domingo, 19 de junio de 2022


 

2022 AÑO C SOLEMNIDAD DEL CORPUS CRISTI

DIA DE CARIDAD: DE LA ADORACIÓN AL COMPROMISO

Hay una preocupación de los apóstoles por la multitud, comparten su hambre, pero no ven ninguna solución: que cada uno vaya a resolver sus problemas, como pueda, donde pueda. Pero Jesús nunca despidió a nadie. Al contrario, quiere hacer de ese lugar abandonado un hogar cálido con pan y cariño. Jesús cambia repentinamente la historia: Dadles vosotros de comer. Un verbo simple, escueto y concreto: dar. El verbo amar se traduce siempre por dar (tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo (Jn 3,16), no hay mayor amor que dar la vida por los amigos (Jn 15,13).

Imposible: sólo cinco panes y dos peces. Un pan por cada mil personas. Pero el Señor quiere que su valor y el milagro de dar arraiguen en sus discípulos. Hay suficiente pan en la tierra para el hambre de todos, pero no para la codicia de unos pocos. Sin embargo, el dador nunca se vuelve pobre. La vida vive cuando se da. La sorpresa es que ese pequeño pan compartido entre todos, que pasa de mano en mano, se convierte en suficiente, se multiplica en pan inacabado. La sorpresa está en compartir lo poco que tengo, sea como sea: dos peces, un vaso de agua fresca, aceite y vino en mis heridas, un poco de tiempo y un poco de corazón, una caricia amorosa.

También en el día del Corpus celebramos el día de la caridad: Ojalá pongamos en practica el lema de este año “De la adoración al compromiso”, que nuestra cercanía con el santísimo sacramento nos lleve a acércanos a todos los seres humanos mas desfavorecidos y necesitados. Porque la eucaristía es:

1. Un don, signo privilegiado del amor verdadero que se entrega como el gran regalo de Dios.

2. Es alimento para la vida. Es sacramento de amor, el amor ofrece razones y medios para sostener la vida. No alimenta el cuerpo sino el espíritu, el ánimo, la esperanza.

3. Es recuerdo. Nuestra experiencia nos dice que para que el amor no se enfríe ni decaiga es preciso recordar el pasado, pasar por el filtro del corazón. Haced esto en memoria mía.

4. Es presencia. El amor se vive en un presente que quisiéramos detener para siempre.

5. Es promesa. El amor no solo mira al pasado ni se estanca en el presente, sino que vuelve la mirada hacia el futuro. Quien ama de verdad siempre tiene una promesa que ofrecer.

6. Es sacrificio. Sacrificarse por la persona amada es el mayor signo del amor verdadero. No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos. 

La eucaristía produce más amor: es fuente de esa capacidad de darse a los demás con humildad y generosidad. Ella es un gran estímulo para amar a Cristo, a Dios y a los hermanos. 

La participación en el sacramento del amor, no nos deja vivir después en el egoísmo y en la indiferencia. Celebrar la eucaristía nos lleva a hacernos eucaristía en la vida diaria. La fiesta del Corpus nos exhorta a entregarnos con sinceridad y eficacia a los hermanos y hermanas. Son muchos los que necesitan una mano compasiva, robusta y delicada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario