HAZME, SEÑOR, SER SAL Y LUZ
Que, lejos de falsificar mi vida,
la mantenga soldada a tu gracia,
alimentada por tu Palabra y
sostenida con tu mano salvadora.
Que siendo, Tú, el salero de mi existencia
cuentes conmigo, Señor, para sazonar oportunamente
tantas situaciones que reclaman ilusión y fuerza,
alegría y optimismo, dignidad y verdad,
Que siendo, Tú, la fuente de la luz
cuentes conmigo, Señor, para alumbrar miserias y
soledades,
tristezas y angustias, aflicciones y pruebas,
luchas y tribulaciones en las que combaten tantos
hombres
HAZME, SEÑOR, SER SAL Y LUZ
Que dé gusto, no a lo que el mundo quiere,
y sí a una nueva forma de vivir y de sentir.
Que ofrezca, la luz de tu presencia,
a los que viven como si no existieras
a los que, creyendo en Ti,
caminan como si no conocieran el Evangelio.
Que sepa ser conservante como la sal:
que guarde, para mí y para los demás,
tu gracia y poder, mi fe y mi fidelidad
mi oración y mi confianza en Ti.
Amén
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