Quien quiera ser el primero, que sea el
último de todos y el servidor de todos Señor Jesús, ayúdame a hacer un chequeo
profundo de mi vida.
No porque un día respondí a tu llamada, tomé
una decisión… ya vale para siempre.
Tú me invitas a actualizar mis
proyectos, Tú me propones a que permanentemente me revise.
Y lo que es más importante a que compare
mi vida con la tuya.
Hoy me dices que lo tuyo es servir.
Tú, Señor Jesús, nunca buscaste tu
propio bien, siempre buscaste la voluntad de Dios y con ella el bien de las
personas.
Tú predicas con el ejemplo, lo que Tú
vives eso es lo que propones como estilo de vida.
Gracias, Señor Jesús, por tu coherencia.
También dentro de la Iglesia, hace falta
que nos adecuemos a tu manera de ser, no estamos del todo convertidos.
Ahora también hace falta mucha dosis de
servicio en todos los estamentos de la vida eclesial.
¡Qué bueno es mirarte y contemplarte, seguir
tus pasos, trabajar por parecernos a Ti!
Gracias, Señor Jesús, por tantas
personas que, de una forma anónima, sin dar importancia, en el mundo y en el
interior de la Iglesia, viven para servir, hacen de su vida un acto de servicio
a la humanidad.
Perdón Señor Jesús, porque a veces, unos
y otros, caemos en el orgullo, en la pretensión de ser más, de mandar, de estar
por encima de los demás, de ser más importantes.
Como Tú, Señor Jesús, bien sabes, nos
cuesta servir.
Ayúdanos a servir como Tú serviste.
Amén
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