domingo, 18 de febrero de 2024


 

Ayúdame a hacer silencio, Señor, quiero escuchar tu voz.

Toma mi mano, guíame al desierto, que nos encontremos a solas, Tú y yo.

Necesito contemplar tu rostro, me hace falta la calidez de tu voz, caminar juntos... callar para que hables tú.

Ayúdame a dejar a un lado las prisas, las preocupaciones que llenan mi cabeza, barre mis dudas e inseguridades.

Me tienta el activismo. Hay que hacer, hacer y hacer.

Y me olvido del silencio, aflojo en la oración, Me tienta la incoherencia. Hablar mucho y hacer poco.

Me tienta ser el centro del mundo.

Que los demás giren a mí alrededor, que me sirvan en lugar de servir.

Me tienta la falta de compromiso.

Me tienta la falta de sensibilidad, no tener compasión, acostumbrarme a que otros sufren y tener excusas, razones, explicaciones...

Me tienta el separar la fe y la vida.

Me tienta el mirar la realidad sin la mirada del Reino.

Me tienta, Señor, el desaliento.

Me tienta la desesperanza, la falta de utopía.

¡Enséñame a discernir!

Dame luz para distinguir tu rostro.

Llévame al desierto, Señor, despójame de lo que me ata, sacude mis certezas y pon a prueba mi amor.

Para empezar de nuevo, humilde, sencillo, con fuerza y Espíritu para vivir fiel a Ti.

 

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