medida de Dios no es
cuantitativa, sino cualitativa. Su balanza no pesa la cantidad, sino el
corazón. Esa mujer no da algo de lo superfluo, lo que le sobra, ella lo da
todo, todo lo que tiene para vivir. Se da de lleno en su relación con Dios.
No busquemos
personas santas en la vida, no busquemos personas perfectas, más bien busca
personas generosas, que dan tiempo y cariño, esos pequeños gestos están hechos
con mucho corazón. Un gesto de bondad nunca será
insignificante. Confiemos en los generosos, no en los perfectos ni en los
poderosos.
La actitud de esta
mujer viuda nos enseña que lo importante es dar con generosidad, no la cantidad
sino con el corazón. Todo lo que hacemos
da más vida o menos vida. Lo importante son esos gestos que comunican vida, que
dan su corazón con pequeños o grandes gestos, gestos de cuidado, de atención,
de amabilidad. Aunque sea solo dos pequeñas monedas, una migaja, de
bondad, de cariño, una sonrisa o una caricia, hechas con todo el corazón nos
abren el futuro más luminoso.
Aprendamos de esta paradoja: lo que tiene menos
valor, es lo más valioso. De la viuda podemos aprender la fidelidad, la bondad
y la lealtad a aquello que cree y vive. Aprendamos a mirar y ver la realidad
con los ojos de Jesús.
miércoles, 3 de noviembre de 2021
2021 noviembre MEDITACIÓN EUCARISTICA:
Te deseo lo suficiente
Cuentan
esta historia: Hace poco tiempo cuando
estaba en el aeropuerto escuché por casualidad a una madre e hija que se
estaban despidiendo. Cuando anunciaron la partida del vuelo ellas se abrazaron
y la madre dijo: "Te amo y te deseo lo suficiente".
La hija respondió: "Madre, nuestra vida juntas ha
sido más que suficiente. Tu amor es todo lo que he necesitado. También te deseo
lo suficiente".
Ellas se saludaron con un beso y la hija partió. La
madre pasó muy cerca de donde yo estaba sentada y noté que ella necesitaba
llorar.
Traté de no observarla para no invadir su privacidad,
pero ella se dirigió hacia mí y me preguntó:
"¿Alguna vez se ha despedido de alguien sabiendo
que era para siempre?"
Sí, lo he hecho - respondí. - Perdón por preguntar - contesté-, pero ¿por qué esta
despedida es para siempre?
Yo soy una mujer vieja, y ella vive muy lejos de aquí.
La realidad es que su próximo viaje será para mi funeral.
Cuando se despidió de ella escuché que le dijo
"te deseo lo suficiente". ¿A qué se refiere?
Comenzó a sonreír. Eso es un deseo que hemos
transmitido de generación en generación. Mis padres solían decirlo. Ella hizo
una pausa y miró hacia arriba como si tratara de recordarlo en detalle, luego
sonrió aún más. Cuando decimos "Te deseo lo suficiente", es que
deseamos que la otra persona tenga una vida llena de sólo lo suficientemente
bueno para vivir.
Entonces, dirigiéndose hacia mí, ella compartió lo
siguiente como si lo estuviera recitando de memoria:
"Te deseo que tengas suficiente sol para mantener tu espíritu brillante,
te deseo suficiente lluvia para que aprecies aún más el sol"
"Te deseo suficiente felicidad para que tu alma
esté viva"
"Te deseo suficiente dolor para que las pequeñas
alegrías de la vida parezcan más grandes"
"Te deseo que tengas suficientes ganancias que
satisfagan tus necesidades" "Te deseo suficientes pérdidas para que
aprecies todo lo que posees."
"Te deseo suficientes bienvenidas para que logres
soportar las despedidas".
Luego ella comenzó a llorar y se alejó. Se dice que
toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora en apreciarla, un día
para amarla, pero una vida para olvidarla. Toma el tiempo necesario para vivir.
La
vida es una realidad maravillosa que no deja de sorprendernos. Cuantos más
datos nos proporciona la ciencia, mejor podemos comprender que la vida del
hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es un misterio que desborda el
ámbito de lo puramente humano, material y meramente biológico.
En su
constante progreso, la ciencia afirma cada vez con más fuerza, que desde la
fecundación tenemos una nueva vida humana, original e irrepetible, con una
historia y un destino únicos. Una vida que tiene que ser acogida, respetada y
amada en cada circunstancia y situación.
Dios
jamás dejará de proporcionarnos lo suficiente para vivir la vida en plenitud.
Él nos enviará al Espíritu Santo Consolador (en la soledad), el Espíritu Santo
siempre está con nosotros, acompañándonos en cada momento. Jesús nos ha
prometido que no nos dejará solos, que camina junto a nosotros. Sepamos ser
buenos discípulos de lo que Dios nos está enseñando a diario.
Sepamos
ver la mano de Dios en cada momento de nuestra vida. Amén