sábado, 24 de febrero de 2024

2024 CICLO B CUARESMA II

 

En este segundo domingo, presenciamos la escena de la Transfiguración. Este acontecimiento tiene lugar en pleno camino hacia Jerusalén, después de que Jesús les ha anunciado por primera vez que allí padecerá, será rechazado y acabará muriendo.

La manifestación de Jesús en el Tabor está llena de símbolos muy elocuentes:

- El primero, sobre la primacía de Jesús. En la escena habla Jesús con Moisés y Elías, que representan la ley y los profetas. La voz del cielo se decanta por Jesús: Escuchadle. Lo antiguo ha pasado y Jesús tiene mucho que decirnos. Nos encontramos, por fin, con alguien que dice la verdad última. Alguien que sabe para qué vivir y por qué morir. Algo nos dice desde dentro que tiene razón. En su vida y en su mensaje hay verdad.

Cada vez tenemos menos tiempo para escuchar. No sabemos acercarnos con calma y sin prejuicios al corazón del otro. No acertamos a acoger el mensaje que todo ser humano nos puede comunicar. Encerrados en nuestros propios problemas, pasamos junto a las personas, sin apenas detenernos a escuchar realmente a nadie. Se nos está olvidando el arte de escuchar. Por eso, a veces, se nos olvida que ser creyente es vivir escuchando a Jesús. Sin embargo, solo desde esta escucha nace la verdadera fe cristiana.

La descripción de los discípulos muestra la complejidad del momento que viven: Pedro “no sabía que decir” porque todos “estaban asustados”. No resulta fácil el camino hacia Jerusalén al lado de Jesús. Humanamente huimos de la cruz, del dolor y el sufrimiento. Como a los discípulos, nos cuesta entender a fondo lo que esto significa

El mismo Dios, cuya presencia es simbolizada en esa nube, nos recuerda que Él nunca nos abandona y que nos posibilita reconocer en Jesús, al Hijo Amado y nos impele a escucharlo: Esta actitud nos saca de nuestros miedos y nos anima a vivir como hijos amados en el Hijo Amado.

- El segundo símbolo es el del vestido de Jesús blanco deslumbrante “como ningún batanero es capaz de blanquear”. Su propuesta de vida es pura (blanca), limpia y brillante que supera todo lo que hemos oído anteriormente. A ese resplandor y plenitud estamos llamados todos. El interior de Jesús se ilumina. Mc parece sugerir que del interior de Jesús brota una luz deslumbradora que transforma sus vestidos. Esa luz simboliza la gloria de Jesús, que los discípulos no habían percibido hasta ahora de forma tan sorprendente.

Si perseveramos en una escucha paciente y sincera, nuestra vida empieza a iluminarse con luz nueva. Comenzamos a verlo todo con más claridad. Vamos descubriendo cuál es la manera más humana de enfrentarnos a los problemas de la vida y al misterio de la muerte.

Por ultimo dice Marcos que “esto se les quedó grabado” a los discípulos. Graba, Señor, tu Palabra en nuestros corazones para que también nosotros, permaneciendo junto a ti en el camino, te escuchemos.

 

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