Cuando, más allá de trompetas triunfales
anuncie, con mi propia vida y hasta con sangre
que tu reino es justicia, paz y libertad.
Cuando, además de contemplar tu belleza
descubra la radicalidad de tu mensaje
la dulzura y, a la vez, la exigencia de tus palabras.
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Huyendo de la grandeza y del poder
abrazando, con humildad y obediencia,
el peso de la cruz que surja por delante
Sí, Señor; Reinaré contigo sabiendo que,
soy y no soy del mundo,
que, no siempre seré comprendido
como Tú, Señor, tampoco lo fuiste
desde el primer día de tu nacimiento.
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Sin más bandera, que el evangelio en la mano
Sin más fortaleza, que el alma bien dispuesta
Sin más armas, que el amor que dinamita el odio
Sin más corona, que el servicio cumplido.
REINARÉ, CONTIGO, SEÑOR
Anunciando tu misericordia y tu lealtad
Tu presencia y tu comunión con el Padre
Tu fidelidad y tu reinado de vida y verdad
Amén.
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