2025
MEDITACIÓN EUCARÍSTICA.
EL
PIRATA
Delante
de ti señor Jesús sacramentado nos presentaos en esta tarde para pasar unos
momentos contigo. Siempre que lo hacemos salimos fortificados y rejuvenecidos.
Tu nos das siempre el ánimo y las fuerzas necesarias para ir viviendo una
existencia llena de sentido y de gratitud. Tantas veces nos sentimos como
acobardados y con incertidumbre por las cuestas empinadas por donde nos lleva
las distintas situaciones y momentos de la misma existencia. No caemos en la
cuenta lo importante vivir contigo siempre y sentirnos acompañados y protegidos
con tu presencia amorosa y llena de bondad. Solo estando contigo podremos
encontrar calma y sosiego y poder respirar tranquilos, sin miedos ni
preocupaciones que nos oscurecen el horizonte. Escuchemos esta interesante historia.
EL
PIRATA: Un
día, la señora Robles se encontraba en la sala de espera de su médico, cuando
un niño y su madre entraron al consultorio. El niño llamó la atención de la
señora Robles, porque llevaba un parche sobre el ojo. Se sorprendió, al ver qué
poco parecía importarle la pérdida de un ojo, y lo observó mientras seguía a su
madre a la silla más cercana.
Aquel
día el consultorio del médico estaba lleno, así que la señora Robles tuvo la
oportunidad de conversar con la madre del niño, mientras él jugaba con sus
soldados. Al principio se mantuvo en silencio, jugando con los soldados sobre
el brazo de la silla. Luego se trasladó silenciosamente al piso, lanzando una
mirada a su madre.
En
algún momento, la señora Robles tuvo ocasión de preguntarle al niño qué le
había sucedido en el ojo. Consideró la pregunta durante largo rato y luego
replicó, levantando el parche:
-
No tengo nada en el ojo. ¡Soy un pirata! Luego regresó a su juego.
La
señora Robles se encontraba allí, porque en un accidente automovilístico había
perdido una pierna desde la rodilla. La cita de aquel día era para determinar
si estaba lo suficientemente curada como para acomodar una prótesis. La pérdida
había sido algo devastador para ella. Aun cuando se esforzaba por ser valiente,
se sentía como una inválida; racionalmente sabía que esta pérdida no interfería
con su vida, pero emocionalmente no podía superar este obstáculo.
Su
médico le había sugerido visualizaciones que le ayudaran a aceptar su
situación, y ella lo había intentado, pero no podía imaginarse de una manera
perdurable y emocionalmente aceptable. En su mente se veía como una inválida.
La
palabra "Pirata" cambió su vida. De inmediato se sintió transportada,
se vio vestida como el Corsario Negro, a bordo de un barco pirata. Estaba de
pie con las piernas separadas, y una de ellas era una pata de palo; sus manos
estaban aferradas a las caderas, su cabeza y hombros erguidos y sonreía frente
a la tormenta. Los vientos tempestuosos azotaban su casaca y su cabello. Un
rocío helado barría la balaustrada de cubierta, mientras grandes olas se
rompían contra el barco. El navío se mecía y gemía bajo la fuerza de la
tormenta. Pero ella permanecía firme, orgullosa y serena.
En
aquel momento, esta imagen sustituyó a la de la inválida y recobró su valor. Miró
al niño, ocupado con sus soldados. Pocos minutos más tarde, la llamó la
enfermera. Mientras se balanceaba en sus muletas, el niño advirtió su
amputación.
-
Señora, ¿qué le pasó a su pierna? - La madre del niño estaba mortificada.
La
señora Robles contempló por un momento su pierna más corta. Luego respondió con
una sonrisa:
-
Nada. Yo también soy pirata.
Señor
Jesús ayúdanos a asumir la realidad de la vida tal como nos vienes, aunque sea
dolorosa y llena de sufrimiento. Esta vida es maravillosa a pesar de todo. Todo
depende como la mires y como te lo tomes todo. Tú nos puedes conceder esta
aceptación y disfrute sin par de todo lo que nos acontece. Ir por la vida con
esperanza y con ilusión, a pesar de las turbulencias. Tantas gracias hemos de
dar. Si echamos la vista atrás veremos cuánta gente está pasándolo peor que
nosotros y sin embargo disfruta de los pequeños rayos de luz que la vida le
ofrece. Te pedimos vivir siempre contigo y recibir de tu cercanía la alegría y
la felicidad siempre.
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