sábado, 31 de agosto de 2024
TU ERES MI LEY, SEÑOR
Mi esperanza, en los momentos de fracaso.
Mi alegría, en las heridas que producen
la tristeza.
Mi fortaleza, cuando la debilidad asoma
y se cuela por la ventana de mi existencia.
Eres mi ley, Señor.
Contigo aprendo a distinguir entre el
bien y el mal.
A separar la verdad de la mentira.
A diferenciar la humildad de la soberbia.
El pecado de la perfección.
Porque, Tú eres mi ley, Señor, te pido
que nunca me olvide de Ti.
Que nada ni nadie distraiga mi atención y
pueda, en la medida de mis posibilidades, ser instrumento de tu amor y de tu
gracia.
Porque, Tú eres mi ley, Señor, te pido
que me ayudes: a cumplir con rectitud tus mandatos, a meditarlos día y noche, a
llevarlos constantemente en mi pensamiento.
Pero sobre todo, Señor, ayúdame a que
ningún otro precepto esté por encima de Ti.
Que ley alguna suprima tu nombre.
Que interesadas leyes se conviertan en
un muro que me impidan el verte, que me impidan el encontrarte.
Y si algún día ocurriera, Señor, que la
letra fuera más grande que tu presencia, ayúdame a borrar de mi memoria todo
aquello que me obstaculiza amarte y entregarme a ti con toda el alma.
Amén
miércoles, 28 de agosto de 2024
2024 AGOSTO MEDITACIÓN EUCARISTICA: EL CAMELLO Y LA MULA
En
esta tarde querido Jesús sacramentado nos encontramos delante de ti para
reforzar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad. Tu solo puede animar nuestra
vida y darle la energía suficiente para que vivamos en todos los momentos de la
vida con toda la plenitud y con todo el sentido posible.
Vivir
siempre de cara a los demás, colaborando, ayudando, prestando nuestra ayuda y
nuestro apoyo a todos aquellos que lo puedan necesitar. Vivimos en un mundo único,
en que las cosas pueden suceder a cualquiera sin importar edad, condición, raza
o posición social. Todos embarcados en la misma barca y todos colaborando para
que la nave pueda navegar con seguridad y llegar a buen puerto.
Escuchemos
esta parábola interesante. El camello y la mula: Un día en el
desierto hacia demasiado sol y a muchos kilómetros de distancia de un pequeño
pueblo una mula iba con su carga muy agotada y estaba casi a punto de
desmayarse por todo el peso que llevaba a sus espaldas y de pronto vio a su
amigo el camello y le dijo:
-
mi hermano y querido camello ya casi no resisto, por favor me podrías ayudar un
rato con esta pesada carga es que él amo me puso demasiado peso y casi no
siento mi cuerpo, creo que no aguantaré hasta llegar al pueblo. Entonces la
mula le dijo al camello que si la ayudaba algún día le iba a regresar el gran
favor.
El
camello le contestó de una manera indiferente y le destruyó su esperanza, le
dijo:
-
Mula lo que estás cargando no es mi problema, mejor ocúpate de tus asuntos que
yo me encargaré de los míos y de esta manera estaremos todos felices.
Después
ambos animales siguieron su camino junto a su amo y su hijo para dejar la
mercancía que cargaban en el pueblo más cercano, al cabo de unos minutos la mula
estaba muy deshidratada y con un cansancio inmenso. De pronto se desvaneció, la
mula tuvo que quedarse con el hijo del amo hasta que llegara un veterinario
para poder ser atendida.
Entonces
el amo de los animales le quito toda la mercancía a la mula y se la puso al
camello que suspirando pensaba, "debí ayudar a la mula cuando ella me lo
pidió, por no querer cargar una pequeña carga ahora tengo que cargar toda la
mercancía".
Señor
Jesús delante de ti te pedimos que nos ayudes a ser personas sensatas y receptivas,
misericordiosas y compasivas. Que seamos capaces cuando alguien nos cuente
algún problema y creamos que no nos afectan porque no son nuestros
inconvenientes, es mejor que recapacitemos y lo pensemos un poco más.
Recordemos
que quien no vive para servir, no sirve para vivir. Cada vez que no tendemos nuestra
mano para ayudar a nuestro prójimo, sin que lo notemos en ese momento, en
realidad nos estamos perjudicando a nosotros mismos. Jamás neguemos hacer un
favor, siempre y cuando podamos hacerlo, nunca digamos te ayudaré mañana cuando
puedes hacerlo hoy. No cerremos los ojos ante la necesidad de los otros porque
la vida puede cambiar y tal vez quien mañana necesite de una ayuda podríamos ser
nosotros mismos.
Jesús
tu nos enseñaste que no viniste a ser servido sino a servir, por eso ter
pedimos que nos ayudes a descubrir el propósito de nuestra vida no es otro que servir.
Hay que mostrar compasión y debemos tener una voluntad inquebrantable de ayudar
a otros, así que cuando ayudemos a alguien, seamos capaces de dar gracias
porque el destino nos ha puesto en el lugar del que da y no en el lugar del que
necesita ayuda. Nunca olvidemos que cuando alguien necesite nuestra ayuda y se
la podemos brindar, hagámoslo o demos un buen consejo por lo menos.
Cuidémonos
de las personas que les gusta aprovecharse de otros, por lo general si les
haces un favor y otro día no podemos ayudarlos en otra cosa, se enfadan y
terminan hablando mal de nosotros, Pero no importa haz bien y no mires a quien.
Al final de nuestra vida el Señor va a mirar nuestras manos de que están llenas,
si de favores y ayudas o de desprecios. Ayúdanos tu Jesús a ser mejores
personas y mejores hermanos para si construir tu reino de amor y fraternidad
universal. Amén
sábado, 24 de agosto de 2024
VOY CONTIGO, SEÑOR
Porque eres el único
que permanece, la verdad que nos hace libres, el sol que, más allá del que
alumbra en lo alto nos alumbra una
eternidad en el cielo.
Te lo prometo,
Señor; yo no me voy.
Porque, en el mundo,
cambian muchas cosas.
Lo que es amor,
luego se convierte en egoísmo.
Lo que es gratuito,
a continuación, es alto precio.
Tú, en cambio Señor,
cumples lo que prometes con un amor leal, legal y sin límites.
Porque, en medio del
recio viento, eres veleta que orienta para no perderme.
Porque, en medio del
bravío mar, eres timón seguro que siempre lleva a buen puerto.
Ayúdame a no
desertar, a no alejarme de Ti.
Te doy las gracias, por
la libertad que me ofreces para seguirte.
Te doy las gracias, porque,
aún en medio de tanta seducción, sigues optando por mí, sigues esperando mi
respuesta, sigues añorando mi presencia.
Ayúdame a cumplir
con este reto, con esta firme propuesta: quiero estar contigo, Señor.
Quiero estar a tu
lado, siempre, Señor.
miércoles, 21 de agosto de 2024
2024AGOSTO
MEDITACIÓN EUCARÍSTICA.
LAS DOS
HORMIGAS
Señor Jesús
presente en el altar, de nuevo en esta tarde venimos a estar contigo y a
llenarnos de tu presencia. Aquí a tu lado nos encontramos bien y sabemos que
todos estos momentos que dedicamos a estar contigo no es tiempo perdido, sino
todo lo contrario es tiempo ganado y bien aprovechado. Porque salimos
reforzados y llenos de una gran esperanza e ilusión. Hoy queremos pedirte que
nos ayudes a desprendernos de todo aquello que nos ata, de todo aquello que no
nos hace bien para que asumamos la vida nueva que tú nos ofreces. Una vida
nueva llena de amor, de respeto y de fraternidad.
Una hormiga vivía plácidamente en una montaña de
azúcar. Otra hormiga vivía cerca de allí, en un montículo de sal. La hormiga
que vivía en la montaña de azúcar vivía feliz, porque disfrutaba de un alimento
muy dulce, mientras que la hormiga que vivía en la montaña de sal, siempre tenía
una terrible sed después de comer.
Un día, la hormiga de la montaña de azúcar se acercó
a la montaña de sal:
- ¡Hola, amiga! le dijo.
- ¡Hola! contestó extrañada la hormiga del montículo
de sal. ¡Qué bueno ver otra hormiga por aquí! Comenzaba a sentirme muy sola…
- Pues vivo muy cerca de aquí, en una montaña de
azúcar.
- ¿Azúcar? ¿Y eso qué es? preguntó extrañada la
hormiga de la sal.
- ¿Nunca probaste el azúcar? ¡Te va a encantar! Si
quieres, ven mañana a verme y te dejaré probar el azúcar.
- ¡Me parece una idea fantástica! contestó intrigada
la hormiga de la montaña de sal.
Al día siguiente, la hormiga del montículo de sal
decidió aceptar la invitación de su vecina. Pero antes de partir, pensó en
llevar en la boca un poco de sal, por si acaso el azúcar no le gustaba. Así
tendría algo que comer.
Y después de andar un poco, enseguida descubrió la
brillante montaña de azúcar. En lo más alto, estaba su vecina.
- ¡Qué bueno que viniste, amiga! Sube, que quiero
que pruebes el sabor del azúcar.
- ¡De acuerdo! contestó la hormiga de la sal.
Una vez arriba, la hormiga vecina le ofreció un poco
de azúcar, pero como ella tenía sal en la boca, el azúcar le supo a sal.
- ¡Vaya, que curioso! dijo la hormiga de la sal.
Resulta que tu azúcar sabe igual que mi sal. Debe ser lo mismo. Tú la llamas
azúcar y yo la llamo sal.
- No puede ser, dijo extrañada la otra hormiga. Yo
he probado la sal y no se parece en nada… A ver, abre la boca.
Entonces, la hormiga se dio cuenta de que tenía
guardada sal en la boca.
- ¡Claro! ¡Ahora lo entiendo! Anda, escupe la sal y
prueba de nuevo…
La otra hormiga obedeció y esta vez sí, el azúcar al
fin le supo a azúcar.
- ¡Mmmmmm! ¡Deliciosa! ¡Es una maravilla! dijo la
hormiga entusiasmada. Y se quedó a vivir con su nueva amiga, disfrutando del maravilloso
y dulce sabor del azúcar.
Si no te
deshaces de aquello a lo que te aferras sin que te haga feliz, no podrás
disfrutar de lo nuevo y darle una oportunidad para mejorar.
Jesús tú nos
decías que nos deshiciéramos del hombre viejo y que asumiéramos el hombre
nuevo, ese hombre nuevo que tú viniste a enseñarnos. Vivir como hermanos,
buscando el respeto de la diferencia del otro. Porque la diferencia del otro
nos enriquece y nos da nuevas visiones de la vida. Intentemos deshacernos de lo
viejo, de lo que no nos hace felices, de aquello que nos intoxica y nos
perjudica y revistámonos de lo bueno, de lo dulce de la vida. Solo tu Jesús
puedes echarnos una mano y con tu ayuda estamos seguros que lo conseguiremos.
De nuevo te pedimos que no nos abandones y que camines siempre con nosotros.
Amén.
sábado, 17 de agosto de 2024
¿TE CONOCEMOS, SEÑOR?
Hijo del pobre José, pero
rico y expresivo en tu lenguaje.
Hijo de la sencilla
María, y complicado en tu vida.
Hermano de tus
hermanos, y defensor de la verdad sin distinción.
Decimos quererte, y no
entramos en Ti.
Decimos amarte, y no
vivimos con el impulso de tu amor.
Decimos alabarte, y lo
hacemos despegando los labios pero, tal vez, sin abrir el corazón.
Decimos honrarte, y
olvidamos que en el obrar, es donde te damos gloria y comprometida alabanza.
¿Te conocemos, Señor?
¿Sentimos al que te
envió?
¿Acogemos al que te
hizo nacer pobre y niño en Belén?
¿Obedecemos al que te
hizo obedecer subiendo a la cruz?
¡Creemos, Señor, pero
aumenta nuestra fe!
Fe para verte como Hijo
de Dios.
Fe para recibirte como
el enviado del Padre.
Fe para dejarte
compartir nuestra existencia.
Fe para transformarnos
con el pan de la vida.
Fe para llenarnos de
felicidad con el pan de la Eucaristía.
Amén
miércoles, 14 de agosto de 2024
¡SUBES AL CIELO, VIRGEN MARIA!
Por tu obediencia y por tu fe.
Por tu gracia y tu ternura.
Por tu alegría y tu disponibilidad.
Por tu amor y tu entrega.
Por tu pobreza y tu sencillez.
Por tu apertura y tu valentía.
Por tu fuerza y tu constancia.
Por tu pureza y tu virginidad.
Por tu oración y tu esclavitud.
Por tu confianza y tus pruebas.
Por tu fidelidad y tus alabanzas.
Por tu transparencia y tu sonrisa.
Por tu maternidad y tu acogida.
Por tu belleza interior y tu corazón.
Por tus miras al cielo.
Por tu escucha de la Palabra.
Por tu meditación de los misterios.
Por tus caminos sembrados de Dios.
Por tus manos llenas de caricias a Jesús.
Por tu alma traspasada por el Espíritu.
Por tus ojos iluminados por la Gracia.
Por tu cuerpo, templo del mismo Dios.
¡SUBES AL CIELO, VIRGEN MARIA!
SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA A LOS CIELOS
La Asunción de la
Virgen María a los cielos en cuerpo y alma, nos recuerda que María se anticipó
a la resurrección de los demás. Pero no un regalo personal sino una prenda de
lo que se ofrece para todos: la asunción de María es como un espejo en el que
toda la Iglesia se refleja, es lo que estamos invitados a vivir, pues María es
imagen de la Iglesia y el comienzo de su plenitud futura.
Frente a la desazón que
puede suscitar ver nuestra humanidad tan estancada para la paz y la justicia,
la glorificación de María nos despierta la esperanza y nos consuela: la
humanidad está abierta a Dios y Dios hace nuevas todas las cosas. En María toda
la Humanidad se llena de esperanza porque una hermana de nuestra raza ya goza
de su humanidad nueva. Quizá es prueba palpable de que otro mundo, otra humanidad
ya están siendo posibles.
El camino para ser
“levantados”
La Asunción de María se
diferencia de la Ascensión del Señor, porque él se eleva al cielo por su propia
gloria y María es levantada por Dios porque eleva a los humildes. Entonces el
camino es claro para nuestra vida futura. María poniéndose al servicio de los
demás, abajándose y poniendo en el centro la obra que Dios realiza, es
levantada por el mismo Dios.
El libro del
Apocalipsis, refleja muy bien la situación: María es esa mujer vestida de sol,
la luna por pedestal, coronada con doce estrellas, es también figura de la
Iglesia que da a luz y es perseguida por el Dragón y es resguardada por Dios en
el desierto.
Si elegimos el camino
del abajamiento recorrido por María, no faltarán las persecuciones. Sin
embargo, la gloria de María en su humanidad plena nos afirma en la esperanza,
nos confirma que, en Cristo Resucitado, la Vida puede más y, por eso, la muerte
será un enemigo definitivamente aniquilado, aunque por el momento parezca
ufanarse de sus conquistas.
En fin, María asunta
«en cuerpo y alma al cielo», humanidad adelantada en su final nos señala el
camino que la llevó a la Gloria, que no es otro que el de su Hijo… el
compromiso de la entrega de amor. Ella, la primera discípula, nos alienta y
consuela: la esperanza de la humanidad ¡ya está alcanzada! No nos quedemos
atrás.
2024 AGOSTO MEDITACIÓN EUCARISTICA LA CAZA
Querido Jesús,
presente en el santísimo sacramento del altar, de nuevo nos colocamos ante tu
presencia y así poder disfrutar de tu cercanía y de tu aliento. La vida tantas
veces nos confunde por los mil argumentos que nos presenta y que a simple vista
parecen todos lógicos y buenos, pero cuando analizamos un poco más en
profundidad y con los criterios que aparecen el Evangelio, no son más que
engaños y falsas apariencias que no llevan al respeto del ser humano y de la
creación, la casa común de todos. En esta tarde queremos pedirte que nos des
capacidad para analizar todo y buscar el bien de todos. Escuchemos esta bonita
fábula.
La Caza: Un día, un duque salió de caza al bosque,
acompañado por un séquito de numerosas personas, entre hombres de armas y
sirvientes. Entonces se encontraron con un árbol en cuyo tronco había dibujado
una diana, con círculos que se estrechaban. En el centro, vio clavada una
flecha. El duque se sorprendió y dijo:
- ¿Quién será el fino arquero que consiguió dar con
esta flecha en el blanco de forma tan exacta? ¡Me encantaría conocerle!
Siguieron caminando algunos kilómetros cuando de
pronto se encontraron con un niño pequeño que llevaba en su mano un arco y unas
flechas. El duque le preguntó, y el niño reconoció que había sido él el que
clavó las flechas en el árbol.
- ¡Qué maravilla!, exclamó entonces el duque, ¡Con
lo pequeño que eres! Pero, espera… Será que te acercaste a la diana para dar en
el blanco, ¿no?
- No, señor, dijo el niño. Lo cierto es que disparé desde
bastante lejos. ¡Lo juro!
- ¡Increíble!, dijo entonces el duque. Desde ahora
te admito a mi servicio. Formarás parte de mi séquito de caza. Pero, dime una
cosa… ¿cómo has conseguido esa asombrosa puntería?
- Muy fácil, contestó entonces el niño con mucha
naturalidad, primero disparé la flecha y luego pinté la diana alrededor.
Señor Jesús
está claro que las cosas no son lo que parecen. A veces sacamos conclusiones
antes de tiempo. Las personas adultas no somos capaces de ver con la
simplicidad que lo ven todos los niños. Es más… nos apresuramos a sacar
conclusiones con rapidez, sin darnos cuenta de que las apariencias engañan. Por
eso te pedimos que nos concedas la gracia de penetrar en el fondo de las
situaciones para poder valorarlas con equidad y con sentido común.
Nunca las
cosas son lo que parecen. Muchas veces decimos: si lo que veo parece una mesa,
tiene forma de mesa y color de mesa…será una mesa. Ahí está nuestro error, el
de dejarnos engañar por los sentidos y las ‘construcciones’ que nuestro cerebro
hace por nosotros. Y a veces lo que parece una mesa no lo es… puede que solo
sea un dibujo o quién sabe, quizás una silla con forma de mesa. El caso es que
las apariencias engañan y nuestro cerebro, deseoso de encontrar al instante una
respuesta, también.
Los niños
saben resolver problemas: ¿Que no se clavan las flechas donde yo quiero? Muy
fácil: primero disparo la flecha y luego pinto lo que quiera alrededor. Así de
simples y sencillas son las soluciones de los niños. No se complican la vida,
como solemos hacer los mayores. A veces somos tan ‘cabezotas’ que olvidamos las
soluciones más simples. O simplemente, no somos capaces de verlas.
Tomamos
decisiones antes de tiempo: En la fábula La Caza, el duque no se lo pensó dos
veces y contrató al niño a su servicio de forma inmediata, sin haber probado
antes la veracidad de sus palabras. Y es algo que nos sucede muy a menudo:
tendemos a tomar decisiones a la ligera, por una primera impresión o corazonada.
Luego nos arrepentimos, pero la decisión ya está tomada. Ayúdanos tu Señor a ir
al fondo de las cosas y no quedarnos solo en la superficie, en las apariencias.
Amén.
domingo, 11 de agosto de 2024
MEDITACIÓN - DOMINGO XIX- CICLO B
Haznos, Señor personas que, además de
materialidad, ofrezcamos vida para que, otros, tengan vida.
No mirar al reloj para anotar las horas
de servicio.
Alegrarnos y disfrutar con la misión
encomendada a Jesús: dar vida a la grey del Señor.
Dejarnos conocer a los que Tú nos has llamado.
Nunca huir en desbandada hacia delante, sino
retroceder para recuperar a los que perdimos por el camino.
Alimentar nuestros cuerpos con el pan y
la fuente de la Eucaristía.
Haz Señor que estemos agradecidos por
habernos permitido vigilar tu rebaño.
Sostener, en nuestros humildes hombros, la
lana enredada de aquellos a los que servimos.
Alimentar, la vida espiritual débil, de
los que salieron lejos de tus pastos
Acariciar y curar, levantar y mirar
frente a frente a los que, por el Bautismo, los llamaste a heredar tu ciudad y
tú reino.
Y, si no puedo llegar a ser buen pastor,
Señor, vuelve sobre tus pasos y con tu certera mirada y sabia Palabra, dame la
gracia de comprender y entender que, lo importante, es haberlo intentado.
Amén.
2024
CICLO B TIEMPO ORDINARIO XIX
El ángel del Señor volvió por segunda
vez, lo tocó y de nuevo dijo: “Levántate y come, pues el camino que te queda es
muy largo”. Elías se levantó, comió, bebió y, con la fuerza de aquella comida,
caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. Esta
escena nos llena de inmensa alegría, es como si el ángel nos dijera: No
puedes hacerlo solo. Ese ángel no exige nuestra humillación, ni nos anima a
hacer lo imposible: nos cuida, nos ofrece una mano para levantarnos y pan para
retomar nuestro camino. El pan tiene sabor a fragilidad que se deja abrazar y
transfigurar; El pan se acoge como lugar santo de amistad con Dios y medicina
para retomar el camino hacia Dios. Cuando el alma está preparada, entonces
nosotros también lo estamos.
En Jesús descubrimos el Pan que atrae a
todo y a todos, el Pan que mueve el mundo. El Pan se convierte en el centro de
gravedad permanente. Un Pan que desciende, un Pan que atrae, un Pan que une al
Padre y a sus hijos y al Hijo con sus hermanos, un Pan que une vida a vida.
Es hermoso recordar que en el pan que
baja del cielo encontramos un Cuerpo histórico, su figura; es hermoso sentir
que en el Pan encontramos un Cuerpo comunitario, migajas que caminan juntas
como un solo pan; es hermoso ampliar la mirada y experimentar que el universo
entero obedece al Pan, Cuerpo universal.
Un tesoro espiritual para escuchar este
domingo: la belleza de ser adultos gracias al Pan; agradecer por ser adultos
frágiles e imperfectos, capaces de ser amados por el mismo Dios-creador y
sostenidos por un trozo de pan; Y ese es Jesús el pan bajado del cielo para la
vida del mundo.
Hoy jornada vocacional de la Orden de
los Siervos de María, pedimos vuestra oración y vuestra colaboración
miércoles, 7 de agosto de 2024
2024
AGOSTO ADORACIÓN EUCARÍSTICA:
La
mujer del tren y el anciano
De nuevo contigo Señor Jesús, presente en el
santísimo sacramento del altar. Queremos disfrutar de tu presencia y de tu
experiencia. Tu nos enseñas a valorar la vida, a valorar cada momento que
disfrutamos, tantos buenos como menos buenos, en el fondo todos nos ayudan a
crecer. Ayúdanos a que la vida no se nos escurra entre las manos, que no
sepamos aprovechar bien todos los momentos y acontecimientos que ella misma nos
ofrece. Escuchemos.
La
mujer del tren y el anciano: En una estación pequeña pero concurrida, Laura
esperaba el tren para volver a casa después de un largo día de trabajo. La
noche comenzaba a teñir el cielo de tonos oscuros, y el frío del otoño se
colaba por entre su abrigo. Laura, una mujer de mediana edad con una mirada
inteligente y un paso decidido, solía sumergirse en sus pensamientos durante
esos trayectos.
Mientras
esperaba, un anciano se le acercó gentilmente para pedirle ayuda con el horario
del tren. Su nombre era Mateo, y era un hombre de estatura media, con una barba
canosa y ojos que destilaban bondad. Laura, con su natural predisposición a
ayudar, asistió al anciano, y rápidamente se encontraron inmersos en una
conversación que continuó en el mismo vagón.
Mateo
le contó historias de su juventud, relatos de amor y pérdida, de aventuras por
países lejanos y de cómo, a pesar de los desafíos, siempre mantuvo una
perspectiva positiva sobre la vida. Laura escuchaba atentamente, fascinada por
la riqueza de las experiencias del anciano.
Mientras
el tren avanzaba a través de la oscuridad, un cambio abrupto en la velocidad
del tren sacudió a los pasajeros. Un anuncio informó de un problema técnico que
los obligaría a detenerse indefinidamente. Mientras algunos pasajeros expresaban
su frustración, Mateo miró a Laura y dijo:
-
En la vida, como en los viajes, hay veces que los retrasos son oportunidades
disfrazadas. Quizás hay una razón por la que debemos estar aquí ahora.
Laura,
aunque inicialmente agitada por el contratiempo, empezó a reflexionar sobre las
palabras de Mateo. Decidió entonces abrir su corazón y compartir sus propias
inseguridades y sueños no cumplidos. Mateo, con una serenidad que solo los años
pueden otorgar, le ofreció consejos que resonaron profundo en el alma de Laura.
De
repente, el tren retomó su marcha. Al llegar a su destino, Laura se sintió
renacida. La perspectiva de Mateo sobre la vida había encendido una chispa de
esperanza y curiosidad en ella.
-
Gracias, Mateo. Esta noche has cambiado mi forma de ver la vida. Nunca olvidaré
este viaje, dijo Laura mientras bajaban del tren.
-
Recuerda, Laura, el destino a veces nos lleva por caminos inesperados para
enseñarnos lecciones valiosas. Mantén tu corazón y tu mente abiertos, respondió
Mateo con una cálida sonrisa.
Los
días siguientes, Laura sintió una transformación dentro de sí. Cambió rutinas,
retomó viejas aficiones y comenzó a planear un viaje que siempre había soñado,
pero nunca osó realizar.
Un
año después, en otra estación de tren, esta vez con la promesa de un viaje de
aventuras, Laura vio a un joven perdido entre la multitud. Con una sonrisa, se
acercó para ofrecerle ayuda, recordando el encuentro que había cambiado su
destino.
La
cadena de eventos, comenzada por un retraso en un tren y el encuentro con
Mateo, había llevado a Laura a entender que el destino no está escrito en
piedra, sino tejido por las decisiones y las personas que encontramos en
nuestro camino.
Ahora,
mientras ayudaba al joven, Laura se sintió agradecida por aquel retraso en el tren.
Aquel encuentro no solo había cambiado su perspectiva sobre el destino, sino
que también la había transformado en un agente de cambio para otros.
Con
el corazón lleno de gratitud y expectativa por el futuro, Laura abordó el tren,
dispuesta a vivir cada momento al máximo, sabiendo que cada persona era una
parte esencial de su viaje.
La
vida está llena de retrasos, desvíos y encuentros inesperados que, aunque
pueden parecer obstáculos, a menudo están disfrazados de oportunidades para
crecer y transformar nuestra existencia. Señor Jesús ayúdanos a mantener el
corazón y la mente abiertos a las lecciones que estas experiencias traen, y haz
que recordemos que el futuro es una tela tejida por nuestras propias decisiones
y las personas que nos encontramos en el camino.
domingo, 4 de agosto de 2024
sábado, 3 de agosto de 2024
TE BUSCO, SEÑOR
Aunque lo haga de una forma equivocada, e
incluso, a veces porque me das lo que me conviene.
Pero créeme, Señor, que te busco porque
te quiero.
Aunque a veces la cruz me pese demasiado.
Aunque, en otros momentos, no entienda
en algo o en mucho tus misterios.
Aunque, la vida terrena, me guste más
que aquella que en el cielo me espera.
TE BUSCO, SEÑOR
No por lo que me das, aunque me lo
ofrezcas.
No porque me acompañas, que te lo
agradezco.
No porque me iluminas, aunque a veces
prefiera vivir en la oscuridad.
Sólo sé, Señor, que te busco.
En cada día y en cada acontecimiento.
En la escasez y en la abundancia.
En el llanto y en la sonrisa.
Cuando las cosas vienen de frente y,
cuando el suelo por debajo de mis pies, se abre en un peligroso boquete.
TE BUSCO, SEÑOR
Aunque mi fe no sea sólida y, a veces,
exija pruebas de tu presencia.
Aunque dude, y a continuación, te de la
espalda y no pueda defenderte.
Aunque no trabaje demasiado por tu causa
y por tu Evangelio.
Sólo sé, Señor, que no dejo de buscarte.
Que no dejo de quererte.
Que no dejo de pensar que, sin Ti, mi
vida sea muy diferente.
Gracias, Señor.