ACCIÓN
DE GRACIAS
No
les fue fácil; para muchos era la primera vez y no tenían experiencia; quizá
hubieran deseado otra compañía para la aventura; y los pueblos y aldeas tenían
ya su fama, unos de acogedores, otros de indiferencia.
Iban
ligeros de equipaje, con las entrañas enternecidas y la utopía del Reino
desatada.
Y
la experiencia y misión estuvo llena de todo lo que tiene la vida y trae la
historia.
Acogida,
cercanía, casas abiertas, mesa compartida, descanso y despedidas…
También
de risas socarronas, de portazos y rupturas, de hambre e indiferencia, y de
poca sintonía.
Pero
volvieron contentos, llenos de alegría, con la misión cumplida y con ganas de
compartir la experiencia tenida, y te regalaron uno de los momentos más gozosos
de la vida.
¡Cuánto
tenemos que aprender los que nos sentimos elegidos hoy día!
Salir
fuera y andar por plazas, cruces y veredas; destilar paz… y un poco de osadía; aligerar
las pertenencias y desbordar de alegría; sacudirnos títulos y prebendas; no
sentirnos en casa inhóspita; ofrecer buenas noticias y vida y gozar siempre en
compañía.
Amén.
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