QUE NO ME CANSE, SEÑOR
De proclamar tú Reino, de verdad y de justicia,
ante tanta mentira e insolidaridad.
De recorrer, caminos y valles, aunque, a veces,
sienta que los oídos no escuchan ni los corazones de los
hombres
te aman como debieran.
QUE NO ME CANSE, SEÑOR
De pregonar, la salud que nos traes, frente a la enfermedad y
el pesimismo,
el desencanto o la apatía por la vida.
De llevar tu luz, Señor, donde la oscuridad reina y,
donde la tiniebla, confunde lo malo con lo bueno
QUE NO ME CANSE, SEÑOR
De decirte “si” cuando, mi interior, me empuje a desertar de
tus sendas
o a no ser valiente en mis decisiones
De anunciar tu Palabra que salva
y, luego, de llevarla a mi vida
De seguir tus pasos y tus huellas y
alejarme de otras que son polvo y nada.
QUE NO ME CANSE, SEÑOR
De regresar de caminos equivocados
De pedir perdón por los errores cometidos
De ser más humilde y menos soberbio
De caminar hacia la santidad y de luchar contra mi propia
mediocridad
Que no me canse, de Ti, Señor
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