miércoles, 19 de junio de 2024

2024 JUNIO ADORACIÓN EUCARÍSTICA

 LAS TRES REJAS

Aquí estamos Señor Jesús en esta tarde para acompañarte, para sentir que nos quieres igual y que nos amas con todas tus fuerzas. Cada uno de nosotros vivimos ciertas situaciones personales y familiares. Te pedimos que nos asistas, que coloques tu mano generosa sobre nuestro corazón y que decidamos siempre las cosas que interesan al Reino y no solamente a nuestros intereses personales. Escuchemos esta interesante historia llena de verdad.

Las tres rejas: El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de este y le dice:

- Oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia…

- ¡Espera! – Lo interrumpe el filósofo – ¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

- ¿Las tres rejas? respondió el alumno.

- Si. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

- No. Lo oí comentar a unos vecinos, dijo el discípulo.

- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?

- No, en realidad no. Al contrario… siguió el joven.

- ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

- A decir verdad, no respondió finalmente el discípulo.

- Entonces, dijo el sabio sonriendo: Si no sabemos si es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

 

Cuantas veces Jesús deberíamos hacer como este hombre sabio, antes de ir por ahí divulgando cosas que no sabemos si son verdad o no han pasado por el filtro de las tres verjas deberíamos callar y olvidar.

Creo que las rejas ejemplifican muy bien algunos de los aspectos clave que han de considerarse para valorar si algo merece o no la pena que lo tomemos en consideración. A veces sólo nos centramos en el mensaje, y el escándalo que puedan surgir, pero no atendemos a su fiabilidad, a lo que implica para los demás o a su utilidad, a la hora de valorarlo. Pasarlos por estos filtros puede ser muy útil.

Cuánto más sanas serían las relaciones humanas, si todos hiciéramos pasar por las tres rejas todo aquello que oímos y vemos superficialmente. A menudo, transitamos por la vida compartiendo experiencias sin filtros ni consideración.

En ciertas ocasiones, narramos situaciones sin detenernos a ponderar el posible impacto negativo que pueden tener en otros, sin considerar lo rápido que pueden propagarse nuestras palabras o acciones. Es fundamental cuidar nuestra expresión verbal y la manera en que utilizamos nuestras palabras, reconociendo su poder y alcance.

Jesús ayúdanos a reflexionar y que antes de emitir cualquier juicio o comentario hacia alguien, debemos detenernos y cuestionarnos: ¿Es verdad? ¿Es bueno? ¿Es necesario?

1. Cuando nos traigan noticias hagámosle pasar por el filtro de las tres rejas; porque puede ser un informe injusto sobre alguien; o le pueden causar malestar o intranquilidad porque la información es en su contra; o simplemente le llena de malevolencia el corazón y se le llenará de rencor y/o miedo.

2. Cuando escuchamos una noticia sin pasarla por el filtro de las tres rejas, somos como el chismoso porque acusamos, juzgamos y condenamos a la persona sin darle la oportunidad de defender su caso. El que no tenga pecado que le tire la primera piedra, nos dijiste ante aquellos que condenaban a una mujer por adulterio.

3. Utilizar el método de las tres rejas es útil para crecer en el carácter, porque nos hace sabios, al aprender a escuchar sólo aquello que está respaldado con argumentos veraces; nos hace justos, al escuchar la versión del acusado; y nos hace comprensivos y amigables, al no condenarlo, sino que le ayudamos a solventar el problema que está viviendo.

Escuchar los chismes es como aceptar algo robado y nos convierte también en culpables del delito.

Ayúdanos Señor Jesús sacramentado. Amén

 

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