2025
CICLO C
TIEMPO
ORDINARIO XVI
En este XVI domingo del tiempo
ordinario, Lucas nos lleva a una casa donde viven sus amigos Lázaro, Marta y
María. Jesús se recupera de las fatigas de la misión dejándose acoger por estos
amigos: Marta, que es la mayor y hace los honores, y María que escucha
entusiasmada a Jesús.
Jesús es recibido con cariño, pero de
dos maneras distintas. Marta tiene el carácter de una anfitriona: se
desvive por los deberes de acoger a un huésped tan excepcional. Nos recuerda a
tantas mujeres queridas, casi podemos verlas: preparan comida excelente, ponen
la mesa, van y vienen….
María, sentada a los
pies de Jesús, lo escucha entusiasmada y absorbida por su palabra. Es lo que
desea Jesús que le ESCUCHEMOS para así poder darnos sus Palabras de vida
eterna. También es el deseo de Dios Padre cuando nos dice: Este es mi
Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle.
Jesús no critica el servicio.
En muchos otros pasajes del Evangelio nos enseña su importancia. Pero aquí
Jesús establece la prioridad: ESCUCHAR su palabra.
Marta está tan absorta en sus
quehaceres, que entra en modo angustia y en un momento dado, viendo a su
hermana sentada a los pies del Señor, estalla. Marta podía haber pedido ayuda a
su hermana; en cambio, acumuló fastidio e irritación y apeló
directamente a Jesús. El problema de Marta no es el servicio, sino ese
activismo que la inquieta, que la hace trabajar sin sosiego y, además,
perdiendo de vista al invitado.
Es un riesgo también para nosotros: que
nuestro hacer se convierta en un activismo inquieto, ansioso, nervioso, con
poca atención a las personas; incluso podemos hacer muchas cosas bonitas por Jesús,
pero sin Él, no hacemos nada.
Agitados por tantas ocupaciones y
preocupaciones, necesitamos tomarnos de vez en cuando un tiempo de descanso
para sentirnos de nuevo vivos. Pero necesitamos además pararnos y encontrar el
sosiego necesario para recordar de nuevo lo importante de la vida.
Hay que decir que ambos personajes
merecen nuestro respeto y nuestra atención. Con ambos habremos de dialogar e
integrarlos en nuestro puzle completo. Todos tenemos algo de Marta y algo de
María. Lo importante es saber combinarlos adecuadamente. El servicio está fuera
de lugar cuando nos impide escuchar a Jesús. Esto es lo que hace María, sentada
a sus pies y Jesús dice que esa es la parte mejor, y no se la quitarán.
De nada vale correr mucho si vamos en la dirección incorrecta.
Por ejemplo, el celular. Ofrece grandes
beneficios. Pero también confunde. Hay quienes insisten en responder el celular
en medio de la Misa. Es pura compulsión. ¿Habrá alguien llamando más importante
que Dios en estos momentos de la eucaristía? Puede haber casos de emergencia, pero
no hagamos de ellos excusa para perder el control.
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