2022 JULIO MEDITACIÓN
EUCARÍSTICA.
QUE LA LLAMA NO SE APAGUE
Señor Jesús en
esta tarde en la que estamos delante de ti sacramentado, recocemos que hoy en
día estamos rodeados de tantos problemas, atractivos, preocupaciones…, que con
frecuencia cuesta mantener nuestra mente y nuestro corazón orientados a las
cosas que son realmente importantes y no ser atrapados por las cosas del día a
día.
Escuchamos
este cuento que ofrece una solución que nos puede dar una pista para cuando
nosotros también queramos evitar ser atrapados por el mundo actual y sus
preocupaciones.
QUE LA LLAMA NO SE APAGUE: Cuentan que un rey muy rico de
la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de
profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría.
Ante esta situación y movido por la curiosidad, un
súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por
el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su
tiempo.
Inmediatamente después de los saludos que la
etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: Majestad, ¿cuál es su secreto
para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?
El rey le dijo: Te lo revelaré, si recorres mi
palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela
encendida. Si se apaga, te decapitaré.
Al término del paseo, el rey le preguntó: ¿Qué
piensas de mis riquezas?
La persona respondió: No vi nada. Sólo me preocupé
de que la llama no se apagara.
El rey le dijo: Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado
tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de
fuera.
Muchas veces
deseamos vivir como mejores cristianos y tener vida espiritual, pero sin
decidirnos a apartar la mirada de las cosas que nos rodean y deslumbran con su
aparente belleza. Deberíamos procurar “ver hacia adentro" y avivar nuestra
llama espiritual, pues: Al tener nuestra mente y nuestro corazón puestos en el
Señor, podemos aprender a conocerle y amarle.
Las
trivialidades y preocupaciones de la vida no podrán apartarnos del buen camino.
Crecerá nuestro amor por la familia y nuestros semejantes. Viviremos alegres en
esta vida, preparándonos para alcanzar la felicidad eterna al lado de nuestro
Padre.
Todo ser
humano tiene siempre un "tesoro" que intenta cuidar, proteger y
acrecentar. Si su tesoro es el dinero, ahí estará su corazón. Si su tesoro es
el poder, en ello pondrá todo su empeño. Pero cuando nuestro tesoro es Cristo,
el esfuerzo que hemos de realizar no ha de ser menor; es más, tendría que ser
mayor pues el tesoro tiene mucho más valor.
Esta misma
idea, pero todavía más profunda, aparece continuamente en las enseñanzas del
Señor: "Bienaventurados los pobres
de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" (Mt 5, 3). “Porque
donde está tu tesoro allí estará tu corazón" (Mt 6, 21).
Debemos tener
el corazón y la vida orientados hacia Dios. Estas palabras de Jesús son especialmente
oportunas en una sociedad como la nuestra que se ha alejado de Dios pensando
que es más libre. En realidad, termina siendo esclava de muchos señores. Es
especialmente amarga la esclavitud de las riquezas, de los bienes, de las
cosas. Jesús sabe que necesitamos bienes, pero si no tenemos la primacía del
amor de Dios, nos convertimos en esclavos de los bienes.
Jesús afirma
que nuestro tesoro está allí donde tenemos el corazón; si nuestro corazón está
en Dios, nuestro tesoro será su Palabra capaz de modelar nuestras acciones y
nuestros sentimientos, de forjar un estilo de vida, libre del afán de tener y
acumular bienes que se destruyen con la herrumbre que corroe. Si el corazón
está en las cosas que se corroen, la herrumbre corroe también el corazón, los
sentimientos e incluso el mismo sentido de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario