2021 MEDITACIÓN EUCARÍSTICA:
EL
CABALLO Y EL DEMONIO
En esta tarde Señor, en un ambiente de fin de tiempo litúrgico y anhelando el nuevo periodo del Adviento, como nueva oportunidad para ir trasformando nuestra vida y nuestras inquietudes. Nos damos cuenta que muchas veces dejamos salir de nuestro interior los más voraz y destructivo que todos tenemos: nuestra maldad puede alcanzar cotas inimaginables, y a veces provocada por un simple acto. Unas palabras, unas miradas disonantes, unas actitudes deshonestas pueden provocar un sinfín de acontecimientos negativos a nuestro alrededor. Oigamos esta curiosa historia:
EL CABALLO Y EL DEMONIO: Una vez un caballo estaba
amarrado y se jaloneaba para soltarse, y vino un demonio y lo soltó.
El caballo se metió en la finca de un campesino y
comenzó a comerse la siembra.
El dueño de la finca se enojó tomó su rifle y mató
al caballo.
Entonces el dueño del caballo también se enojó tomó
su rifle por venganza mató al dueño de la finca.
Después la mujer del dueño de la finca lo vio y mató
al dueño del caballo.
Entonces el hijo del dueño del caballo se enfureció
fuertemente y mató a la Mujer del dueño de la finca.
Los vecinos enardecidos, mataron al Muchacho y
quemaron su casa; entonces le preguntaron al demonio;
¿Porque hiciste todo eso? El demonio respondió, yo
sólo solté al caballo.
EL Diablo hace
cosas simples, porque sabe que la maldad está en nuestros corazones y solitos
hacemos el resto. Por eso es bueno pensar antes de actuar, no sea que una cosa
sin importancia cause mucho daño.
En ocasiones
el enemigo o nuestro adversario el diablo hace pequeñas cosas en nuestra vida,
solo para probar el nivel de maldad que tenemos los hombres. A veces nos
justificamos echándole la culpa al diablo de todo lo que nos pasa, pero tenemos
que tener en cuenta que nosotros mismos somos responsables de nuestros actos.
Ya lo decía el
libro de los Proverbios: El que fácilmente
se enoja hará locuras; y el hombre perverso será aborrecido (Prov.14, 17)
Somos nosotros
los que estamos tan llenos de maldad que olvidamos ser buenos, algunos dicen
que el diablo se toma unas largas vacaciones a costa nuestra, de vez en cuando
viene sopla un murmullo y regresa a sus vacaciones, y nosotros que ya estamos
llenos de maldad explotamos el problema y sigue la confrontación. Él descansa mientras
nosotros hacemos todo el daño que Él debía estar haciendo.
Recordemos que
la palabra tiene poder, para dar vida y para dar muerte, para bendecir o para
maldecir... Pensemos antes de actuar, no sea que una cosa sin importancia,
cause mucho daño. Pensemos antes de hablar
Las críticas,
los miedos, las culpas, los resentimientos causan más problemas que cualquier otra
situación que pueda vivir el ser humano, e incluso producen enfermedades
psicosomáticas.
El sentimiento
o emoción del resentido es originado por el hecho de culpar a los demás en lugar
de asumir la responsabilidad de nuestras experiencias interiores, o sea, lo que
estás sintiendo. El resentimiento es un estado emocional propio del ser humano
por el cual nos dolemos por lo que otros dijeron o hicieron, y al apropiarnos
de ello sentimos dolor.
Señor Jesús
ayúdanos a perdonar y reconocer nuestros fallos para tú los puedas curar junto
a nosotros. Somos nosotros los que nos tratamos mal, dejando surgir los
sentimientos negativos y vengativos. Que a Tu lado podamos sentirnos bien y a
gusto, reconocidos y amados, para poder así amar a los demás, nuestros
hermanos, amigos y enemigos. El perdón nos hace bien a nosotros en primer lugar
y después a los otros
Ayúdanos a eliminar
de nuestra vida todo resentimiento y vivir siempre en agradecimiento y en
reconocimiento del don de los demás. Amén.
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