sábado, 30 de julio de 2022
2022 AÑO C TIEMPO ORDINARIO XVIII
La campaña de un
hombre rico había dado una abundante cosecha: una doble bendición según la
Biblia, pero todo está corroído. Escuchas la parábola y ves que el telón de
fondo de la historia está vacío. El rico está solo, encerrado en el círculo
amurallado de su ego, obsesionado por la lógica de la acumulación, con un solo
adjetivo en su vocabulario: "mi", mis cosechas, mis almacenes, mis
posesiones, mi vida, mi alma.
No entran en
escena otros personajes, ni nombres, ni caras, ni nadie en la casa, ni en la
puerta, ni en el corazón. Una vida desoladamente vacía, de la que incluso Dios
está ausente, sustituido por el ídolo de la acumulación. El acumulador nunca
tiene suficiente. Invierte en almacenes y graneros y no sabe jugar en la mesa
de las relaciones humanas, la única garantía de la felicidad. Aquí está el
drama de su vida: la soledad total.
Los ídolos
acaban devorando a sus propios devotos. Engañándolos: Alma mía tienes muchos bienes para muchos años, diviértete y disfruta
de la vida. El error no está en querer disfrutar la vida, estamos llamados
a la búsqueda incesante de la felicidad. La felicidad no puede ser nunca
solitaria, y siempre tiene que ver con el dar.
El rico se ha quedado
atrofiado en el afán de poseer, no sabe que significa el don y las relaciones: Necio, esta misma noche. Necio si,
porque vacío de rostros, sólo vive una larga muerte Porque el corazón solitario
se enferma; aislado, muere. Así uno engendra su propia muerte. Porque: esta misma noche se te pedirá tu
vida .... Estar vivo mañana no es un derecho, es un milagro. Volver a ver
el sol y los rostros queridos por la mañana, no es algo obvio ni debido, es un
regalo. Y que mañana los miles de millones de células de mi cuerpo sigan todas
conectadas, coordinadas y solidarias es un milagro no merecido.
La pregunta
definitiva, la única que queda cuando ya no queda nada, es la siguiente:
después de tu paso, detrás de ti, en tu mundo, ¿queda más vida o menos vida? Que
dejamos a nuestro alrededor, cariño, amistad, fraternidad o soledad, violencia,
venganza….
La parábola nos
recuerda dos sencillas leyes evangélicas referente a la economía, y que
trastocan las reglas del juego, y que son: 1º no acaparar; 2º compartir los
bienes y los dones.
Ante Dios somos
ricos sólo en lo que hemos compartido; somos ricos en uno, en muchos vasos de
agua fresca dados; en uno, en cien pasos dados con los que tenían miedo de
estar solos; somos ricos en un corazón que ha perdonado siete veces, setenta
veces siete, etc…
jueves, 28 de julio de 2022
Levantarle
los ánimos a alguien. Sabes que no anda bien o nada bien y no sabes qué hacer.
Decides sacarle una sonrisa para hacerle saber que no todo es malo. Siempre es
bueno saber que hay alguien que te ama y que estará siempre a pesar de las
dificultades.
miércoles, 27 de julio de 2022
2022 julio MEDITACION EUCARISTICA:
LA ANCIANA MENDIGA
Nos hemos reunido delante de
Jesús eucaristía para pasar un momento de meditación, de silencio y
contemplación. Estos ratos pasados contigo Señor nos ayudan a ser más
consientes, nos animan para que retomemos el camino de la vida con más vigor y
energía. Necesitamos notar y sentir que tú nos acompañas por la vida y que
contigo podremos afrontar todos los problemas y dificultades que nos depara la
vida. Pero necesitamos fe y confianza. Creer de verdad que tú eres el Dios con
nosotros, que no se aparta jamás de nuestro lado. Oigamos esta edificante
historia. LA ANCIANA MENDIGA, (o el
poder de la fe): Hacía
mucho tiempo que la ermita del santo Cristo de la fe, muchas personas iban a su
templo para dejar sus ofrendas. Pero vivía por entonces una anciana mendiga que
no tenía nada para llevar. Y lo cierto es que deseaba tanto poder hacer una
ofrenda que decidió pedir limosna un día y sacrificar su comida a cambio de
unas pocas monedas. Con ellas compró una pequeña lámpara de aceite. El dinero
no le daba para nada más.
Ilusionada,
llegó al templo y encendió su lamparita. La colocó junto al resto, todas más
grandes, y dijo en voz alta:
-
Perdona, Señor, por no poder traerte nada más. Es todo lo que tengo, pero deseo
que esta pequeña luz pueda ser bendecida con el don de la sabiduría para poder
hacer felices a otros e iluminar su camino.
Durante
esa noche, todas las lámparas se fueron apagando. Todas, menos una, la de la
anciana. Uno de los jóvenes ermitaños, al ver a la mañana siguiente que estaba
encendida, quiso apagarla. Pensó que no había razón para que estuviera
encendida durante el día. Pero por más que intentó apagarla, no lo consiguió.
Ni soplando, ni apretando la mecha… La llama volvía a surgir de nuevo. Entonces
se acercó el Maestro del convento y le dijo:
-
¿Qué haces? – Intento apagar esta lámpara, pero no lo consigo…
-
No lo lograrás nunca. Ni aunque derrames sobre ella toda el agua del océano, ni
aunque traigas hasta aquí el agua de todos los lagos. No podrás apagarla jamás.
- Pero… ¿por qué? preguntó extrañado el
discípulo.
-
Porque esta lámpara fue encendida con el poder del amor, con la devoción y la
ilusión, con la intención de hacer felices a otros.
Cada vez que intentamos
proporcionar felicidad a otros, nos proporcionamos felicidad a nosotros mismos»
Que importante es el valor de la
generosidad, hacerlo todo con amor y confianza, la fe mueve montañas, nos abre
miles posibilidades para progresar en nuestra vida y hacer un poco mejores a
los que nos rodean.
Señor Jesús también nos damos
cuenta de la importancia de la devoción e ilusión que depositamos en nuestros
deseos y actos. Siempre y cuando sean actos y deseos para favorecer que en el
mundo haya más bondad, más justicia, más generosidad. Es lo que tú nos dijiste
tantas veces y que nosotros nos cuesta entender: todo lo que hacemos en favor
de los demás volverá a nosotros con creces. Todo lo que das de corazón te será
devuelto. De ahí que aquel que busque la felicidad de los otros, será feliz.
Como si fuera un bumerán, según
sean nuestras acciones, así será lo que recibamos. Esta historia de la anciana
mendiga nos dice que para lograr la felicidad y paz interior debemos buscar la
felicidad de otros, mientras que, si se busca molestar o agraviar a otros,
recibiremos lo mismo y nunca podremos ser felices ni encontraremos la paz.
Tantas veces nos damos cuenta que
los actos en sí no son importantes. Lo que da importancia a nuestros actos es
la ilusión y devoción con la que se planean y ejecutan. Por sí solo un regalo
no tiene valor. Lo que le da valor es la ilusión con la que se da y se recibe.
Lo que realmente da importancia a
nuestros actos es la fe y la ilusión con la que se llevan a cabo.
Por mucho que deseemos algo, no
se cumplirá si no nos ponemos manos a la obra. Los deseos y las metas deben
buscarse mediante actitudes, comportamientos y acciones. No solo por desear
algo se cumplirá. Los deseos no se cumplen sin más. Necesitan de nuestro
esfuerzo y sacrificio. Amén.
domingo, 24 de julio de 2022
2022 AÑO C TIEMPO ORDINARIO XVII
Señor, enséñanos a rezar. Todo reza en el mundo: los árboles, las montañas y las colinas. Rezan sin palabras: "toda criatura reza cantando el himno de su existencia, cantando el salmo de su vida" Conferencia episcopal del Japón.
El mismo Jesús nos entrega el contenido esencial de
la fe y lo hace con una oración, no
con un dogma. La oración que pide ser transformados. Orar es volver a apegarse a Dios, es estar cerca de un Dios que
sabe de abrazos, y con él guardar las pocas cosas indispensables para vivir
bien. Pero guardarlos como hermanos, olvidando las palabras 'yo y mío', porque
están fuera de la gramática de Dios. En el padrenuestro nunca se dice 'yo',
nunca 'mío', sino siempre “Tú, tuyo y
nuestro”.
Los discípulos no piden al maestro una oración o fórmulas
para repetir, ya conocían muchas. Le piden
que les enseñe a estar ante Dios como él, en sus noches de vigilia, en su
alegría.
Y les dijo:
cuando recéis decid "padre".
Es el nombre de la primavera, la palabra de los comienzos y la infancia, el
nombre de la vida. Rezar es llamar a Dios "padre", decirle
"papá", en el lenguaje de los
niños y no en el de los rabinos, en el dialecto
del corazón y no en el de los escribas. Es un Dios que sabe a abrazos y a hogar; un Dios amoroso, cercano, cálido.
Santificado sea tu nombre. Tu nombre
es "amor". Que el amor sea santificado en la tierra, por todos,
en todo el mundo. Que el amor santifique la tierra, transforme y transfigure
esta historia.
Venga tu reino.
Aquel en que los pobres y los niños entran primero. Que sea más hermoso que
todos los sueños, más intenso que todas las lágrimas de los que vivieron para
alcanzarlo.
Sigue dándonos cada día el pan de cada día. Danos un pan que sea "nuestro" y no sólo "mío", un pan que se comparta, porque si uno está lleno y
otro se muere de hambre, ese no es tu pan. Danos todo lo que nos hace vivir, el pan y el amor, ambos necesarios,
danos para hoy y para mañana.
Y quita nuestros pecados de nosotros. Échalos lejos, lejos de nuestros corazones. Quita
todo lo que nos envejece y nos hace pesados Abraza nuestra fragilidad y
nosotros, como tú, abrazaremos la imperfección y la fragilidad de todos.
No nos abandones a la tentación. No pedimos que se nos exima de la prueba, sino que
no se nos deje solos en la lucha contra el mal. Y de la desconfianza y el miedo
sácanos; y de toda herida o caída levántanos tú, buen samaritano de nuestras
vidas.
El Padre Nuestro
no sólo debe recitarse, sino que debe repetirse cada día: en las caricias de la
alegría, en el rasguño de las espinas, en el hambre de los hermanos. Hay que
tener hambre de vida para rezar bien. Hambre de Dios, porque en la oración no
obtengo cosas, obtengo a Dios mismo. Un Dios que mezcla sus lágrimas con las
mías, que sólo pide que le deje ser mi amigo.
miércoles, 20 de julio de 2022
2022 JULIO MEDITACIÓN
EUCARÍSTICA.
QUE LA LLAMA NO SE APAGUE
Señor Jesús en
esta tarde en la que estamos delante de ti sacramentado, recocemos que hoy en
día estamos rodeados de tantos problemas, atractivos, preocupaciones…, que con
frecuencia cuesta mantener nuestra mente y nuestro corazón orientados a las
cosas que son realmente importantes y no ser atrapados por las cosas del día a
día.
Escuchamos
este cuento que ofrece una solución que nos puede dar una pista para cuando
nosotros también queramos evitar ser atrapados por el mundo actual y sus
preocupaciones.
QUE LA LLAMA NO SE APAGUE: Cuentan que un rey muy rico de
la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de
profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría.
Ante esta situación y movido por la curiosidad, un
súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por
el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su
tiempo.
Inmediatamente después de los saludos que la
etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: Majestad, ¿cuál es su secreto
para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?
El rey le dijo: Te lo revelaré, si recorres mi
palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela
encendida. Si se apaga, te decapitaré.
Al término del paseo, el rey le preguntó: ¿Qué
piensas de mis riquezas?
La persona respondió: No vi nada. Sólo me preocupé
de que la llama no se apagara.
El rey le dijo: Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado
tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de
fuera.
Muchas veces
deseamos vivir como mejores cristianos y tener vida espiritual, pero sin
decidirnos a apartar la mirada de las cosas que nos rodean y deslumbran con su
aparente belleza. Deberíamos procurar “ver hacia adentro" y avivar nuestra
llama espiritual, pues: Al tener nuestra mente y nuestro corazón puestos en el
Señor, podemos aprender a conocerle y amarle.
Las
trivialidades y preocupaciones de la vida no podrán apartarnos del buen camino.
Crecerá nuestro amor por la familia y nuestros semejantes. Viviremos alegres en
esta vida, preparándonos para alcanzar la felicidad eterna al lado de nuestro
Padre.
Todo ser
humano tiene siempre un "tesoro" que intenta cuidar, proteger y
acrecentar. Si su tesoro es el dinero, ahí estará su corazón. Si su tesoro es
el poder, en ello pondrá todo su empeño. Pero cuando nuestro tesoro es Cristo,
el esfuerzo que hemos de realizar no ha de ser menor; es más, tendría que ser
mayor pues el tesoro tiene mucho más valor.
Esta misma
idea, pero todavía más profunda, aparece continuamente en las enseñanzas del
Señor: "Bienaventurados los pobres
de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mt 5, 3). “Porque
donde está tu tesoro allí estará tu corazón" (Mt 6, 21).
Debemos tener
el corazón y la vida orientados hacia Dios. Estas palabras de Jesús son especialmente
oportunas en una sociedad como la nuestra que se ha alejado de Dios pensando
que es más libre. En realidad, termina siendo esclava de muchos señores. Es
especialmente amarga la esclavitud de las riquezas, de los bienes, de las
cosas. Jesús sabe que necesitamos bienes, pero si no tenemos la primacía del
amor de Dios, nos convertimos en esclavos de los bienes.
Jesús afirma
que nuestro tesoro está allí donde tenemos el corazón; si nuestro corazón está
en Dios, nuestro tesoro será su Palabra capaz de modelar nuestras acciones y
nuestros sentimientos, de forjar un estilo de vida, libre del afán de tener y
acumular bienes que se destruyen con la herrumbre que corroe. Si el corazón
está en las cosas que se corroen, la herrumbre corroe también el corazón, los
sentimientos e incluso el mismo sentido de la vida.
martes, 19 de julio de 2022
domingo, 17 de julio de 2022
2022
AÑO C TIEMPO ORDINARIO XVI
Ya desde la primera lectura, y bajo la encina de
Mambré, Abrahán, enseña cómo ha de ser la acogida a todo aquél que llega, que
siempre será creatura (hechura) de Dios, y por tanto conlleva acoger al mismo
Dios.
El mayor y mejor ejemplo de acogida, y de sentirse
acogido es el de Jesús en el evangelio de este domingo. Marta y María, símbolos
de la hospitalidad y escucha, ejemplifican y animan a acoger, a dar hogar a los
que se acerquen y no dejarlos pasar de largo.
Cada eucaristía ha de ser para el cristiano apertura
a la palabra de Dios con la misma actitud de María, y con la misma diligencia
que Marta, Abrahán y Sara. En nuestro tiempo son muchos los que buscan la
hospitalidad en lugares distintos a los de su nación o de nacimiento.
El seguidor de Jesús ha de tener actitudes similares
a las dos hermanas, de generosidad dentro del contexto del amor a Dios, de
servicio y de escucha. De servicio para hacer de la acogida signo de
hospitalidad, y de escucha, signo de resolución de los problemas de aquellos
que se acerquen.
Dios está deseoso que sus hijos se hospeden en su
tienda para convivir todos unidos para ser símbolo de hogar abierto y acogedor,
que facilita el conocimiento del otro y la comprensión de quien es distinto en
el pensar, sentir e incluso obrar.
Todo ser necesita la atención del amor, amasada con
las actitudes de Marta y María, como lo hicieron con Cristo. Cuando así se
actúa, el discípulo siente y vive la paz y la calma interior, y experimenta el
valor del amor oblativo, gratuito.
Por lo general, cuando las personas comparten mesa y
mantel y además disfrutan de tiempo de esparcimiento o entretenimiento,
alcanzan a entenderse y apreciarse mejor entrambos. A menudo, las buenas
relaciones, laborales y de comunicación efectiva, dan frutos propios la
hospitalidad. Comida y comensalidad han de ir de la mano.
Los ejemplos de confianza de los tres personajes
evangélicos (María-Marta-Lázaro) con el que llega dándole posada, es hacer
realidad las obras de misericordia; tanto corporales como espirituales. En este
tiempo de estío, dar un vaso de agua fresca al sediento, al inmigrante o
refugiado, que pase por delante de nuestra tienda, será signo de madurez
cristiana en la vida en Cristo y manifestación de que en Él reside nuestra
esperanza. Recordemos las palabras de Cristo: el que a vosotros os recibe a mí me recibe.
Marta, la generosa, está en su cocina, atizando el
fuego, revisando las ollas, levantándose, yendo de un lado para otro, ocupada
por todos. María se sentó a escuchar a Jesús. Un hombre con olor a cielo y una
mujer, sentados muy juntos. Las dos hermanas trazan los pasos de la verdadera
fe: pasar de la agitación de lo que debo hacer por Dios, al asombro de lo que
Él hace por mí. En nuestro interior las dos hermanas se dan la mano; sus dos
corazones laten: el corazón de la escucha y del servicio.
sábado, 16 de julio de 2022
FORMAS SENCILLAS
DE EXPRESAR AMOR AL PRÓJIMO
Dar
las gracias siempre (aunque no "debas" hacerlo). Nunca te acostumbres
a recibir porque lo necesitas o porque tienes "derecho a". Todo lo
recibes como un regalo, nada te "lo deben" aunque hayas pagado por
ello. Da siempre las gracias. Es más feliz quien es agradecido.
jueves, 14 de julio de 2022
miércoles, 13 de julio de 2022
2022 JULIO MEDITACIÓN EUCARISTICA:
El perro y el conejo
Aquí estamos
Señor sacramentado delante de ti para pasar unos momentos de silencio y de
contemplación sobre el misterio de tu presencia en medio de nosotros. Estamos
seguros que tú también nos ves y nos escuchas en el silencio del sagrario donde
nos esperas siempre para atendernos y ayudarnos en lo que más necesitamos. Tu
nos recibes siempre y no nos juzgas, sino que estas abierto a nuestras
sugerencias y nuestras respuestas. Tu acompañas siempre nuestro camino en las
dudas y aciertos. Oigamos esta historia.
El perro y el conejo: Un señor les compró un conejo a sus hijos. A su
vez, los hijos del vecino le pidieron una mascota a su padre. El hombre les
compró un cachorro pastor alemán. El vecino exclamó: - Pero el perro se comerá
a mi conejo!
- De ninguna manera, mi pastor es cachorro. Crecerán
juntos y serán amigos. Yo entiendo mucho de animales. Ten por seguro que no
habrá problemas. Y parece que el dueño tenía razón. El perro y el conejo
crecieron juntos y se hicieron amigos. Era normal ver al conejo en el patio del
perro y al revés.
Un viernes, el dueño del conejo se fue a pasar un
fin de semana a la playa con su familia. El domingo por la tarde el dueño del
perro y su familia estaban merendando, cuando entró el perro a la cocina. Traía
al conejo entre los dientes, sucio de sangre y tierra, y además muerto. Le
dieron tantos palos al perro que casi lo matan.
Decía el hombre:
- El vecino tenía razón, ¿y ahora qué haremos?
La primera reacción fue echar al animal de la casa
como castigo, además de los golpes que ya le habían dado. Los vecinos volverían
en unas horas de la playa y se encontrarían el desastre. Todos se miraban, como
preguntándose qué hacer. Mientras, el perro lamía las heridas que le habían
hecho sus amos de tantos palos.
Uno de ellos tuvo la siguiente idea: Bañemos al
conejo, lo dejamos bien limpito, lo secamos con el secador y lo ponemos en su
madriguera en el patio. Así lo hicieron. ¡Qué bien había quedado! ¡Parecía
vivo!, decían los niños.
Y lo llevaron al patio y lo pusieron a la entrada de
su pequeña madriguera con las piernas cruzadas.
En esto que llegan los vecinos, y al poco se oyen
unos gritos de sus niños. No habían pasado ni cinco minutos cuando el dueño del
conejo toca la puerta de su vecino, algo extrañado.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto grito?, le dijo su
vecino.
- El conejo murió.
- ¿Murió? –Pregunta, haciéndose el inocente.
- Sí, murió el viernes.
- ¿Murió el viernes?
- Sí, fue antes de que viajáramos a la playa. Mis
hijos lo enterraron en el fondo del jardín, pero cuando hemos llegado de vuelta
se lo han encontrado recostado a la entrada de su madriguera...
El gran personaje de ésta historia es el perro.
Imagínate al pobrecito, desde el viernes buscando en vano por su amigo de la
infancia. Después de mucho olfatear, descubrió el cuerpo enterrado. ¿Qué hace
él? Probablemente con el corazón partido, desentierra al amigo y va a
mostrárselo a sus dueños, imaginando poder resucitarlo.
Cuantas veces
tenemos la tendencia a juzgar anticipadamente los acontecimientos sin verificar
lo que ocurrió realmente. ¿Cuántas veces sacamos conclusiones equivocadas de
las situaciones? Pensemos dos veces antes de emitir un juicio; y nunca saquemos
conclusiones movidos por las apariencias.
Delante de ti Jesús
sacramentado nos reconocemos tan pequeños y muchas veces tan miserables. Tú
mismo nos dijiste “no juzguéis y no seréis juzgados” (Lc 6:37); y por otro lado
también nos dijiste: “por sus obras los conoceréis” (Mt 7:20). En el fondo Tú
Señor nos quiere enseñar a que no hemos de ser precipitados en el juicio; sino
que intentemos conocer bien todos los aspectos antes de pensar mal de una
persona. Si sólo juzgamos por las apariencias, cometeremos muchos errores; y
entonces, tendremos que pedir perdón en muchas ocasiones. Acompáñanos siempre.
Amén
lunes, 11 de julio de 2022
sábado, 9 de julio de 2022
El próximo sábado día 16 de Julio, se celebra la festividad de la Virgen del Carmen, de gran arraigo y devoción entre la gente del mar en nuestra ciudad. Pero dado que este año coincide con el desfile de las carrozas, LA MISA DE CAMPAÑA se celebrará el domingo 17 de Julio a las 21h en el PRIMER GRUPO DE MARINEROS.
2022 AÑO C TIEMPO ORDINARIO XV
La pregunta ¿Quién es
mi prójimo? Movió a Jesús a contar esta historia: Un hombre bajó de Jerusalén a Jericó… Una de las historias más
bellas del mundo. Pocas líneas de sangre y polvo pero llenas de esplendor.
Nadie puede decir: yo voy por otro lado, no tengo nada que ver. Todos estamos
en el mismo camino. Y nos salvaremos juntos, o no habrá salvación. El primero
en pasar es un sacerdote, representante de Dios y del poder, luego un levita
encargado de la liturgia del Templo, vieron al herido, pero pasan de largo. Sin
amor y compasión la religión es estéril como el polvo.
En cambio, un
samaritano, que estaba de viaje, vio, tuvo compasión y se acercó. Un samaritano, pueblo hostil y despreciado, que no asiste al templo, se conmovió, se hizo cercano.
No hay humanidad posible sin compasión, sin
proximidad. El samaritano se acerca, a pesar del peligro, los
bandidos pueden estar todavía por aquí. Acercarse no es instinto, es una
conquista, corre un riesgo; la fraternidad
no es un hecho sino una tarea.
El evangelio encadena diez verbos para describir el amor efectivo: vio, se compadeció, se
acercó, derramó, vendó, cargó, llevó, cuidó, pagó... hasta el décimo verbo: a
mi regreso pagaré... Este es el nuevo
decálogo, para que el hombre sea más humano, para que la tierra sea
habitada por "vecinos" y no por bandidos o enemigos. En el centro del
mensaje de Jesús hay una parábola; en el centro de la parábola hay un hombre y
un verbo: Amarás. Hazlo y encontrarás la vida.
Esta parábola del buen
Samaritano, nos enseña que a Dios se le
ama en el hacer, en la vida, en el compromiso en favor del prójimo. Cuando
el conocimiento, el saber, no se
transforma en amor concreto, deja de ser significativo. Tal vez nuestro amor debería concretarse un poco más.
Me parece que los gestos del samaritano no requieren ninguna
explicación o comentario para quienes saben mirar con los ojos de Dios, sólo imitación: haz tú lo mismo. Tal
vez podamos caer en la cuenta de lo que significa “pasar de largo” en este contexto de búsqueda del plan de Dios. A
veces pretendemos llegar a Dios, conocer
su plan, entrar en su intimidad, “pasando de largo” por la vida, es decir, evitando los obstáculos que toda
búsqueda conlleva.
Hay posturas religiosas que no contemplan ni toleran lo retrasos, las
desviaciones; los deberes son más
importantes que el corazón. Ocuparse
de las cosas de Dios, sin caer en la cuenta de que lo que le interesa a Dios son “las cosas de los
hombres”. La identidad de Dios se
manifiesta en las entrañas de la misericordia. El samaritano dio los pasos
en la dirección correcta y exacta y se convirtió en un prójimo para alguien.
Haz tú esto y tendrás vida, responde Jesús: amor y vida; quien no ama
permanece en la muerte. Amar es dar
vida; sólo el que ama vive plenamente; no
hay cristiano sin amor al prójimo. Esta es la lección de fraternidad, la
aventura radical de un amor incondicional, y sin fronteras de Jesús. Queremos
cumplir la ley entera: ama, ama
desinteresadamente, ama con pasión y entrega, Que seamos prójimos de todo
hombre y mujer.
miércoles, 6 de julio de 2022
2022 julio ADORACIÓN EUCARISTICA:
El fuego en la cabaña
En esta tarde calurosa de este mes
veraniego venimos ante tu altar Señor sacramentado para contemplarte y mirarte
con los ojos de nuestro corazón. Somos tan frágiles en ciertos momentos, pero
levantamos la vista hacia ti, para sentir tu fuerza y apoyo incondicional.
Nunca podremos sentirnos solos porque tu presencia está asegurada y confiamos
plenamente en ti. Pero como ocurre en la vida y en la naturaleza, siempre está
más oscuro antes del amanecer. Las cosas que nos suceden negativas, a lo mejor,
es por un bien mayor y de las pruebas y sufrimientos salimos más reforzados y
más autónomos y con mucha energía y ánimo vital.
Oigamos lo que aconteció. El fuego en
la cabaña:
Una vez hubo un hombre que naufragó y
quedó varado en una isla. Todos los días oraba para pedirle a Dios que enviara
a alguien a rescatarlo, pero, para su decepción, nadie vino nunca.
Pasaron los meses y este hombre aprendió a
sobrevivir en la isla. Durante este tiempo, acumuló cosas de la isla y las
almacenó en una choza que construyó. Un día después de buscar comida y regresar
a su cabaña, para su consternación vio que su cabaña estaba en llamas junto con
todo lo demás que tenía.
¡Todas sus posesiones se estaban
convirtiendo en humo! Lo único que le quedaba era la ropa que llevaba puesta.
Inicialmente, estaba en estado de shock, ¡y luego lo consumió la ira y la
rabia!
En su furia, lanzó un puño al aire y
comenzó a maldecir a Dios y a gritar: “Dios, ¿Cómo pudiste permitir que me
pasara esto? He estado orando todos los días durante meses por ser rescatado y
nadie ha venido, ¡y ahora todo lo que tengo está en llamas! ¡Cómo pudiste
hacerme esto! ¿Por qué dejaste que esto sucediera? “
Más tarde, el hombre estaba sobre manos y
rodillas llorando profundamente Abrumado y desconsolado, se quedó dormido sobre
la arena. De pronto el sonido de la sirena de un barco que se acercaba a la
isla lo despertó. Venían a rescatarlo. Cuando por fin llegó a la cubierta del
barco, y se dirigían de regreso a la civilización, el hombre le preguntó al
capitán: “¿Cómo pudiste encontrarme?”
El capitán respondió: “Estábamos cruzando
el océano cuando notamos en el horizonte una columna de humo que se elevaba.
Decidimos ir a verlo y cuando lo hicimos, ¡fue cuando te encontramos!
Es fácil
enojarse cuando las cosas van mal, pero no debemos perder la paciencia, porque
Dios está trabajando en nuestras vidas y a su hora se va a manifestar. El
tiempo de Dios no es el nuestro, su ritmo y sus caminos son distintos a nuestro
ritmo y a nuestros caminos. Él sabe cuándo llegará el momento para dar el salto
y manifestarse de manera efectiva y veraz.
En medio de las
penas y del sufrimiento, recordemos que si nuestra pequeña choza se
quema.... puede ser simplemente una
señal de humo que surge de la GRACIA de Dios. Dios se vale de todos los
elementos para salvarnos, pero sobre todo permite los sufrimientos y sin sabores
para fortificarnos, para que salgamos más robustos de las penalidades de la
vida. Y nos enseña siempre a confiar y a no perder la esperanza.
Si echamos la vista atrás, vemos que
nuestros momentos más difíciles nos han permitido convertirnos en personas
mucho más fuertes. Todo ayuda para el bien como dice la cata a los
romanos. En nuestros momentos de incertidumbre y debilidad podemos vaciar
nuestro corazón delante de Dios y llevar nuestras luchas ante él, será un
remedio impensable. Aun en medio de la tristeza más profunda podemos confiar en
Dios y en su bondad.
El Espíritu Santo que mora en nosotros
intercede con intensidad a nuestro favor cuando nuestra oración consiste solo
de lágrimas. Nos afirma sobre quiénes somos en Dios gracias a lo que él ha
hecho. Nos da paz y nos recuerda que Dios obrará de acuerdo con su voluntad. Es
gracias a este conocimiento y a esta certeza que podemos vivir en confianza.
Amén
sábado, 2 de julio de 2022
2022 AÑO C TIEMPO ORDINARIO XIV SAN PEDRO Y SAN PABLO
Los setenta y dos
discípulos van, de dos en dos, dependiendo de la providencia y de un amigo; sin
bolsa, sin alforjas, sin sandalias, sin medios, solo personas.
Los discípulos son
constructores de humanidad, y su interés es el acompañar, nunca sin el otro.
Dos no es la suma de uno más uno, es el principio de comunión. Entonces también
se podrá cruzar la tierra de lobos, atravesarla, con confianza: os envío como corderos en medio de los
lobos. Podrán ser más numerosos, pero no más fuertes, podrán morder y
herir, pero no pueden ganar.
Nos envía como
corderos, sin colmillos ni garras, pero no para la derrota sino para imaginar
el mundo bajo otra luz, para abrir paso a un hogar más cálido. Los campos de la
vida son violentos, y Jesús lo experimenta hasta el derramamiento de sangre,
pero entrega a los suyos una visión del mundo llena de positividad y
luminosidad: la mies es grande, pero los obreros son pocos. Los ojos del Señor
brillan por el buen grano que rebosa de los campos de la vida: son hombres y
mujeres fieles a su tarea, personas de corazón abierto, con palabras de luz,
generosas, leales, libres y felices.
Jesús envía a sus
discípulos no para entonar lamentos sobre un mundo distraído y distante, sino
para anunciar el cambio: el Reino de Dios se ha acercado. Y las palabras que
confía a los discípulos son sencillas y escasas: paz a esta casa, Dios está
cerca. Palabras directas, que salen del corazón y van al corazón. Nos quejamos:
¡el mundo se ha alejado de Dios! Y Jesús en cambio: Dios se ha acercado, Dios
está en camino por todas las calles, muy cerca de ti, llamando a tu puerta y
esperando que le abras. En cualquier casa en la que entres, di: paz a esta
casa.
Para renacer hay que
vivir en la radicalidad, retorno a las raíces espirituales. Tal vez ha llegado
el momento en que la Iglesia, olvidando cuestiones secundarias, ha de escuchar
la llamada de Jesús a la vida y a la bondad.
El ejemplo de Pedro:
Jesús lo llamó Cefás que significa "piedra" y le dijo que sería la
piedra sobre la que edificaría Su Iglesia. Pescador de oficio y Jesús lo llamó
a ser pescador de hombres, para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje
de salvación. Durante la persecución en roma el año 64, que duró unos tres
años, murió crucificado Pedro por mandato del emperador Nerón. Pidió ser
crucificado de cabeza para abajo, porque no se sentía digno de morir como su
Maestro. Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos
llama a la santidad. Pedro logró cumplir con su misión.
Pablo enemigo de la
nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido
y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a
toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y
creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. La conversión de Pablo
fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el "apóstol
de los gentiles" ya que llevó el Evangelio a todos los hombres. Comprendió
muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del
mensaje de Jesús.