miércoles, 8 de noviembre de 2023


2023 NOVIEMBRE ADORACIÓN EUCARÍSTICA.

Buscar siempre las prioridades

 

Querido Jesús sacramentado, una vez más nos encontramos ante tu altar y ante tu presencia. Somos conscientes que tú estás siempre a nuestro lado y que caminas con nosotros a lo largo de la vida y de la existencia. Hoy quisiéramos aprender de ti a escoger lo más importante, las prioridades de nuestra vida y dejar a un lado lo que no importa ni nos interesa.

Si somos sinceros con nosotros mismos, muchos de nosotros hemos de reconocer que con bastante frecuencia solemos alterar el orden de nuestras “tareas”. En el fondo, nuestro modo de actuar está regido con bastante frecuencia más por lo que nos gusta que por lo que realmente tenemos que hacer: ¿quién no ha dejado la Misa para lo último del domingo? ¿Y en el sentido totalmente contrario también ocurre: ¿en cuántas ocasiones hacemos primero cosas que no son realmente urgentes pero que nos resultan más agradables? Si en nuestra vida normal actuamos así, en nuestra vida espiritual no es muy diferente.

La historia que escucharemos hoy nos va a enseñar el orden que hemos de seguir a la hora de realizar nuestras actividades; un orden que no debe estar regido tanto por el gusto cuanto por la necesidad, la urgencia o incluso la conveniencia.

Buscar siempre las prioridades: Érase una vez un experto asesor de empresas que se dedicaba a dar conferencias por todo el país enseñando a los trabajadores cuál era el mejor modo de gestionar el tiempo de trabajo. Nuestro conferenciante quiso sorprender a los asistentes a su disertación poniéndoles un sencillo ejemplo. Se agachó, y sacó de debajo del escritorio donde estaba sentado, un frasco de cristal grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa, junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

- ¿Cuántas piedras caben en el frasco?

Después que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego preguntó: ¿Está lleno?

Todo el mundo lo miró y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo con grava. Metió grava en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.

El experto sonrió con ironía y repitió: ¿Está lleno?

Esta vez los oyentes dudaron y dijeron:

- ¿Tal vez no?

- ¡Bien! – afirmó el experto al tiempo que ponía en la mesa un cubo con arena que comenzó a introducir en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

- ¿Está lleno? – preguntó de nuevo.

- ¡No! – exclamaron los asistentes.

- Bien – dijo, mientras tomaba una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no rebosaba.

- Bueno, ¿qué hemos demostrado? preguntó.

- Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas – respondió un asistente.

- ¡NO!, se alarmó el experto, lo que esta lección nos enseña es que, si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después. Los asistentes aplaudieron ante esta lección práctica y sacaron una buena enseñanza para aplicar en su trabajo y también en su vida.

En las cosas que hemos de hacer debemos seguir un orden, ¡cuánto más en aquellas en las que ponemos nuestro corazón y de las que depende nuestra vida terrena y más tarde, la vida futura!

¿Cuáles son las grandes piedras en tu vida? ¿Dios, tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada? En el fondo deberíamos preguntarnos cuáles son tus prioridades. Jesús ayúdanos a poner nuestras prioridades en primer lugar, el resto encontrará su lugar.

Queremos recordar aquellas palabras muy profundas que tú nos enseñaste: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, todo lo demás se os dará por añadidura” (Mt 6:33) Amén


No hay comentarios:

Publicar un comentario