2023 MARZO MEDITACIÓN
EUCARISTICA: SIGUE CONDUCIENDO
Esta tarde
hemos venido a la Iglesia para estar un tiempo contigo Jesús que estás en el
santísimo sacramento del Altar. Estar contigo para embebernos de tu presencia,
de tu cercanía, de tu corazón misericordioso. Sabemos que tú estas siempre con
nosotros y que nunca nos abandonas, nunca vuelves tu espalada a quien de verdad
te necesita. Estamos convencidos que siempre estás ahí, ante nuestra puerta
para que apenas salgamos y te llamemos tu entrarás y cenaras con nosotros y nos
acompañarás a lo largo de la vida.
Pero cuantas
veces pasamos por momentos turbulentos, momentos de infinita soledad y de
oscuridad, donde nada vemos claro y todo es confusión en nuestro interior. Aun
así, no acudimos a ti y nos fiamos de lo que vemos, de las solas apariencias
sin confiar, sin pensar que tú nunca nos abandonas y que siempre nos acompañas.
Escuchemos
esta historia de un padre y de una hija en medio de las dificultades.
SIGUE CONDUCIENDO: Una joven conducía junto con su padre que se
dirigían a una ciudad del norte a visitar a unos familiares. El tiempo no era
muy estable y el cielo cada momento se ponía más oscuro y amenazante. De repente se toparon con una tormenta. La
joven le preguntó a su padre: ¿Qué debo hacer?
Su Padre le dijo: "Sigue conduciendo".
Los vehículos, pequeños y grandes, empezaron a
orillarse, la tormenta estaba empeorando. Todos buscaban un lugar dónde parar y
esperar a que pasase la tormenta.
¿Qué debo hacer papá? Seguía diciendo, casi
gritando, la joven.
-"Sigue conduciendo", respondió su Padre.
Un poco más adelante, un tráiler también estaba
aparcando en un arcén un poco más ancho.
Ella le dijo: "Papá, debo detenerme. Es
terrible y todo el mundo se está deteniendo"
Su Padre le dijo: ¡No, sigue conduciendo!
Ahora la tormenta era más fuerte, pero ella obedeció
a su papá, y pronto pudo ver un claro más adelante. Después de un par de
kilómetros volvió a estar en una zona tranquila, calmada y con el sol brillando
a lo alto.
Su padre le dijo: "Ahora puedes parar y
salir."
Ella dijo: "¿Pero por qué ahora?"
Él le dijo: "Cuando salgas, mira atrás, todas
las personas que se rindieron todavía están en la tormenta, tú no te rendiste y
tu tormenta ha quedado atrás.
Qué bonita
lección para todos nosotros; los que estáis pasando o hemos pasado por
"tiempos difíciles". Recordemos que, aunque todos los demás, incluso
los más fuertes, se detengan o se den por vencidos, nosotros debemos seguir
adelante, confiar siempre, porque pronto la tormenta terminará, las tormentas
nunca son eternas, y el Sol brillará y resplandecerá sobre nosotros otra vez...
Si Dios Padre
nos dice seguid adelante, no hay razón para detenernos. La confianza en él es
clave para caminar por los senderos que él ha trazado para cada uno de
nosotros.
Aprendemos que
estar parados en medio de la Tormenta hace que se prolongue más y más en
nuestra vida. Si paramos, la oscuridad seguirá envolviendo nuestra existencia y
la noche crecerá cada vez más en el corazón.
Señor Jesús te
pedimos que nos de tu confianza en el Padre, que nunca dejemos de avanzar. Dios
nos da las fuerzas para seguir y veremos como la tormenta terminará y el Sol
brillará sobre nosotros otra vez. Queremos tener la certeza de que Dios nunca
nos abandona, siempre está junto a nosotros. Dios es grande y poderoso. Nunca
nos rindamos, ¡Sigamos adelante! Amén.
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